Otra oportunidad / Jorge Izquierdo en LJA - LJA Aguascalientes
23/11/2024

La vida del hombre es inconformidad permanente y búsqueda eterna. Conocer la imperfección y tratar de elevarse a lo perfectible. Ningún ser humano puede ser perfecto sin transformarse en máquina o en monstruo, porque el ser humano es precisamente antinomia, campo de batalla de la luz y de las sombras; combate de la inteligencia contra el instinto, tendencia a seguir adelante, buscando siempre mejores caminos y ansia infinita de espacio, donde el acierto del mañana se nutre con la amarga experiencia del error de ayer.

Carlos Alberto Madrazo Becerra

Estamos a tan sólo dos días de que finalicen las campañas político electorales de este año en Aguascalientes, y a seis días de llevar a cabo la jornada electoral, y con absoluta sinceridad, haciendo un repaso sobre lo que se mostró en estas semanas de parte de los partidos políticos y sus candidatos, le salen debiendo y mucho a la ciudadanía, que se ha quedado verdaderamente atónita de observar que aquéllos que debían haberles presentado propuestas y mostrado respeto absoluto a la oportunidad de granjearse su confianza, para hacerse acreedores a su voluntad en el momento de sufragar, sólo les mostraron un escenario de descalificaciones, diatribas y mutuas acusaciones, que lo único que sí han logrado es que el pueblo, reafirme su idea de mantenerlos en la parte más baja de la pirámide de confianza, y siga repitiendo que a las y los políticos sólo les mueve el interés de acceder al poder, para saciar sus intereses personales, y que en ellas y ellos, no está el interés de sumar su esfuerzo en favor de la vida democrática de este país. Esta campaña política se caracterizó por la ausencia de ideas y el exceso de ataques entre partidos políticos y candidatos, eso que por mucho tiempo viene exigiendo la ciudadanía, y que se sintetiza en el vocablo “campañas de altura”, volvió a ser ignorado y postergado, para dar paso a los “gritos y sombrerazos”, que lo único que exhiben es la falta de preparación política de quienes hoy absurdamente piensan que ser político es impulso de un momento, y que si no se logra el fin inmediato, se puede regresar a lo que hacían antes o inventarse un nuevo capricho. En cuanto pase la jornada electoral del próximo 7 de julio, los partidos políticos que en verdad se piensen como institutos políticos, tendrán que hacer un serio ejercicio de evaluación, amén de hacer un profundo análisis introspectivo, para verse tal y como son, y no como piensan que son. Tendrán que mirarse a lo interno y darse cuenta que a lo mejor ya están invadidos de enfermedades que los han vuelto poco sensibles, nada preparados para los nuevos retos y faltos de un discurso que les permita conectar con la ciudadanía. Deberán pensar en el pueblo y no sólo en el electorado, sus anquilosados vocablos, deberán dar paso al lenguaje llano del común de la gente, olvidarse de su poses y aprender a caminar al lado del ciudadano de a pie, y olvidar aquello de llamarse “líder”, cuando exactamente adolecen de las cualidades y virtudes de los auténticos líderes. Si algo pudiera rescatarse de este proceso electoral es el hecho de que en el mismo participaron muchas y muchos jóvenes, y eso es lo único que me permite pensar que no todo está perdido; ahí está el mayor reto de los partidos políticos, mostrarse atractivos para estas y estos jóvenes que quizás se acercaron a las campañas por ayudarle a algún amigo candidato, y que no han pensado siquiera en hacerse militantes del partido político que postuló a su amiga o amigo; ése es el desafío para los partidos, nutrirse de ésos que pueden convertirse en sus nuevos cuadros políticos, y para ello, deben capacitarlos, sensibilizarlos, adoctrinarlos, forjarlos en el trabajo con la gente, y hacerlos entender que su energía, alegría, inteligencia y sobre todo su pureza, puede ser el gran aporte para revitalizar este anquilosado sistema de partidos, que poco le puede ofertar al pueblo. Esas y esos jóvenes deberán formarse en el aprendizaje de los documentos básicos, para saber si encuentran afinidad ideológica con ese partido o de plano no la tienen; tendrán que capacitarse políticamente y hacer trabajo con la gente, de preferencia trabajo comunitario, ya que el mismo es el forjador de la sensibilidad y la conciencia ciudadana; tendrán que aprender que el trabajo partidista es un compromiso permanente y no sólo en procesos electorales; deberán poner su inteligencia a favor de transformar a su partido, ser ellas y ellos quienes le señalen al partido, que no conecta con la gente, por qué no ha puesto a tiempo su reloj y darle ellas y ellos la cuerda necesaria para que camine. Y entonces cuando esas y esos jóvenes le estén aportando todo al partido político en el que decidieron militar, el mismo se tendrá que abstener de seguir con sus prácticas viciosas, que lo hacen postular a cargos de dirigencia y de elección popular a personas ajenas al mismo partido, y tendrá que respetar a su militancia, y en especial a esas y esos jóvenes, que se decepcionan cuando su partido, postula a personas ajenas al mismo, y que inclusive fueron opositores y detractores del mismo; los partidos políticos deberán respetar a su militancia y dejar de usarla y tomarla sólo como elemento retórico. Decía Carlos Alberto Madrazo Becerra “un partido político que no es capaz de sumar a los jóvenes a su proyecto, es un partido destinado al fracaso”, yo añadiría al pensamiento de este ilustre mexicano, que no sólo los sume, los respete.


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