En esta semana, estimado lector, ya no hablaremos de las famosas reformas que necesita hacer el país para crecer, ni tampoco de cómo el entorno socio político económico mundial está afectando a nuestro país, por más que las autoridades tanto hacendarias como financieras del país digan que estamos a prueba de balas. Tan no es así que muchos analistas están proyectando el crecimiento de México a la baja sobre las proyecciones iniciales que se tenían, ni tampoco creen que se logren las principales políticas establecidas en el presupuesto de egresos, y si a esto le sumamos un subejercicio del gasto público, entonces tenemos un problema mayúsculo.
Pero la realidad es que ahora no es el problema económico o financiero el que debería preocuparnos ni el que deberíamos exigir a nuestras autoridades que se resuelva, es el problema de la seguridad. Sin la seguridad por todos nosotros anhelada, no hay un traslado de mercancías adecuado, no hay negocios que prosperen ni apertura de los mismos en las zonas “calientes”, por lo que me dirigiré al Presidente de la República en las siguientes líneas:
Señor Presidente de la República Mexicana Enrique Peña Nieto
PRESENTE
Señor Presidente, muchos al principio de su gestión dudaban que lograra un consenso con los diferentes actores políticos, y por tanto, se esperaba que su sexenio fuera uno fallido, uno más del montón. Se le comparaba en algunos lugares, con Vicente Fox, un sexenio de ocurrencias, de ineptitudes y otros males que no es objeto de esta carta escribir. Pero nos ha sorprendido gratamente, logrando la aprobación casi en “fasttrack” de diversas reformas estructurales que se encontraban en litigio desde hace varios sexenios, y sobre todo, derribó y encarceló al poder fáctico del sindicato de educación, Elba Esther Gordillo, dando inicio con esto a una posible campaña para “limpiar” a México, donde los corruptos serán castigados y se buscará que haya resarcimiento de su robo. Los nombres de Granier o Reynoso Femat son ya comunes a todos los que vivimos en el país, y nos sorprendemos y escandalizamos debido a la gran cantidad de dinero y propiedades que se han “descubierto” de manos de estos dos y muchos más que abusaron de su situación de poder.
Pero ahora me dirijo a usted para hacerle una observación. Las reformas, no son las únicas necesarias para poder tener éxito como país. Falta seguridad. Y urge. Sé que recibió un país ensangrentado, lleno de violencia, secuestros y muertes del sexenio anterior. Y aunque ahora no se “oyen” en los medios, sabemos que no se ha erradicado la misma. Se sabe que la violencia continúa y parece ser, que más despiadada que antes.
Las elecciones del próximo domingo lo demuestran. Han muerto a manos de los delincuentes decenas de aspirantes a algún puesto de elección popular en diversos puntos de la República y esto no es más que el reflejo de que no permitieron que estos grupos delictivos los apoyaran o los coaccionaran para que en caso de triunfo los dejaran trabajar. Eso preocupa, porque implica que entonces lo que puedan ganar ya “pactaron” forzada o libremente con ellos.
Como Carlos Loret menciona señor Presidente, el estado de Michoacán es un estado fallido, cuyos dueños son los narcos, donde los mismos disponen de recursos de todo tipo y lo más grave, de la vida de sus ciudadanos.
Ciudades de Zacatecas operan con una doble tributación, por un lado, la que todos los ciudadanos por ley debemos a la secretaría de hacienda y crédito público por nuestras actividades que son lícitas y legítimas, y por otro, el impuesto que los delincuentes le dan a cada uno de ellos “según sea el sapo” donde cada vez la exigencia de recursos económicos es cada vez más fuerte y los negocios cierran y el círculo perverso donde la pobreza orilla a la delincuencia a muchas personas se hace evidente y la misma delincuencia entonces genera esa pobreza para tener más delincuentes a su servicio o como muchos de esos líderes dicen “carne de cañón” o “desechables”.
Señor Presidente, seguridad es lo que le pedimos, que nos proporcione la tranquilidad para trabajar, para producir y ser mejores ciudadanos, no pedimos en estos momentos más. Tranquilidad para nuestros hijos que no tengamos el miedo de que sean secuestrados de la guardería o escuela donde los llevamos a ser gentes de bien para extorsionarnos o privarlos de su vida.
Espero que estas palabras que sé que comparten muchos mexicanos puedan ser oídas por usted.
Gracias de antemano.
Sin más estimado lector, me despido por esta semana, esperando que las elecciones en Aguascalientes sean tranquilas y desafortunadamente esperando que gane…. El menos peor, porque ninguno será la panacea.
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