En el Centro Cultural de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, por ahí de octubre o noviembre de 2010, se presentó el primer número de El Gran Vidrio (EGV). En ese momento aún no conocía a los integrantes, pero sabía que la mayoría era estudiante de la Licenciatura en Ciencias del Arte y Gestión Cultural. Recuerdo que después de escuchar las palabras de Enrique Luján y de Pilar Ramos, pensé que sólo estaban dando aliento a uno más de los tantos proyectos editoriales que surgen con “hagamos algo”, “hagamos una revista”, “hagamos una revista de arte”, y con la misma intensidad del entusiasmo sólo que en otra dirección, la del desánimo, mueren por no contar con recursos y por no tener continuidad -acaso más lo segundo que lo primero-. Luego llegó el turno de la directora de la revista. Habló sobre el origen tanto del nombre -un claro homenaje a Marcel Duchamp-, como de la intención de materializar la idea. Palabras más, palabras menos, también dijo que el propósito era crear una revista con un diseño contemporáneo y minimalista, cuyo contenido equilibrara imagen y texto. Cuando terminó la presentación, tomé un ejemplar y me retiré.
El próximo 25 de julio de 2013 se presentará el nuevo número de El Gran Vidrio en el Instituto Cultural de Aguascalientes. Lo anterior basta para confirmar que mi impresión de hace casi tres años no fue la mejor. Me alegra equivocarme de esa manera. En ese tiempo la revista se ha enfrentado a los problemas de siempre (dinero, apoyo, difusión). Pero ha salido adelante.
He tenido la fortuna de colaborar directamente con el equipo editorial y conozco de primera mano las dificultades a las que se ha enfrentado. Si alguna vez fue un mero divertimento estudiantil -cosa que dudo- y persiguió tener un impacto circunscrito a Aguascalientes, ya no lo es y ya no lo tiene. Noto cierta madurez, por mencionar un detalle, en los criterios de selección para que se publique un texto: cuando inició -hay que decirlo- casi cualquier persona podía publicar. Ahora no importa si es amigo el que quiere hacerlo: si su texto es malo (descuidado, sucio, impresionista, etc.), no se publica. Esto garantiza que la revista tenga un fuerte compromiso con el lector. (Mención aparte el diseño que es de primera línea.)
Una pregunta que continuamente emerge cuando se habla de la revista es ¿qué tipo de lector tiene EGV? Me arriesgo a perfilarlo idealmente: uno interesado en la reflexión sobre arte contemporáneo. Los discursos que se publican generalmente orbitan producciones -ora una obra, ora un artista- que encajan en esa categoría. Podría seguir enumerando características, así como virtudes de EGV, pero prefiero que los lectores sean los jueces.
El tema del dossier del próximo número es “Provincia/Periferia”. Sobre este tema, en ensayo, Daniel Montero escribe sobre un encuentro que se celebró en Oaxaca que sirvió como motivo para que el autor colombiano reflexionara sobre la dualidad “centro-periferia”. En crítica, Clara Martínez habla sobre la última película de Terrence Malick, To The Wonder. En la sección “De viaje”, Velia González muestra cómo funciona el trabajo de algunos colectivos independientes de Argentina. En “Cristalazo”, Alan Santacruz se mofa de algunas propuestas de arte contemporáneo. Alejandro Zúñiga entrevista a Francisco Ledesema. Yorchil Medina, Milton Navarro, Julián González, comparten algunas imágenes que dan cuenta de su obra artística. Las reseñas musicales se enfocan en grupos emergentes de Aguascalientes. En síntesis: un número imperdible si lo que se busca, más allá del tópico central, es inteligencia.
De 2010 a la fecha, como en el deporte, han entrado unos y salido otros. Esto es algo natural y que estimo continuará. Pero no dejará de publicarse por los cambios. Toda revista tiende a la desaparición y probablemente esto le ocurra, sin embargo, puedo asegurar que, de momento, hay que cobijarla y cuidarla. Debido a que quiero a la revista y a que deseo que permanezca otros años más, me gustaría invitar a las autoridades a que la impulsen para que su impacto cada vez sea mayor. (Sería una noble manera de ayudar a un proyecto que no se parece a ningún otro del terruño). Espero que algo de esto se anuncie el próximo jueves en el patio del Instituto Cultural. La directora del instituto ha prestado la casa. Estoy seguro que será una buena anfitriona.
El Gran Vidrio no. 6. Jueves 25 de julio 2013. Casa de la Cultura de Aguascalientes. De 6 a 10 pm.
@jorge_terrones