Seguramente escuchó en la semana el tema de la aprobación a la reforma de la Ley de Telecomunicaciones, tan polémica y mediática como nunca antes; la razón de tal alboroto es lo que esconde y conlleva pero, ¿puede usted identificarlo? Es decir, ¿sabe cuál es el trasfondo de esta reforma, el fin último, para quién es el beneficio? Ponga a funcionar sus antenas no vaya a ser que la excusa sea como la que impidió la transición de la señal televisiva análoga a digital en Baja California.
En su mayoría, la Reforma está encaminada a fomentar la sana y REAL competencia en televisión, radio, telefonía y servicios de datos, el Congreso de la Unión tendrá que estar al pendiente para aplicar las adecuaciones necesarias con el fin de señalar y castigar prácticas monopólicas.
Así que van a estar muy atareados, con mucho trabajo los compañeros integrantes del Congreso de la Unión, pues como puede observar la industria de la telecomunicación en nuestro país está prácticamente en tres manos. ¿Qué es lo que se va a observar y sancionar, la existencia de monopolios? La señal televisiva tiene dos cadenas con cobertura nacional que se reparten el pastel, ya sabe los nombres de las empresas y los apellidos de los dueños, en efecto no es un monopolio sino un duopolio que funciona a las mil maravillas y como dijo Azcárraga Jean, en su empresa siempre han estado a favor de la competencia, sí claro, siempre y cuando sean dos y uno más pequeño que él.
Agregue usted a la empresa del máximo aficionado a las Águilas su participación en la radiodifusión nacional, se hace poderoso no cree, claro que podemos catalogarlo dentro de las empresas monopólicas de esta nación.
Entonces, resumiendo, llevamos dos manos identificadas, las del dueño de la empresa del ojo que vigila y las del dueño de la televisora del Ajusco.
Pero aquí es cuando aparece el tercero en discordia y sin duda el más poderoso de los tres, el amo de la telefonía en México, aquél que está esperando poder incursionar en la industria del entretenimiento audiovisual a través de una señal abierta y que pudiera hacer temblar a los hasta ahora reyes del duopolio.
Cuatro posibles cadenas de televisión privada, dos señales que complementen el espectro televisivo nacional, la pregunta es ¿qué beneficio tiene la sociedad con esta apertura? De manera “oficial” un abanico de opciones en cuestión de entretenimiento, educación e información, claro si apelamos a la función social de los medios visto desde un esquema funcionalista. Pero de no ser así, en realidad esas tres funciones quedan reducidas a una sola, al entretenimiento barato y fácil de consumir.
Dos canales más de televisión bajo el mismo esquema funcional no garantizan una nueva y mejor alternativa para la sociedad, ya sea de Slim o de Vargas, en todo caso la oferta mediática deberá ampliarse no en la “zona” de las concesiones sino en la de las señales permisionadas, sólo que estas últimas no son negocio para el gobierno.
Es decir, la nota de ocho columnas es que con esta reforma se da paso a la libre competencia en el espectro televisivo, dos nuevos canales concesionados por el Gobierno Federal a través de las instancias pertinentes, para explotar el espacio aéreo con fines de lucro, un negocio y como todo negocio en nuestro país debemos agilizar trámites y optimizar tiempos a través de “dádivas” económicas o en especie, ¿qué es lo que están dispuestos a ofrecer los dos nuevos canales al Gobierno Federal como dádiva y qué están dispuestos a obtener los dos canales ya existentes a cambio de la apertura televisiva?
Mientras la atención se centra en el espectáculo queda de lado la posibilidad de la otra televisión, aquélla que como comenté es permisionada y que puede hacer el equilibro verdadero en esto del consumo de productos audiovisuales. Desde 2005 la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México opera con 57 afiliados, de ésos, 56 pertenecen a instituciones educativas, culturales, a la sociedad civil y a los gobiernos de los estados. La página de internet de “La Red” apunta que la suma de las frecuencias de radio y televisión de estos sistemas es de más de 450, a lo largo y ancho del territorio mexicano. Su penetración regional es tan amplia que en conjunto cubren a una audiencia estimada en más de 25 millones de televidentes y radioescuchas, en 30 entidades federativas, lo que la constituye como la tercera red de radiodifusión en importancia a nivel nacional.
Es ahí donde está el verdadero equilibrio, en la oferta televisiva para la sociedad y no el negocio entre cuatro particulares y el actual Gobierno.
No es abrir dos televisoras más seguramente con contenidos muy similares a los que ahora conocemos, es buscar entretenimiento con calidad, información y promoción de valores en estas redes que ya existen y que seguramente cuando se exponga usted como público televidente podrá constatar que no sólo de la televisión privada vive el hombre.
Twitter: @ericazocar