Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales, A.C.
Jebel Qasioun, Siria. 5 de mayo de 2013. Una gigantesca bola de fuego ilumina el azabache firmamento; las explosiones aumentan in crescendo y su estruendo despierta a los habitantes de la milenaria Damasco –la Ciudad del Jazmín-, pues la Fuerza Aérea de Israel ha bombardeado las instalaciones militares colocadas en la cúspide de la montaña donde, según la tradición, el profeta Abraham y el mesías Jesús de Nazaret oraron.
La operación militar arriba mencionada se sumó a la acaecida el viernes 3 de mayo del presente año, en la cual los pilotos hebreos atacaron el Centro de Investigación y Estudios Científicos de Jamraya, cerca de la frontera con El Líbano, la cual, a su vez, había sido bombardeada por Israel a finales de enero del año en curso.
El objetivo del presente artículo es explicar al amable lector las razones de los operativos castrenses israelíes y quiénes son los destinatarios del mensaje enviado por el Estado sionista al atacar Siria.
Todo comenzó con la disculpa de Israel a Turquía en marzo de 2013 –la cual fue orquestada por los Estados Unidos-, pues para Washington era primordial que sus dos principales aliados en el Medio Oriente estuvieran en buenos términos. A continuación el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, visitó el país de los hebreos y las petro-monarquías del Golfo Pérsico para consultarlos respecto al programa nuclear iraní y la guerra civil en Siria.
Asimismo, Washington, Londres y París se mostraron mortificados ante las exitosas ofensivas –“mini blitzkriegs”- lanzadas por las fuerzas leales Bashar al-Assad contra el mal llamado Ejército de Siria Libre –una amalgama tóxica de mercenarios y extremistas islámicos pagados por Arabia Saudita y Qatar-, en la zona del corredor de Homs.
Al mismo tiempo, el 27 de abril el viceministro ruso, Mijaíl Bogdanov visitó Beirut, la capital de El Líbano, para “forjar una alianza con Hezbolá” (Russia Today 06/05/2013). Este movimiento se puede interpretar como un seguro geopolítico por parte rusa pues Moscú desconfía de las garantías estadounidenses. Esto a pesar de que, según el periodista hebrero Zvi Bar’el, “Rusia y la Unión Americana tienen un acuerdo tácito respecto a Siria. Mientras Estados Unidos no arme a los rebeldes sirios, Rusia no hará ostentación de su apoyo militar al régimen”.
Rusia no desea ser expulsada del Mediterráneo oriental –región rica en recursos de gas natural- . Además, Moscú no quiere renunciar a su base naval en el puerto de Tarso, Siria.
El 30 de abril el líder de Hezbolá, jeque Hasan Nasrallah, reveló tras su viaje secreto a la capital iraní, Teherán, que Occidente desea “destruir a Siria como pueblo, como ejército, como nación entera” (Asia Times 07/05/2013).
Los anteriores movimientos y los ataques contra Jamraya y Jebel Qasioun llevan a concluir al escribano que el verdadero destinatario de la ofensiva hebrea es el eje Teherán-Damasco-Hezbolá, el cual es apoyado por Rusia y China.
Israel sabe que si algún día se decide atacar las instalaciones nucleares de su acérrimo enemigo, Irán, primero tiene que debilitar al lacayo iraní en El Líbano, Hezbolá, pues esta organización islamista tiene 55 mil cohetes de corto y mediano alcance que pueden hacer llover fuego sobre las ciudades hebreas, tal y como sucediera en la guerra del 2006.
Irán, Siria y Hezbolá no contraatacarán –por el momento- pues saben que sería “hacerle el caldo gordo” a los Estados Unidos, quienes buscan el menor pretexto para intervenir en el conflicto en Siria.
No obstante, el ardor bélico yanqui recibió un balde de agua fría el día de ayer cuando la helvética Carla Del Ponte, reveló que los investigadores de derechos humanos de las Naciones Unidas habían hablado con las víctimas de la guerra civil en Siria y habían recolectado testimonios que apuntaban al uso de armas químicas por parte del Ejército de Siria Libre, mientras que los alegatos contra el uso de armas de destrucción masiva por parte del gobierno de Bashar al-Assad carecían de fundamento.
El reporte Del Ponte disgustó a la Casa Blanca, quien pronto se aprestó a denostarlo. Finalmente, alarmado por la inoperancia bélica del Ejército de Siria Libre, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, senador Robert Menéndez, presentará un proyecto de ley que compromete a Estados Unidos a “equipar con armas y entrenar” a los rebeldes sirios.
Todo lo anterior augura que la sangre seguirá regando el suelo del atormentado Medio Oriente.
Aide-Mémoire.- Barack Obama puede, respecto a su viaje a México, parafrasear a Gayo Julio César diciendo: “Vine, sonreí y NO me comprometí”.