- Coloquialmente se les llama “plurinominales”, el término más propio es representación proporcional
- “Es necesaria la existencia de gobiernos divididos, para eso fue creada la representación proporcional”
Apenas hace unas semanas se realizó la entrega de constancias a diputados y regidores acreedores al cargo por la vía de representación proporcional, los llamados plurinominales. La fórmula de la representación proporcional no surgió como ahora es conocida. Varios autores de ciencia política, como Dieter Nohlen y Octavio Rodríguez Araujo, e investigaciones de Leonardo Valdez, actual consejero presidente del Instituto Federal Electoral, entre otros catedráticos y especialistas en materia electoral, han determinado que, en México, nació en 1963.
Los plurinominales recibieron el nombre de “diputados de partido” porque no tenían una demarcación territorial, como los de mayoría relativa, sino que fungían como una representación directa de los partidos políticos con la finalidad de abrir espacios a los partidos minoritarios y legitimar de esa manera el entonces sistema de partido hegemónico encabezado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Todo ello se desarrolló en el ámbito federal.
Otra característica peculiar de dicho sistema de repartición de curules que lo distingue de la representación proporcional es la manera en la que eran asignadas. Los partidos que alcanzaran el 2.5 por ciento de la votación recibían cinco cargos y uno más por cada 0.5 por ciento que ganara, pudiendo llegar a obtener hasta 20 curules.
Posteriormente, en 1977 se instauró una reforma electoral que convirtió a los diputados mencionados, en cargos de representación proporcional, con el llamado sistema de “doble voto”, dividiendo el sistema electoral en mayoría y representación proporcional. A nivel federal se votaban, como en la actualidad, 300 circunscripciones uninominales o 300 diputados de mayoría relativa, y a ello se agregaron cinco circunscripciones plurinominales, para elegir 100 diputados más. Posteriormente, en 1985 se aumentó a 200 el número de diputaciones de representación proporcional. Los candidatos participaban mediante la presentación por parte de los partidos de listas cerradas y que dividían 40 diputaciones por circunscripción plurinominal, además se redujo el umbral de 2.5 por ciento a 1.5 para poder acceder al cargo.
Según estudios de Jorge Madrazo, ex procurador y actual investigador de la UNAM, en el ámbito local, la representación proporcional fue primeramente implementada en algunas entidades federativas en 1975. Un año después, inició la incorporación de los llamados “regidores de partido”, siendo Nuevo León el principal precursor en la instauración de dicho régimen, con la finalidad de involucrar a las minorías partidistas en la toma de decisiones de los ayuntamientos.
1977 se convirtió en el parteaguas del sistema electoral mexicano, la reforma electoral contempló una modificación al Artículo 115, que hace mención de la figura del Municipio, para incluir la representación proporcional en los municipios con más 300 mil habitantes. Finalmente fue adecuada para un mayor número de municipios, sin importar que fuera menor a la cifra mencionada.
Landeros Ortiz, consejero del Instituto Estatal Electoral, destacó que se encuentra a favor de la existencia de este sistema de representación, puesto que cuenta con una importante labor para dar acceso a las minorías, a manera de contrapeso. Expuso que aun cuando resulte benéfico que no todos los cargos se repartan por el principio de mayoría relativa -debido a que generaría una polarización todavía mayor-, la forma de repartición en el principio de representación proporcional dista mucho de expresar pluralidad, ya que los partidos mayoritarios siguen accediendo a este tipo de cargos. Manifestó que resultaría positivo cambiar dicha forma de repartición por una más parecida a lo que sucede en el Cabildo, donde el partido triunfador no puede obtener representación proporcional, generando con ello un mayor contrapeso. Así pues, estableció que sería benéfico que continuara dicho sistema, pero que se vertieran importantes modificaciones para que así se dé cuenta de una verdadera representación de las minorías.
Por otro lado, Héctor Quiroz, diputado de la LXI Legislatura, coincidió en que la representación proporcional es algo elemental en el sistema político y electoral del país, ya que sin éste no se podría gozar de una representación mínima. Adujo que encuentra negativo que se haya aumentado el umbral para poder acceder a los cargos de representación proporcional, pues manifestó que “las leyes benefician a una mayoría”. Planteó la idea de reducir el umbral, así como una importante modificación en la fórmula de repartición, para que en la asignación de representación proporcional no se cuenten los votos de los distritos donde resulte ganador un partido, y de esta manera sea verdaderamente proporcional.
Griselda Macías Ibarra, catedrática investigadora de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, perteneciente al Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública, se remontó al surgimiento de la representación proporcional, estableciendo que “en un principio surgió para darle voz a los partidos de oposición, quienes se encontraban insertos en un sistema de partido hegemónico”.
Declaró que es necesaria una reconfiguración del sistema de repartición de dichos cargos, siendo fundamental tomar en cuenta el reflejo del voto nulo como descontento de la población. Por otro lado, coincidió con Landeros Ortiz en no otorgar cargos de representación proporcional a los partidos que obtengan un número considerable de cargos de mayoría relativa. Aclaró que los umbrales no son algo que debiera preocuparle a los partidos, sino más bien convertirlo en un reto que dé cuenta de la confianza o desconfianza de la población ante los partidos.
Refirió que el número de cargos por repartir tanto a nivel federal como a nivel local resulta adecuado, justificado por el número de pobladores que conforman el estado. Agregó que seguramente dichos cargos aumentarán de manera regular conforme aumente el número de habitantes en años posteriores. Manifestó estar en contra de la propuesta de reducción de diputados de representación proporcional a nivel federal, aduciendo que “con dicha reducción el partido mayoritario se garantizaría una mayoría, lo cual resulta ser negativo debido a que es necesaria la existencia de gobiernos divididos, para eso fue creada la representación proporcional”.
En el caso de la pasada elección, los partidos mayoritarios accedieron además a dos diputaciones plurinominales cada uno. Por ello, estableció que es necesario cuestionarse respecto a la repartición de cargos de representación proporcional: “¿es equitativo, es realmente justo?, ¿por qué no repartir los cargos de representación proporcional entre los demás partidos que no obtuvieron importantes triunfos?”.
Foto: Fermín Ruiz Esparza