Hace 42 años, exactamente el 9 de mayo de 1971 el movimiento feminista salió a las calles, denunciaron el mito de la maternidad como algo que nada tiene de natural e intrínseco a todas las mujeres, mentira, la maternidad es una construcción social, responde a un adiestramiento, la sociedad, la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación, las leyes, condicionan a esa supuesta naturaleza materna, ya desde entonces las feministas señalaban el día de la madre como un mito que servía para reforzar al patriarcado.
Esta estrategia por cierto mercantilista buscaba dar un golpe bajo a las feministas que comenzaban a crecer como una ola gigante y amenazaban con devastar el papel que hasta entonces habían tenido las mujeres en la sociedad. Las consecuencias de 1955, es decir 16 años antes de 1971 habían dejado tambaleante el suspiro del ala conservadora, desde luego ahí se encontraba la iglesia católica que antes de 1955 juraba que las mujeres no obtendríamos el voto, el argumento es que la política era propia de los hombres por estar ellos en la vida pública, y que las mujeres al estar en sus casas, es decir en el ámbito privado, no podían tener ningún interés de participar en ella.
Después de que se reconoce el derecho de las mujeres a ejercer el voto muchos sectores ven al movimiento feminista como una amenaza y tenían razón, las voces rebeldes y críticas de las que no tenían un rostro político público comenzaban a destellar por todo el país y efectivamente, amenazaban los privilegios masculinos.
¿Cómo contrarrestar el avance del feminismo? Para 1971 la cosa era preocupante, cada vez más periódicos hechos por mujeres, encuentros feministas y más actividades atrapaban la atención de la derecha de la política mexicana. Así que un sector empresarial decidió lanzar una campaña, la estrategia publicitaria era festejar a las madres mexicanas, no sin que antes esta celebración diera jugosas ganancias a los empresarios, en muchos lados como los Estados Unidos ya surtían efecto, de México podría esperarse lo mismo.
Fue así como el periódico Excélsior y el Palacio de Hierro vieron consolidado su mejor negocio, que luego beneficiaría a muchos otros negocios, pero la coronación del día de la madre se debe principalmente a aquella iniciativa mercantilista. Dicho periódico buscaba con esta iniciativa rescatar “la moral social” afectada por el movimiento de liberación femenina que ya de por sí había escandalizado las buenas costumbres con la promoción de la planificación familiar.
Aquel 9 de mayo de 1971 unas 500 feministas se manifestaron en el monumento a la madre, en la Ciudad de México, donde denunciaron que la maternidad no tenía nada de natural, reivindicaron el derecho a una maternidad libre y elegida, además demandaron el derecho al aborto gratuito y en condiciones seguras para las mujeres que habían quedado embarazadas sin desearlo.
Al pasar de los años el feminismo ha profundizado más sobre las intenciones, las formas, códigos y estructuras de un sistema que oprime y explota a las mujeres, así es como ha logrado desenmascarar la heterosexualidad obligatoria en que nos encasillan, por eso es que este día se ha convertido en mito, para desexualizar a las mujeres que son madres, para recordar en el imaginario colectivo y en lo concreto, lo individual que las mujeres no tenemos derecho al placer, a la sexualidad libre y no reproductiva, a erotizarnos con otros cuerpos no sólo con el de la pareja, además no sólo con los cuerpos masculinos, también con los de otras mujeres.
Instalar la monogamia, la heterosexualidad y la maternidad como válvulas de control hacia las mujeres resulta fundamental para mantenerlas bajo control. Así siempre se piensan respecto al otro, al padre, al esposo, a las hijas e hijos y nunca se piensan para sí mismas, ese juego de la dependencia y el reconocimiento por parte de otros es por el que miles, millones de mujeres incansablemente barren, lavan platos, sacuden, cocinan, cuidan crianzas y se esmeran en ser buenas madres.
Las ideas elaboradas por el patriarcado cuando las mujeres damos pasos a la libertad, a los derechos nos tiran nuevamente hacia atrás. Hoy en día el discurso tramposo de los valores familiares recae únicamente sobre el papel que juega la madre con sus hijas, hijos y esposo, nuevamente a ella se le adjudica la natural habilidad de mantener unida a la familia aunque sea ese espacio el mismo que la somete y la sojuzga, que le niega principalmente el derecho a la sexualidad y la libertad.
Este 10 de mayo comparto absolutamente los pensamientos de nuestra querida filósofa y feminista Francesca Gargallo “el feminismo sigue siendo una acción del entre-mujeres ahí donde el entre-mujeres es mal visto, menospreciado, impedido, es objeto de burla o de represión. El feminismo hoy como hace 40 años es un acto de rebeldía…” (A 40 años del primer cuestionamiento de la maternidad por las feministas en México- Francesca Gargallo).
Apuntes
En torno al 10 de mayo, actualmente se lleva a cabo “la protesta del día después” el 11 de mayo en el zócalo del DF decenas de mujeres jóvenes feministas de la red contra la maternidad secuestrada expresan: queremos que la maternidad sea un acto voluntario, gozoso y responsable y no un mecanismo de imposición de la sociedad y la familia hacia las mujeres. Suscribo su pronunciamiento.
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