- Hay una orfandad enorme en Radio UNAM, manifiesta Fernando Chamizo, su director
- Buena materia prima y malos corporativos cultivan crisis periodística en México
Se expresaba tal cual vestía. Sumamente formal, Miguel Ángel Granados Chapa se hablaba de usted hasta con sus más íntimos amigos. Odiaba sentir hambre; incluso, con cierto nivel de humor, aseguraba que podía cachetear a alguien si antes no tomaba su acostumbrado desayuno: pan, huevos, y dos jugos de naranja.
El hidalguense de cuna modesta y madre soltera fue, para sinnúmero de lectores y profesionistas del ramo, un maestro del periodismo íntegro.
En mayo de 1958, recién egresado de la secundaria, Granados Chapa literalmente brincó las bardas del Colegio Militar para volver a su casa. La vocación no se encontraba allí.
“No cedí a ninguna presión, porque nunca me la hicieron ni mi madre ni mis hermanos, pero me pareció justo compensarlos de alguna manera porque ellos pagarían mi manutención durante mi estancia en México. Sentí que había una desilusión con periodismo, carrera desconocida, y por eso opté por las dos [derecho]”, dijo a Silvia Cherem S., autora de Por la izquierda, pieza biográfica.
A los 21, en la capital del país, ya trabajaba con otro de los pilares del diarismo, Manuel Buendía Tellezgirón. El paso del maestro por el periodismo fue largo y prolífico. Estuvo en Crucero, Informac, Unomásuno, Excélsior, Cine Mundial, Mira y Reforma. Además fue fundador de medios como La Jornada y Proceso, y director de noticiarios de Canal 11 y Radio Educación.
En Informac comenzó a redactar la Carta de Información Política, semilla de la renombrada “Plaza Pública”, columna que circuló ininterrumpidamente de 1977 a 2011.
El domingo 16 de octubre de 2011 Miguel Ángel Granados Chapa falleció por cáncer de colon.
A un año y ocho meses de este deceso, Fernando Chamizo Guerrero, director de Radio UNAM, donde “Plaza Pública” también fuera compartida por su propio creador, confesó en entrevista que el sentimiento imperante es el de la tristeza.
En la estación “hay una orfandad enorme, es insustituible. De hecho no tenemos una programación que lo sustituya. Miguel Ángel, para Radio UNAM y para mí tiene mucha trascendencia. En sus 17 años al aire fue una voz necesaria para entender este país”.
Cuentan que en 2008 no había una semana en que Granados Chapa dejara de recibir llamadas con olor a premio. Se le otorgó la medalla Belisario Domínguez del Senado de la República, obtuvo la presea Pedro María Anaya, del Congreso de su estado, e ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua. De igual modo consiguió un doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Miguel Ángel, recordó Chamizo, era criticado por su pausa al hablar por los micrófonos, sin embargo “tenía un programa de radio con un gran manejo de lenguaje, sin una sola falta de ortografía, con la puntuación exacta, era el único programa de radio donde los puntos suspensivos, las comas y los dos puntos se oían”.
A lo largo de su vida, Granados nunca dejó de ser contrapeso del gobierno. Criticó abiertamente los términos del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y acumuló un buen número de demandas. Su apego a la metodología periodística hizo que ninguna de ellas prosperara.
“Lo más importante, creo yo, era su congruencia política, su congruencia periodística, su enorme honradez, su enorme rigor en lo que decía y pensaba. Sí, se le extraña, el director lo extraña, para mí Miguel Ángel siempre fue una compañía y un referente importante incluso en la toma de decisiones profesionales. Lo extraño mucho”.
-¿Tienen prospectos para llenar lo que dejó “Plaza Pública”?
-No se puede llenar, plantear que alguien lo va a llenar sería un planteamiento equivocado. “Plaza Pública” muere con Miguel Ángel, lo que hay que plantearse es otro proyecto periodístico, una cosa distinta, eso sí.
El 20 de febrero de 2009 escribió en su columna de Reforma: “Tengo miedo. Un asesino anda suelto”. Granados se refería al ex directivo policial José Antonio Zorrilla Pérez, quien acababa de dejar la prisión después de haber pegado un tiro a la espalda del mentor Manuel Buendía, el 30 de mayo de 1984.
En aquel entonces el originario de Zitácuaro, Michoacán, ya escribía sobre la relación entre políticos y narcotraficantes. El alumno fue el primero en señalar al asesino y el más insistente en el castigo ejemplar a los delitos contra la libertad de expresión.
Para Fernando Chamizo el sismo de 1985 produjo cambios de fondo en toda la prensa mexicana. Los medios comerciales de pronto se vieron en la rotunda necesidad de difundir noticias, labor desempeñada en su mayoría por los medios “culturales”, quienes a su vez cometerían el error de abandonar de a poco los espacios de análisis e información.
“Radio UNAM no va a competir por la noticia, no es ya nuestra función, para eso hay otros medios con la ideología muy marcada y que tienen la infraestructura y los contactos, todo eso. Lo que Radio UNAM deberá plantearse es un proyecto informativo que no persiga la noticia… creo que el espíritu debe ser el de darle al oyente una mirada mucho más para adelante; entender las cosas, tocar temas que no son necesariamente hoy noticiosos, pero que lo van a ser en seis meses”.
Apuntó que el tema de la hambruna que azotó hace un par de años la Sierra Tarahumara se conocía a priori en el ambiente universitario.
Aunque en la trinchera propia aún no se cuenta con el concertista, indicó, que el plan es entrar en “la dinámica de un periodismo no frívolo, no enajenante, no basura. Los medios electrónicos suelen tener información intrascendente y poco seria”.
-¿Éste es un proyecto a corto plazo?
-Digamos que ojalá este año salga.
-¿En el concierto nacional hay alguien que pueda hacer las veces de Granados Chapa?
-Creo que hoy quien tiene un periodismo más autónomo, más libre, más combativo contra el poder, es ella [Carmen Aristegui] en términos de medios electrónicos. Si yo coloco en el mismo tiempo a Miguel Ángel y a Carmen claramente son dos pensamientos distintos en la manera de hacer periodismo, en la manera de pensar y ejecutar el periodismo.
A su vez, el titular de Radio UNAM consideró que el país vive problemas en lo relativo al personal de la comunicación.
“Hay una orfandad seria en nuestro país, periodistas que tengan ese rigor, no los veo, no los hay. Tenemos una gran crisis de instituciones periodísticas en nuestro país”.
-¿Habría que importarlos?
-No, no, no, no, no, y no es un acto xenofóbico mío, al contrario. Yo creo que este país tiene una muy buena materia prima, el problema son, muy probablemente, los corporativos mediáticos. ¿En dónde se puede hacer periodismo serio hoy?
A mediados de los 50 se levantó una huelga en una fábrica de textiles ubicada en su natal Pachuca. Al respecto, aunque con los años distanciado de iglesia y religión, Miguel Ángel Granados Chapa relató alguna vez:
“Me irritó su discurso, no sólo porque me afectaba personalmente, sino porque muy pronto entendí que el papel de un sacerdote no podía ser lastimar a los trabajadores que asistían a misa. Se me quedó en la conciencia que el padrecito -de la capilla familiar- no seguía el mandamiento cristiano de justicia y fijé postura: buscar la equidad para quienes menos tienen”.
Foto: Gilberto Barrón