El Índice de Competitividad Urbana del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (Imco), ha comparado 77 ciudades a través de 60 indicadores agrupados en 10 subíndices. Estas ciudades son las más importantes del país, y están conformadas por un total de 364 municipios. De hecho, concentran al 63 por ciento de la población nacional, al 80 por ciento del talento y producen cerca del 80 por ciento del PIB nacional.
Hace más de cinco años, Aguascalientes resultó ser la ciudad más altamente competitiva del país, debido a la aplicación y calidad de sus sectores económicos, capital humano, conductas políticas, oferta eficiente de servicios, negocios competitivos, finanzas públicas, entre otros puntos que analiza el Imco.
Desde ese primer lugar, Aguascalientes se ha estado quedando atrás, hasta llegar en la última lectura al lugar 30. Más que desplomarse, Aguascalientes ha sido rebasado por municipios capitales tales como Querétaro y San Luis Potosí, que en su momento estaban ubicados en la tabla del Imco entre el lugar 20 y el 40.
El año próximo, tendremos nuevos índices de competitividad del Imco, y por lo pronto hay que ver qué se puede hacer para mejorar con el cambio de gobierno. Hay que partir de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, que se están presentando tanto en la capital del estado, como en el estado mismo que guarda el octavo lugar en competitividad entre las 32 entidades federativas. Se debe hacer una lectura, que permita detectar aquellos problemas que requieran una atención pormenorizada, buscando reconstruir para Aguascalientes una plataforma de desarrollo viable y pertinente.
Haciendo un comparativo entre las tres capitales estatales de Aguascalientes, Querétaro y San Luis Potosí, para efectos de conocer sus avances y retrocesos, tenemos que en el primer subíndice del Índice de Competitividad, “Sistema de Derecho Confiable y Objetivo”, Aguascalientes tiene una calificación media-alta, con materias pendientes en robo de vehículos (1.37 por cada mil vehículos registrados) y percepción ciudadana en materia de inseguridad (el 56 por ciento se siente inseguro).
En el subíndice de “Medio Ambiente”, la clasificación es de media-baja; con subíndices preocupantes en materia de sobreexplotación de acuíferos, consumo de agua (107.8 metros cúbicos por habitante) y se carece de una buena lectura en materia de contaminación del aire, del agua, del suelo. El contaminante puede ser una sustancia química, energía (como sonido, calor, o luz), o incluso genes. A veces el contaminante es una sustancia extraña, o una forma de energía, y otras veces una sustancia natural.
En el Subíndice de “Sociedad Incluyente, Preparada y Sana” Aguascalientes tiene una calificación de media-alta, con varios asuntos pendientes:
Pasar, en grado promedio de escolaridad, de secundaria a bachillerato; incrementar el número de adultos mayores de 18 años, con instrucción media-superior y superior (43 por ciento contra 47 y 49 por ciento de Querétaro y San Luis). Aplicarse en la calidad educativa porque sólo uno de cada tres obtiene buenas o excelentes calificaciones en las pruebas oficiales. Por otro lado, quedan claros los llamado a reducir el número de viviendas deshabitadas, que se han venido acumulando en la mayoría de las regiones que componen la ciudad; y que se regularice la equidad salarial entre hombres y mujeres, dado que ellas ganan 80 pesos por cada 100 que ganan los hombre en las mismas condiciones laborales.
La macroeconomía local está en clasificación “media alta”. Se trata de economías estables. Aguascalientes se ha rezagado en el tamaño del mercado hipotecario, en créditos por cada mil habitantes, frente a ciudades capitales como Querétaro y San Luis. El crédito para el sector privado, en pesos per cápita, debe crecer al menos entre un 5 y un 7 por ciento adicional.
En el subíndice de “Mercado de Factores Eficientes para la Producción” se aprecia que el salario aguascalentense (4 mil 963.31 pesos) se ha venido debilitando frente al de queretanos (5 mil 700.10 pesos ) y potosinos (6 mil 470.92 pesos). Es decir, que no llega a 5 mil pesos cuando en otras latitudes ya se han rebasado los 6 mil. Los indicadores dan cuenta de que la productividad laboral también se ha venido reduciendo en un 15 por ciento.
Particular atención debería darse a la infraestructura o a los “factores precursores de clase mundial”. Aguascalientes califica como de nivel medio-alto, pero se presentan más de dos accidentes por cada 100 mil habitantes por causa de presentar malas condiciones en los caminos. Y el número de destinos aéreos directos no llega a dos dígitos, cuando en ciudades como San Luis Potosí ya llegó a 18 ciudades servidas directamente.
Según el Imco, el Sistema Político en Aguascalientes es “adecuado”, pero la participación ciudadana es más baja aquí, que en las capitales comparadas en el estudio. La participación electoral, también habla del avance obtenido en la construcción de ciudadanía. Es decir, de haberse transitado de una sociedad pasiva a una activa; o de una sociedad débil a una más fortalecida.
En el subíndice de gobiernos, tenemos una calificación de media alta. Se aprecia como materia pendiente, una mayor participación en el gasto público a través de recursos propios (27 por ciento). Además de carecer de estos ingresos, se denota opacidad en el índice de la información presupuestal.
Finalmente, en “Relaciones Internacionales” e “Innovación”, los lugares obtenidos por Aguascalientes son de media tabla hacia abajo: “media-baja”. En la primera vertiente, por una reducida inversión extranjera directa y poca comunicación con el extranjero; y en la segunda, por ser bajos los niveles de empresas certificadas y los registro de patentes. Amén, de que pocos investigadores son miembros del Sistema Nacional de Investigadores, renglón en el que Querétaro y San Luis Potosí nos llevan una ventaja de tres a uno.
El objetivo de destacar nuestros rezagos, tiene la loable finalidad de avanzar más en materia de competitividad hasta alcanzar las clasificaciones de “adecuada” en las 10 asignaturas, calificación ya obtenida en tres o cinco materias en el caso de Querétaro y San Luis, reduciendo las “media-baja” obtenidas en medio ambiente; macroeconomía; relaciones internacionales e innovación.
Recomendaciones del Imco frente a este escenario: a) gestión profesional de las ciudades, mediante un Administrador urbano; b) establecer el servicio civil de carrera en los gobiernos municipales; c) medir el desempeño e implementar una gestión basada en resultados; d) aplicar mecanismos eficaces de rendición de cuentas.
Se recomienda, tener ciudades más compactas, que permitan la inmediata introducción de los servicios y articular de manera más efectiva las políticas de desarrollo urbano y ordenamiento territorial. Particular atención debe darse a la movilidad urbana, en términos de diversificar la oferta de transporte con varios nodos de interconexión desalentando el uso de vehículos automotores particulares.
Se deben homologar las normatividades de desarrollo urbano y vivienda en los municipios conurbados, dado que en éstos es donde se están teniendo los mayores crecimientos poblacionales; y coordinar la política urbana desde el nivel federal, estatal y municipal.