Llegando un poco tarde a la feria de monstruos, momias, hombres lobo y vampiros se estrenó Guerra Mundial Z, la cual era una de las películas más esperadas de la temporada y, aunque no es la gran cosa, cuando menos cumple bastante bien con la función de entretener.
Esta cinta es el perfecto ejemplo del dicho que reza “mucho ruido y pocas nueces”, pues los trailers, teasers y el resto de la publicidad previa despertaron un enorme interés entre los amantes del cine de terror, y entre los fanáticos del género zombi, sin embargo, la expectativa comenzó a decaer cuando iniciaron los rumores de que muchas escenas se estaban reescribiendo, regrabando y reeditando para hacerla “más coherente” — según los responsables — pero, cuyo resultado acabó por colgarle al filme la clasificación PG13 (para nosotros algo así como B), en lugar de la esperada R (o C en nuestro caso). Con lo que era lógico asumir que se le habían quitado todos los pasajes que pudieran ser incómodos para el público pre adolescente.
Así, Guerra Mundial Z terminó siendo las más light de todas las producciones que involucran a zombis de las cuales yo he tenido noticias — incluyendo programas y series de televisión —, tanto así, que yo me atreví a llevar a mi hijo de 10 años a verla, y, aunque sí sufrió un poco con el suspenso, el susto no pasó a mayores.
Y es que cómo se explica una historia de “muertos vivientes” contra humanos en el que no exista ninguna batalla real. ¡Por Dios, si lleva la palabra “guerra” en el título!, lo menos que uno se esperaba con eso era una serie de escaramuzas, ofensivas, luchas, combates y mucha más violencia que sólo un par de balazos o algunas explosiones aisladas.
Y no es que a mí me gusten las películas violentas, pero hay ciertas expectativas que se deben llenar cuando se produce un largometraje que presume estar dentro del género de terror apocalíptico ¿o no?
La cinta comienza con un collage de imágenes sacadas de noticieros y programas científicos de la televisión. En rápida sucesión vemos distintos momentos en los que la humanidad se ha hecho daño a sí misma a causa de guerras, hambrunas, abusos de poder, etcétera. Finalmente, nos centramos en una escena familiar en casa de los Lane, compuesta por Gerry, su esposa Karin y sus dos hijas. Él es un ex trabajador de la ONU —una especie de investigador con superpoderes según nos podemos ir dando cuenta conforme pasa la película— quien ahora se dedica a cuidar a su familia, limpiando la casa y haciéndoles la comida.
En el día en cuestión, durante el trayecto a la escuela los Lane son acometidos por una horda de zombis que aparece de la nada y que atacan a cuanta persona se atraviesa en su camino. Gerry se da cuenta que las víctimas tardan 12 segundos en convertirse en las mismas criaturas que los agredieron.
Robando, golpeando y hasta asesinando, la familia en fuga logra llegar a un refugio seguro para pasar la noche, mientras esperan ser rescatados por personal de la ONU, quienes, al parecer, están dispuestos a gastar cualquier cantidad de recursos para volver a contar con el apoyo del investigador, de manera que los ayude a encontrar la solución a esta pandemia mundial, —¿no les decía yo que Gerry era prácticamente un superhéroe?—.
Con la familia a salvo en un buque controlado por la ONU, nuestro protagonista es forzado a retomar su antiguo trabajo y a emprender una travesía en busca del “paciente 0”, el cual es —al parecer— la única esperanza de la humanidad.
Su viaje lo lleva de Corea del Sur a Israel y luego a Gales, siempre un paso detrás de la enfermedad, en él, nuestro héroe recolecta información que le va sirviendo para encontrar una solución al problema que está enfrentando el planeta.
Yo considero que Guerra Mundial Z es una cinta un poco absurda, pero que entretiene. Su principal problema es que pretende ser una producción seria y, ni su argumento ni su construcción le ayudan a alcanzar ese objetivo. De hecho, hay varios momentos en el que me dio un poco de lástima —o quizás, pena ajena— pues durante algunos pasajes supuestamente intensos y cruciales para el desarrollo de la trama, la respuesta de la audiencia fue soltar una carcajada… eso no contribuyó, para nada, a crear suspenso y, mucho menos, terror.
Más que un largometraje de zombis, a mí me recordó a aquéllos con temática de desastres biológicos, plagas o enfermedades, como Contagio o Epidemia y hasta Marabunta (cuando vean cómo se mueven estos zombis me darán la razón).
El caso es que Guerra Mundial Z no es la fantástica película que los fanáticos esperaban, pero tiene sus momentos geniales y otros hasta divertidos… y, lo mejor, es que no sobrepasa las dos horas de duración y eso, en estos tiempos, es algo para agradecer.
Productor: Brad Pitt, Dede Gardner, Jeremy Kleiner e Ian Bryce; director: Marc Forster; guión: Matthew Michael Carnahan, J. Michael Straczynski, Drew Goddard y Damon Lindelof, basado en la novela World War Z: An Oral History of the Zombie War, de Max Brooks; fotografía: Ben Seresin; edición: Roger Barton y Matt Chessé; música: Marco Beltrami; elenco: Brad Pitt, Mireille Enos, James Badge Dale, Daniella Kertesz, Matthew Fox, David Morse, Fana Mokoena, Abigail Hargrove, Sterling Jerins, Ludi Boeken, Fabrizio Zacharee Guido y Peter Capaldi, Ruth Negga y Moritz Bleibtreu; duración: 1 hora 56 minutos.