Por enésima ocasión en la historia de nuestra nación, quienes se encuentran al frente del gobierno federal, se empecinan en creerle a los gobernantes del vecino país del norte (los Estados Unidos de América), sin reparar un poco que la relación bilateral entre estos dos países que comparten una frontera de más de 3 mil kilómetros, jamás podrá llegar a tener la característica de “socios iguales” que absurdamente describió el presidente Obama, al hacer el llamado a “dejar atrás viejos estereotipos” y mirar con una nueva óptica la relación entre ambas naciones.
En realidad me gustaría poder creerle al presidente estadounidense, pero la historia de la relación siempre se ha distinguido precisamente por ser una donde no existe igualdad o equidad alguna. No dejo de reconocer que la pieza oratoria que realizó Barack Obama en el Museo Nacional de Antropología e Historia, tuvo las particularidades que diferencian un buen discurso de uno que no lo es; pero desgraciadamente cuesta creerle a alguien que prometió regresar a las tropas norteamericanas de Irak y Afganistán, cerrar la prisión de Guantánamo, con el argumento de restaurar la moral de los Estados Unidos de América, y la comunidad internacional sigue esperando que lo cumpla.
Acepto que entre quienes se encontraban en el museo referido debe haberles impactado la presencia de este buen orador, pero lamento significativamente que hayan olvidado algunos eventos que se sucedieron durante su primer mandato, y que están ejemplificados por el hecho de ser el presidente de esa nación que más mexicanos ha deportado en los últimos tiempos, y esto no porque lo haya dicho Andrés Manuel López Obrador, sino porque es un hecho fehaciente e indiscutible.
También me resulta muy penoso que Obama, haya mencionado “que es tiempo de reconocer las nuevas realidades”, cuando aún es capaz de mantener el bloqueo a Cuba, y empecinarse en ubicarse como los policías de la democracia internacional, y consentirse actitudes trasnochadas, como son querer atemorizar a cualquier país que no hace lo que le piden, y apoyar regímenes autoritarios y dictatoriales.
El hecho de que haya elogiado a México por considerar que ha logrado avances significativos en los rubros económicos y políticos, me preocupa en demasía, ya que esto sólo refiere que en realidad estamos haciendo lo que ellos quieren, en especial con lo que tendrá que ver con la reforma energética.
Algunos medios de comunicación resaltaron el hecho de que en su discurso intercaló frases en español y referencias a autores mexicanos como Octavio Paz y Amado Nervo, a los cuales dudo mucho que alguna ocasión haya leído; y por cierto esto me recuerda que el extinto Hugo Chávez, le regaló el libro Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, del cual seguramente no leyó ni el título, porque si lo hubiera hecho, no se atrevería a hablar de “socios iguales”.
Y si algo faltaba nos dejó un consejo, dijo que la solución al reto de la migración irregular de mexicanos hacia Estados Unidos “es un México próspero y en crecimiento que cree más empleos y oportunidades para los jóvenes de aquí”, lo cual habría que agradecerle, ya que me imagino que él piensa que somos tan poco inteligentes para no haberlo pensado desde hace muchos años, y además presidente Obama “el que es buen juez por su casa empieza” o más claro “farol de la calle, obscuridad de su casa”, o ya se le olvidó el índice de desempleo del que sufre su pueblo.
Algo que me llamó poderosamente la atención es ver alguna información en el marco de la visita del presidente 44 de los Estados Unidos de América, que señala que un estudio del Centro Pew encontró que dos terceras partes de los mexicanos tienen una opinión favorable de los EE.UU., en comparación con un 44 por ciento en 2010; en lo personal creo que este estudio no está en lo cierto, lo que en realidad sucede es que como la mayoría de los mexicanos sigue pensando que nuestro país no está generando expectativas suficientes, la idea del sueño americano ha seguido creciendo y máxime ahora que es tan difícil ingresar ilegalmente a ese país.
Ese mismo estudio indica que cerca de la mitad de los mexicanos piensa que Obama actuará correctamente en los asuntos mundiales; otro craso error, ya que sabemos perfectamente que Obama actuará como le indiquen los poderosos intereses de la industria de las armas en esa nación, por ello se explica su actitud intimidatoria contra Corea del Norte, la cual no deja de ser una dictadura, pero la amenaza de un conflicto bélico sólo beneficia a la mayor industria de Estados Unidos de América, la industria armamentista.
Creo que el referido estudio se realizó entre quienes asistieron a escuchar la participación de Obama en ese hermoso espacio que es el antes mencionado Museo de Antropología, cuya construcción coordinó el recién fallecido Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
Al final del día me gustaría creerle a Barack Obama, pero lamentablemente después de ver el documental Inside Job, y en el que puse mucha atención cuando el entonces candidato Obama prometió no mantener las políticas económicas de la crisis financiera de Estados Unidos, y observar en el mismo documental cómo Mr. President ha ido sumando a su equipo económico financiero a varios de los directamente responsables de la propia crisis, me cuesta mucho trabajo siquiera concederle el beneficio de la duda al presidente de los Estados Unidos de América cuando habla de una relación bilateral de “socios iguales”.