Dicen que el tiempo se mide según la situación, no es lo mismo 30 minutos en el dentista que en el antro, y la mayoría de nosotros tenemos mil ejemplos para comprobar esta “perla” de la sabiduría popular, y yo tengo una para compartir con ustedes: no son igual las dos horas sentado viendo el Gran Gatsby que haciendo lo mismo con Rápidos y furiosos 6.
Y aunque los amantes del cine me podrán decir que artísticamente no hay punto de comparación, que si el cine, el arte, el fondo, la forma y la manga del muerto… lo cierto es que mientras que en una luchas por mantenerte despierto, la otra se va como el agua.
Valga aclarar que no soy amante de la franquicia de los “furiosos”, pero es innegable que presentan un espectáculo impresionante de efectos especiales, pirotecnia, música, stunts increíbles y una dirección y edición a tono con el género, que dejan a la audiencia con la boca abierta.
¿Que las escenas de acción son tan imposibles que resultan ridículas? Sí, por supuesto. ¿Que el director Justin Lin tiene tan poco respeto por las leyes de la física que seguramente Newton no para de revolcarse en su tumba? Sin duda alguna. ¿Que la trama es insustancial, los diálogos espantosos y las actuación forzadas? Indudablemente… ¿Que resulta una experiencia emocionante y completamente disfrutable? Indiscutiblemente.
Es precisamente lo imposible, absurdo y ridículo de todas las acciones que suceden en la cinta lo que la convierte en un gigantesco imán de taquilla. Toda esa locura envuelta en una realidad “posible” es la atracción que ejerce la franquicia completa en el público al que va dirigida. Entre más exagerados sean los stunts, ¡Mejor!
Además de los “juguetitos” que aparecen en esta cinta —claro que me refiero a los autos de poder o muscle cars—, las acrobacias y la pirotecnia, otro de sus principales atractivos es el elenco. Que aunque no ha sido el mismo de todas las películas de la saga, sí tiene más o menos una continuidad cuya relación entre ellos los hace entrañables ante los seguidores. Tal como sucede con el grupo de los Ocean`s eleven (12 y 13), existe una cierta identificación afectuosa entre el grupo de “furiosos” y su audiencia, convirtiendo a cada uno en parte de la familia.
Es precisamente ese aspecto familiar el que se explota en esta sexta entrega. Comenzamos con el “equipo” diseminado en distintas partes del mundo — países en los que no exista tratados de extradición con los Estados Unidos, claro está —, cada uno viviendo su vida en paz y disfrutando de los millones obtenidos en su “aventura en Río”. Cuando hace su aparición el agente Hobbs quien busca reclutar a Dominic Toretto (el líder de los “furiosos”, para los que no estén familiarizados con la franquicia) para que él y su equipo le ayuden a detener al malvado Shawn y su grupo de mercenarios que, al parecer, están cometiendo atracos increíbles, utilizando —mire usted qué casualidad— alta tecnología y carros fantásticos.
El as bajo la manga de Hobbs para convencer a Toretto de ayudarlo, es una fotografía de su antiguo amor, Letty Ortiz, a la que todos presumen muerta desde hace tiempo (dos películas para ser exactos). Esto es suficiente para hacer que el grupo se junte y emprenda una aventura más. Ahora no por dinero, sino por unir de nuevo a la familia… ¡Ah, y por el completo perdón de sus fechorías anteriores!
Canalizando a su Televisa interior (por aquello de las telenovelas) el director, Lin, colocó a Letty en el equipo de los malvados. ¿La razón? Amnesia causada por la terrible explosión en la que se supone había fallecido. Ella ha olvidado todo, bueno, casi todo, a Dominic y a los muchachos sí. Pero nunca cómo correr un auto a gran velocidad, presentar una buena pelea a golpes, disparar armas de fuego, ni cómo arreglar el motor de su velocísimo auto.
La razón del enfrentamiento entre los dos bandos es lo de menos, lo fantástico aparece cuando —como lo señala uno de ellos en una graciosa escena— los malos parecen los gemelos malvados de los “buenos”. Para cada miembro del equipo de Dominic (el enorme Hobbs incluido), hay una copia bizarra en el equipo de Shawn. Esa igualdad es lo que hace tan espectaculares tanto las persecuciones como las peleas cuerpo a cuerpo.
Rápidos y Furiosos 6 no es una obra de arte, es una cinta “palomera” que cumple con lo que promete y, sirve, únicamente, para pasar un buen rato. Nada mal ¿No creen?
Productor: Neil H. Moritz, Clayton Townsend y Vin Diesel; director: Justin Lin; guión: Chris Morgan, basado en los personajes creados por Gary Scott Thompson; fotografía: Stephen F. Windon; edición: Christian Wagner y Kelly Matsumoto; música: Lucas Vidal; elenco: Vin Diesel, Paul Walker, Dwayne Johnson, Michelle Rodriguez, Jordana Brewster, Tyrese Gibson, Chris Bridges, a k a Ludacris, Sung Kang, Luke Evans, Gina Carano, John Ortiz, Gal Gadot y Elsa Pataky; duración: 2 horas 8 minutos.