A un mes y un día de celebrar el “Día D” y las campañas políticas siguen con la tradición del proselitismo a la mexicana, aquel que hemos visto a lo largo de los años y que pareciera nunca va a evolucionar.
En Aguascalientes se elegirán 27 diputados y 11 alcaldes, los “organizadores”, el Instituto Estatal Electoral se reporta listo para llevar a buen puerto tan trascendente acontecimiento, bueno, eso dicen ellos, con esa saturación mediática apostando a la manipulación de los infantes hacia su padres para que éstos cambien de actitud… ¿será?
Aparentemente los actores políticos están en sus marcas y listos para convencer a la ciudadanía con todo tipo de artimañas. A decir verdad, no, no hay ni siquiera “artimañas” que llamen la atención. De verdad no sé cuál es la sensación que me provocan estos intentos de campaña de los tres candidatos a la presidencia del municipio capital; pena ajena, decepción, incomodidad, molestia por cómo visualizan a los habitantes de esta ciudad. Siguen creyendo que mientras más ruido más votos, mientras más soberbia más votantes cautivos, mientras más cruceros invadidos más seguidores. ¿Encuentra usted diferencia entre la contaminación visual que generan las inmobiliarias al pararse a media calle cuando la luz roja cumple con su función y los automovilistas se convierten en público cautivo (a fuerza) y las banderas verdes, azules y ahora naranjas de los aspirantes al PODER?
La cúpula partidista local fue contagiada por el virus del centralismo nacional que padece la capital del país desde la época en que el águila devoró a la serpiente. Visite usted los portales en internet de los partidos políticos que están en contienda y dígame si encuentra más de dos notas de los candidatos de los municipios. Todo es Paco, Toño y José Luis, los reflectores en ellos como cuando en la Ciudad de México sucede un acontecimiento de magnitud y toda la República sabe de eso. De ahí la confusión global de imaginar a todo México (país) únicamente como la capital azteca. Y ese centralismo que a veces molesta tanto ahora se manifiesta aquí, la capital es el que interesa, los demás municipios son lo de menos “de todos modos vamos a ganarlos”…
Fallan las estrategias dentro de los partidos, los responsables de la mercadotecnia política son muy tradicionalistas (por decirlo de manera elegante) pareciera que sólo les interesan los “huesos” que pueden adquirir al final de la contienda.
Identifique por favor los tres frentes en la disputa electoral. La primera, el uso de los medios de información y comunicación masiva, recuerda el anuncio donde el candidato se presenta de manera muy cálida y coloquial, suelta una que otra propuesta, hace cara de saber de lo que habla y al final sonríe, el cierre del spot es el eslogan y logotipo del partido. ¿Lo vio? Claro que lo vio, en la campaña de Vicente en la de Felipe, en la de Luis Armando, en la de los chicos de hoy, en todas, nada ha cambiado, próximamente el talkshow más esperado… “El debate”.
La segunda, la mercadotecnia directa, es decir la aplicación del logotipo del candidato, la frase o eslogan en cartas, fólders, tarjetas, folletos, materiales audiovisuales que dicho sea de paso deben encontrar una vía para ser distribuidos, pósters, pendones, bardas, artículos varios, todo eso y más que si no está bien segmentado y enfocado pierde la intención y la fuerza. Le doy un ejemplo que ya mencioné, usted llega al crucero de su avenida favorita, se encuentra con más de 50 personas con banderas, calcomanías listas para instalar en su vehículo, un sistema de audio donde una persona intenta llamar la atención destacando las cualidades de su candidato, la zona abarrotada de imágenes y muchos elementos distractores, ellos tienen la consigna de convencer o reforzar la preferencia electoral del automovilista en menos de un minuto, y como nos acostumbraron a que gratis “hasta la propaganda política” entonces nos llenamos de plumas, imanes, mandiles, playeras, gorras, encendedores y demás artículos que la mercadotecnia señala como adecuados pero que al final acaban en la basura.
Y la tercera, la acción electoral, Roberto Hernández Sampieri y Carlos Fernández Collado señalan en su libro Marketing electoral e imagen de gobierno en funciones que “la acción electoral comprende todos los esfuerzos para acercar directamente al candidato a los votantes y promover el voto cara a cara, así como para establecer alianzas y adhesión grupal que garanticen votos antes del día de los comicios”.
Usted me dirá que existe evidencia de que la tercera etapa que identifican los autores se lleva a cabo, las fotos lo constatan, vemos a los candidatos saludando, abrazando, escuchando a quienes más lo necesitan, previo análisis e instrucciones a los “fotografiados” para que la imagen cumpla con los estándares de calidad persuasiva.
Estoy seguro que como personas los tres jóvenes que están en disputa deben ser unos tipazos, lástima de sus expertos en mercadotecnia política y asesores de imagen, que por tradición son personas externas que no conocen el mercado sociopolítico de la entidad y adecuan una estrategia nacional.
El reto creo yo no es ver quién es el mejor sino cómo le van a hacer para seguirle el tren a la actual alcaldesa, no se nos vaya a pegar el fenómeno Ebrard-Mancera que azota a la capital del país.
Twitter: @ericazocar