Mientras los músicos llegaron a muy temprana hora en compañía de sus técnicos para preparar el equipo en el escenario y brindar al público un espectáculo inolvidable, el sol se fue a descansar para que la luna fuera cómplice de una noche inolvidable, sólo restaba una cosa: que Jorge Drexler saliera a cantar.
Ello se suscitó el día de ayer por la noche en el Foro del Lago de la Feria Nacional de San Marcos; un marco sencillo adornado con luces amarillas y azules fue el escenario que a cielo descubierto albergó un breve e intenso recital de este talento uruguayo.
Luego de una media hora de espera, en punto de las 20:30 horas el concierto empezó para la alegría y euforia de los fanáticos presentes, quienes abarrotaron las gradas, sillas y hasta el suelo de este espacio, algo que no siempre sucede en este lugar. El sacrificio que habían pasado no fue en vano, esperar más de dos horas bajo el sol para “escoger un buen lugar” tuvo su recompensa.
Con el público, en su mayoría jóvenes adultos de entre 25 y 40 años, Jorge Drexler y su equipo inició un suave espectáculo empezando con sus más exitosas canciones para después comenzar con algunos de los temas de su último disco en estudio, Amar la Trama lanzado en el 2010 y nominado en cuatro categorías a los Grammys Latinos y a los Premios de la Música de España.
La oscuridad del recinto era inesperadamente interrumpida por luces que daban color a una escenografía que lucía por la sencillez de una esfera de papel e instrumentos musicales; la mayoría del tiempo era la penumbra la que arropaba el escenario, lo que dejaba un matiz de nostalgia elevada con la Hermana duda que el intérprete incrustó en su público.
Los gritos y piropos de las mujeres no tardaron en escucharse, a la vez del canto de Drexler, lo que hacía que el cantautor sonriera penoso, aunque agradecido por los cumplidos; fue entonces cuando un punto de luz emergió de un foco en el templete que provocó curiosidad de ver a un artista de su talla acompañado tan sólo de dos músicos en medio del escenario, mientras les arrojaba Polvo de estrellas.
Jorge empuñó su guitarra y de tajo unos reflectores dieron contra su cuerpo, compartiendo anécdotas de su vida al público. Saludó con su característico estilo entonando: “bajo este cielo azul y el viento presente quiero decirles hidrocálidos presentes que viva Aguascalientes”, y el neón desapareció, dejando a Jorge como en un cuarto a solas, bajo la luz de un foco que dejaba ver la privacidad del momento.
Tras casi dos horas de canto, Drexler se despidió agradeciendo al público haber compartido “una noche a cielo abierto que rara vez ha hecho”, lo cual hizo que él y su público fueran dos momentos de una misma realidad, lo que demostró la pasión reunida por el uruguayo en sus andanzas, transformada por el público feriante, entregado en cada canción.
Que lindo escribes!