Estaba yo en El Parián, en mi café internet favorito, poniéndome al día en información y acontecer. Estaba muy concentrada en lo que leía. Así que me sorprendió ver una paleta de dulce a unos centímetros de mi rostro. Seguro es un vendedor, me dije y seguí leyendo como cualquier cosa. Buenas tardes –me dijeron- y la paletita de dulce de cajeta se acercó aún más a mi rostro. Yo no pensaba interrumpir mi lectura de una reseña en torno a la vida y muerte de la dama de hierro Margaret Thatcher, pero la voz que antes me dio las buenas tardes me dijo gracias por su voto. ¡Ah caray! -me dije- estos jóvenes haciendo su trabajo, de repartir a nombre de algún candidato estas paletitas, y yo aquí de díscola y desdeñosa. Así que giré mi rostro sólo para descubrir que era el mismísimo ingeniero Juan Antonio Martín del Campo Martín del Campo, quien me extendía obsequioso la paletita de caramelo con sabor a cajeta quemada. ¡Oiga Usted! Eso sí que no me lo esperaba.
Gracias por su voto. El ahora Presidente Municipal electo y antes candidato por el PAN en Aguascalientes, insistió en su agradecimiento. Yo tomé el dulce, que portaba una pequeña tarjeta con su foto, el escudo de la Ciudad, la palabra “gracias” con letra grande al centro y el nombre completo del ingeniero en la parte baja. ¡Qué detalle!, le dije. Y agregué: he visto distintas maneras de agradecer el voto, a los diferentes partidos políticos con registro, en diversas elecciones, pero nunca hasta hoy, había presenciado que lo hiciera el propio candidato electo. No tuve una respuesta del presidente municipal electo porque en ese momento intervino su acompañante, el ahora diputado electo por el sexto distrito local, Ulises Ruiz Esparza de Alba, para hacer las presentaciones correspondientes. Toño –dijo Ruiz Esparza- ella fue regidora y diputada federal por el PRI (observé asombro en el rostro de Martín del Campo y por aquello de las dudas guardé mi paleta de cajeta en el bolso). Señora –continuó Ruiz Esparza- le presento a nuestro presidente municipal electo. Inevitablemente se me escapó, y esta vez en voz muy alta un ¡Con razón ganaron! Y es que –reflexioné para mis adentros con tristeza- mientras el presidente de mi propio partido en Aguascalientes se dedica con brillante espada de fuego a perseguir traidores, el presidente municipal electo me agradece un voto que yo no le brindé. ¡Así las cosas!
Ulises Ruiz Esparza de Alba. Conocí a Ulises Ruiz Esparza en el Ayuntamiento en funciones, en el que desempeño una discreta labor. Tras un largo periodo de ausencia, debido a mi estadía en el Distrito Federal, desconocía yo a los nuevos actores políticos panistas. He de decir que con honrosas excepciones habidas de panistas de auténtica vocación, no tengo la mejor opinión de la andanada de panistas instantáneos y espontáneos que en la oportunidad electoral, se han incorporado al albiceleste hidrocálido en los últimos años. No es el caso de Ruiz Esparza.
Sólo a dos de los actuales regidores observé presentarse cortésmente con cada uno de los empleados de palacio municipal: la priísta Mili Hernández Lozano y el mencionado Ulises Ruiz Esparza; este último además hizo lo propio, despidiéndose al solicitar licencia a su cargo para contender a la diputación local. Presencié también cómo, en las sesiones de cabildeo formal ordinarias y extraordinarias, Ruiz Esparza razonó, siempre ecuánime e informado su voto y fui testigo de la autonomía con que se declaró a favor o en contra de dictámenes, sin someterse a líneas de su propia fracción panista. ¿Será demasiado esperar de Ruiz Esparza esa misma conducción en su labor como legislador local?
Voto de confianza. Yo no tenía el gusto de conocer a Juan Antonio Martín del Campo personalmente, hasta ese día en El Parián. Más he de reconocer que sí había escuchado hablar de él y debo decir que la opinión escuchada por esta cocinera política es buena en lo general. Así se lo hice notar al edil electo. También le dije tiene usted un gran compromiso, no defraude la confianza de la gente, se lo digo como demócrata convencida más que como priísta. Así será, respondió Toño y continuó repartiendo agradecimientos con sabor a dulce. ¿Será demasiado esperar de Martín del Campo esa actitud sencilla y cercana a los ciudadanos –electores suyos o no- en la presidencia municipal de Aguascalientes?
Recuerde Usted, que en ésta su cocina, se come, se lee, se estudia y se conversa de todo… particularmente de política.