Los apocalípticos, los integrados y los demás / De imágenes y textos - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Se fija lo importante que es para cada uno de nosotros el sentido de pertenencia. Nos proporciona seguridad, estabilidad y todos esas bondades que usted siente cuando forma parte de un grupo. Recuerde su experiencia en las instituciones de educación, seguro usted perteneció a un sector de la población estudiantil que defendía cierto género musical, a un equipo deportivo, a un club social o a su mismo grado académico. Esa necesidad no se disipa con los años y hace que la sociedad permanezca cohesionada.

 

En alguna ocasión Umberto Eco, filósofo italiano experto en semiótica y asiduo analista del comportamiento de la sociedad frente a fenómenos mediáticos y de consumo, escribió un libro titulado Apocalípticos e Integrados apelando a esa necesidad de ubicar a los integrantes de la colectividad en dos grupos, los convencidos del sistema y los renuentes al esquema sociopolítico de su nación.

 

Entonces, Eco propone que los apocalípticos son aquéllos que “miran hacia el pasado y se aferran a las viejas costumbres, a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad. Son los que prefieren obedecer a la autoridad impuesta, en lugar de la guía autoimpuesta del intelecto iluminado. Siguen a una iglesia y a un gobierno, se caracterizan por la devoción y el amor puros, pero no quieren reconocer al espíritu santo como la inteligencia de la que están dotados.” En cambio, sus antagónicos los integrados “son aquéllos que creen de manera optimista que experimentamos una magnífica generalización del marco cultural, y defienden este fenómeno ciegamente. Están convencidos de las bondades de las nuevas tecnologías, y las difunden como parte fundamental de un futuro más libre y prometedor. Son aquéllos que ven el fenómeno de la industria cultural y sus múltiples formas de difusión como una posibilidad sin precedentes para acercar las más variadas formas de expresión artística a sectores antes marginados. De esta manera los integrados serían los que ven el desarrollo tecnológico como una prometedora oportunidad de expansión cultural”.

Y a lo largo de los años, esta tesis perdura siendo referente obligado para asimilar el comportamiento de todos nosotros dentro del esquema social. Sin embargo, con el respeto que se merece el autor y adecuando la propuesta teórica a nuestro entorno, considero que ahora los integrados están más inmersos en el sistema que nunca. En aquellos años, cuando nace esta dicotomía, Eco identifica a este sector social como entes participativos e informados por exponerse a las nuevas tecnologías, léase, radio, televisión y cinematografía; ahora esta esfera se ha convertido y nutrido de  consumistas compulsivos de los mass media dando paso al “homo Videns” como apunta Furio Colombo. Analice usted la nota que acapara los sistemas informativos de nuestro país desde el martes 16 de este mes; pareciera ser una estrella en la frente para el gobierno federal, después de tanta “prueba y error” el presidente de esta nación dio en el clavo, los medios lo celebran y los “integrados” le confieren la credibilidad que amerita la referencia directa, aunque al momento de hacer una brevísima pausa en el análisis visual, se puede usted percatar que el detenido camina por las instalaciones de la policía sin ningún tipo de dispositivo que asegure al malhechor, entre otras incongruencias. Y con este principio, comience usted a indagar y encontrará más y más anomalías convirtiendo a los “integrados” en ese sector que dejó de ser amante de las nuevas tecnologías y críticos del sistema, transformándolos en simples espectadores sin necesidad de estructurar esquemas analíticos para consigo mismo. Imagínese entonces qué pasa con los “apocalípticos”, aquéllos que han estado defendiendo su estatus social además de sentirse identificados con su entorno.

 

Seguramente y desde la óptica de Eco es importante identificar a estos dos sectores de la sociedad, finalmente es el equilibrio que se necesita para poder transitar por el devenir estructurado de las naciones, sin embargo, considero que ahora los apocalípticos tendrían que tomar las riendas de la razón compartiendo el conocimiento, promoviendo el análisis y la reflexión para así generar ese importante contrapeso social que tanto necesita nuestra cultura. En tanto los integrados, ahora convertidos en consumidores compulsivos de la industria mediática (ni siquiera nacional sino internacional) tienen el compromiso de asumir la responsabilidad de la irresponsabilidad social, es decir, “aguantar vara” de lo que este sector provoca, falta de conciencia, poco interés por el entorno, conformismo, manipulación y ese estado de aletargamiento que no nos deja por más que los “neo apocalípticos” hacer su labor.
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Twitter: @ericazocar


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