{Entrevista} Humberto Martínez de León, fundador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Se Lumen Proferre…40 años de luz

Decir 40 años para muchos es algo sencillo, pero para quienes han estado desde sus inicios hasta la actualidad no lo son, “40 años son 40 segundos para la vida de una universidad”, aseguró Humberto Martínez de León, rector fundador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, institución que el día de hoy celebra sus cuatro décadas de creación.

El primer rector de la UAA amablemente nos recibió en su oficina y a lo largo de casi 60 minutos mostró el gran orgullo que aún siente por esta institución.

¿Qué es la UAA?

Para este fundador, la Autónoma de Aguascalientes es considerada como el máximo e importante acontecimiento que ha vivido el estado en el siglo XX, pues es una casa de estudios superiores abierta al pueblo para que se forme, no sólo en disciplinas determinadas como medicina, derecho o ingeniería, sino también que se formen seres humanos buenos, “la humanidad necesita de seres humanos que tengan un sentido de trascendencia, de la ética, de la congruencia”, es ahí donde la Universidad se convirtió en una casa abierta a los hombres, a los que quiere transformar en luz –tal como dice su lema-: “se lumen proferre, transformarlos en luz”.

La Universidad en 40 años ha incrementado con cada periodo rectoral su prestigio y su autoridad moral, “es sin lugar a dudas uno de los activos más importantes que tiene el pueblo de Aguascalientes, su universidad”.

Según Martínez de León, la Universidad ha logrado vivir con congruencia, maneja los recursos con absoluta transparencia y honestidad, practicando lo que enseña a sus alumnos en las aulas cuando habla de ética, entonces cuando la Universidad hace una crítica social hacia el comportamiento que tienen los actores políticos o sociales, lo hace con la autoridad moral de quien tiene transparencia en su propia vida y quien predica con su propio ejemplo, “la Universidad da el ejemplo de que sus rectores no toleran la más mínima desviación en el manejo de los recursos”.

Tal es el caso de Rafael Urzúa, ex rector, quien manifestaba lo siguiente: “tan deshonesto es el que se apodera de lo que no le pertenece como la autoridad que conociéndolo no lo castiga”; han pasado nueve rectores, desde que Humberto Martínez de León entregó el cargo a Alfonso Pérez Romo, quienes han ayudado a que la UAA viva esa congruencia al velar por los recursos de la institución, que se manejen siempre en beneficio de la educación y jamás en beneficio personal, “aquí no se tolera la deshonestidad, se predica a los alumnos no solamente en el aula, sino con el ejemplo”.

La vida de la Universidad


Desde su planeación, el fundador trabajó para ver la institución limpia, llena de árboles, de jardines, estanques con patos y gansos, es decir, una convivencia sana con la naturaleza, un interactuar diario. “Yo me empeñé en que las aulas estuvieran entre árboles y jardines”, personalmente el rector indicó dónde ubicar los árboles.

Esto debido a que en su experiencia y estudios, los espacios físicos condicionan la conducta humana, “un ser humano no se comporta igual en una plaza de toros que en una biblioteca”, el entorno físico en el que actúa induce su conducta.

El objetivo era que la Autónoma fuera una universidad generosa en espacios, que los árboles proyectaran sombras y que cobijaran a los estudiantes, “ahí se respira libertad y respeto a la persona humana”; ese ambiente ha producido una favorable reacción de respeto, pues los estudiantes cuidan a la Universidad, “no hay grafitis ni libros rotos, como en otras instituciones públicas”.

Todo esto ha sido gracias a que se creó con bases muy sólidas, “en mi vida personal y profesional me dediqué a la organización de negocios, por eso me preocupé porque la Universidad tuviera sólidos fundamentos”. Recordó que en su discurso de la exposición de motivos para cambiar de Instituto de Ciencias a Universidad, y mencionó que todos los presentes no tenían idea de las consecuencias que tendrían sus actos en los años por venir, “yo sufrí porque yo no pude estudiar aquí, porque mi padre era un obrero y no me podía pagar, tuve que estudiar ya casado, con muchas dificultades”, ahí es donde le nació la idea de decir ¿cómo es posible que no haya una universidad en Aguascalientes?

Cuando llegó a la rectoría del Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología en 1972, el panorama que había en Aguascalientes es que de cada 100 jóvenes que terminaban el bachillerato, 47 no podían estudiar, 11 estudiaban aquí y 42 salían del estado, de los cuales sólo regresaban seis, “Aguascalientes se estaba convirtiendo en un exportador de talento sin que regresaran”, en tanto se aceptó la transformación y la creación de las licenciaturas que con los años han ido en aumento, basadas en la calidad, mas no en cantidad.

A su llegada al Instituto, la Secretaría de Educación había ofrecido 1 millón y medio de pesos para que creara la Escuela de Medicina, ya que en ese tiempo no era una institución de educación superior, sino de bachillerato; tuvo las primeras carreras hasta que Martínez de León fundó la de Contador Público y licenciado en Administración, en 1968.

Entonces la SEP quería que se afianzara como institución de educación superior, pero ningún rector se atrevió hasta su toma de posesión (el 3 de enero de 1972), cuando el fundador anunció elaborar la Escuela de Medicina y a los nueve meses se inauguró (9 de septiembre), mismo tiempo que se tardó en transformar el Instituto en Universidad.

Ubicación geográfica del campus, ¿por qué ahí?

Al cuestionarle sobre cómo decidió establecer la Universidad en ese punto geográfico, confesó que el entonces gobernador Francisco Guel Jiménez fue quien le sugirió el lugar, “cuando fui a decirle cuál era mi intención, él me dijo que el lugar ideal es donde querían poner la zona militar, él detuvo el proyecto para que se hiciera ahí la Universidad”, además se ofreció a apoyarlo para la creación de la Escuela de Agricultura.

Angustia emocionante

Al inicio tuvo que pasar por muchos obstáculos y angustias, sin embargo, logró al fin que el presidente Echeverría le entregara 50 millones de pesos para la construcción del campus de la UAA, “querían que el edificio de la Rectoría fuera el edificio principal, pero yo luché porque fuera el de la biblioteca”, el cual señaló, tenía que estar justamente en medio de todo el campus. “Yo ni oficina tenía como rector, a mí lo que me interesaba era que hubiera aulas, bibliotecas, talleres, laboratorios y árboles-jardines”.

A pesar de todos los malestares, llantos, enojos, frustraciones, risas, gritos y emociones encontradas, para su creador, la Universidad Autónoma de Aguascalientes ha crecido bien en sus estructuras: administrativa, jurídica con todas sus leyes, reglamentos de maestros, contratación, el estatuto de la Ley Orgánica con una estructura financiera y mucho más.

Mensaje a maestros, alumnos y ex alumnos

“Nunca hay que esperar unanimidades, donde hay libertad, hay discrepancias, y en una república es el ambiente de los que piensan distinto, aun los que critican y los que piensan diferente, enriquecen las cosas.

“El mensaje es que conozcan la historia de su universidad, para que sepan la carga de idealismo que hay en ella, para que sepan los esfuerzos que tuvieron que realizarse para tener lo que tenemos hoy. Esto no lo vino a hacer nadie, ni nadie lo regaló, es el fruto del esfuerzo continuado que hemos realizado desde que yo fui líder de un gran movimiento social del pueblo de Aguascalientes para construirla hace 40 años”.

Ocho rectores más continuaron el trabajo que Humberto Martínez de León idealizó y ejecutó, todos se han preocupado por que la Universidad sea lo que originalmente se quería, por ello su creador exhortó a todos los universitarios a leer su historia, que la amen y la hagan suya pues sabiendo el esfuerzo que se tuvo que hacer para tenerla, la van a amar y si la aman la van a respetar y si la respetan la van a cuidar, “las universidades tienen muchas asechanzas de grupos políticos, sociales y religiosos, pero que no deben de proliferar”, ya que recordó que es una casa abierta a la verdad.

Ahí los estudiantes tienen el derecho de conocer todo lo que se diga, todo lo que se escriba sin límite.

“Conozcan la historia, analícenla y engrandezcan con su conducta su espíritu para que el día que lleguen a ser funcionarios públicos, sean honestos para ver en el desempeño de un cargo público la oportunidad de servir y no sólo enriquecerse económicamente. Recuerden: 40 años son 40 segundos para la vida de una universidad”.

Foto: Gilberto Barrón


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