El agua no es algo que se pueda comprar y vender, no tiene precio y por eso no debemos meterla a las redes del mercado. Debemos construir la democracia del agua.
Vandana Shiva*, física, filósofa y feminista de la India
En los días pasados la ciudad de Aguascalientes vivió la crisis del desabasto de agua, pasaron más de 10 días antes que directivos de la empresa concesionaria CAASA comenzaran a responder públicamente a las quejas y denuncias de las personas usuarias. Los pretextos fueron diversos, incluso la misma empresa hizo responsable del desabasto en la zona centro a quienes robaron metro y medio de cable argumentando que ésta era la causa de que su sistema no funcionara, hasta hoy las promesas se las llevó el viento y seguimos con el mal servicio de la concesionaria.
Los programas de radio se saturaron de llamadas, exigencias y súplicas por las consecuencias de la falta del líquido vital. Ningún otro tema a pesar del esfuerzo de quienes conducen los programas de radio era más prioritario que la demanda ciudadana, agua.
¿Por qué el acceso y el abasto de agua no es un tema urgente y prioritario para los gobiernos y para la misma CAASA? Porque el agua y las labores de producción que se realizan con ella principalmente las realizan las mujeres. Son las mujeres las más afectadas por la falta de agua puesto que el trabajo en casa, en negocios formales e informales, en escuelas, etc. son llevados a cabo por este sector de la población. El desdén de la empresa en atender las demandas de abastecimiento en buena medida es porque miran con menosprecio a sus principales consumidoras.
A quienes dan la concesión y quienes manejan la empresa les importa un comino el número de escaleras que tiene que subir una mujer acarreando agua y muchas de esas mujeres son de edad avanzada o niñas quienes prioritariamente permanecen en el hogar, tampoco les importan los metros que ellas recorren, la fuerza y las horas que emplean para juntar agua y atender las labores principales que hacen que todo el país funcione, como cocinar alimentos y lavar ropa.
Si el desabasto que hubo de agua hubiera sido de gasolina nunca hubiera llegado a 15 días o a los meses que tienen algunas colonias esperando que se regularice el servicio, no lo habrían tolerado, ¿por qué? Porque principalmente estas labores para las que se usa la gasolina son realizadas por hombres, por lo tanto son consideradas productivas, que generan dinero a diferencia del trabajo en casa que realizan millones de mujeres donde ellas no reciben ni un peso a cambio de su fuerza de producción.
En buena medida por esos criterios sexistas es que el desabasto de agua se mira como algo no importante, así es como se invisibiliza el trabajo de las mujeres, este ejemplo deja al descubierto la falta de políticas públicas y privadas con perspectiva de género, la codicia de la empresa y la ignorancia con que se actúa, sólo así se puede tolerar el grave daño que se hace a más de la mitad de la población en sus labores cotidianas y productivas y a la sociedad en general que es beneficiada directamente por el trabajo de las mujeres, dentro y fuera del hogar.
Por otro lado e igual de importante resulta escarbar sobre los intereses reales de la concesionaria, si el problema de desabasto que vivió la mayoría de la ciudadanía de Aguascalientes fue de cinco, 10 o 15 días, valdría la pena hacer la suma de cuántos litros de agua dejó de proveer CAASA, qué valor monetario tiene ese número de litros que no obtuvimos y por los que vamos a pagar. En pocas palabras, ¿cuánto dinero se embolsará la empresa por el agua que toda la ciudadanía afectada vamos a pagar y que no consumimos?, ¿quién y por qué se firma un contrato que no puede sancionar a la empresa?
La privatización del agua responde a un modelo global e inhumano de mercado y no a las necesidades y procesos de los pueblos, el agua es de la tierra, nace de la tierra, en un proceso natural, un recurso que pertenece a todas y todos los seres con vida, incluyendo los árboles y animales, el agua no pertenece a una empresa ése es el peor error del mercado, porque mientras la pobreza avanza y hace menos accesible el dinero para numerosas personas en otras pocas concentra la mayoría de recursos económicos, bajo este esquema de economía deshumanizada habrá montones de albercas, campos de golf, clubes vacacionales privados y pueblos enteros muriendo de sed, en guerra por el agua, por sus altos costos, causa de unas cuantas empresas que se han adueñado de algo que nos pertenece a todas las especies vivas.
El desabasto anuncia el alza de este líquido necesario para el consumo, cualquier persona, la más pobre, la que vive más lejos, o la más rica, necesita consumir agua, el precio irá subiendo y subiendo, se nos controlará no sólo económica, también políticamente a través del precio que establecen estas empresas del agua.
“Los gobiernos y estados tienen la responsabilidad de proteger los recursos y el patrimonio de su país e impedir el usufructo por intereses y corporaciones” * La codicia de estas empresas no se detendrá por nada, no importa cuánto recursos entreguemos siempre querrán más poder.
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