- Legisladores, rescatados del entrampamiento semántico: ¿fecundación o concepción?
- Polémica sesión de comisiones en torno a la llevada y traída iniciativa del derecho a la vida
Los legisladores quedaron entrampados en la semántica de las palabras “fecundación” y “concepción”, porque el académico Alejandro Madrazo Lajous les había dicho que una palabra definía controversias constitucionales; “al Congreso le corresponde hacer leyes, no diccionarios”.
Tímidamente lo miraba la mayoría de los legisladores apanicados: Gregorio Zamarripa Delgado, Mario Guevara Palomino, José Luis Alférez Hernández, Alfredo Reyes Velázquez, Alfredo Nieto Estebanez y Arturo González Estrada…
Sin preámbulo, ni presentación, ni protocolo, ni nada parecido -a pesar de que se hallaba presente el secretario técnico David Nájera- a las 15:03 Zamarripa procedió a abrir la sesión de las comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y de la Familia.
Barriéndose llegó la abogada Ingrid Tapia Gutiérrez -experta en derecho constitucional y derechos humanos, profesora decana de derecho romano en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y “devota de la familia, las causas de género y de los niños desde que están en la panza”, como se define ella misma- pero que nadie ahí conocía; apantalló a todos con su personal estilo de “conferenciar”.
Y sin más, saludó a sus anfitriones, es decir, los integrantes del Consejo de Laicos y Sí a la Vida, que la invitaron, como contraparte del también abogado constitucionalista Alejandro Madrazo Lajous, quien en conferencia magistral y en un dos por tres les diría a los legisladores, hace algunas semanas: “sería mejor que se aprobara esta reforma al Artículo 2 constitucional local, porque sería más fácil tumbarla por inconstitucional”.
En el salón Aquiles Elorduy sirven las tortas y los refrescos; nada más miran los alimentos. Ingrid se presenta: “Abogada constitucionalista y de los derechos humanos”. Se disculpa por su retórica incisiva, fuerte, firme, para quienes pudieran pensarla “atrevida”, y de plano afirma que la redacción de la iniciativa hecha por el PRI “es correcta”.
José Luis Alférez, el promotor -que no el autor- de la iniciativa, confiesa con timidez que no sólo el Congreso, sino la sociedad, están entrampados en el significado de las palabras “fecundación” y “concepción”, que tanto a él como al panista más experimentado ahí, Reyes Velázquez, les llevara horas prolongadas de discusión y debate semántico.
Había relatado la jurista poblana las peripecias de las palabras “arbitrariamente” y “muerte”, en dos controversias constitucionales que le tocó dirimir, dijo que al Congreso le corresponde hacer leyes, no diccionarios, y explicó que lo que busca la iniciativa que protege el derecho a la vida es ponerle un candado procesal, a la futura intención de pretender despenalizar el aborto en Aguascalientes.
“Es un yerro grave para los legisladores tratar de definir los adjetivos de las palabras, ya sean de términos médicos o biológicos… La Suprema Corte no se ha metido a discutir cuándo empieza la vida… La palabra correcta es la enseñada en la escuela, la aceptada por toda la gente, y es la de: “fecundación”, puntualizó.
Así, enérgica, categórica, incisiva y en momentos, quizá hasta impositiva, por su lenguaje académico y jurídico inobjetable, acompañado del lenguaje corporal ad hoc: de mirada directa a los ojos y, lo mejor, impresionante gramática, ortografía y sintaxis en su vocabulario, la abogada del Consejo de Laicos y Sí a la vida, Ingrid Tapia Gutiérrez, se llevó la sesión y como en la tauromaquia, también la tarde…
Foto: Gilberto Barrón