- Para una apertura mental es necesario un cambio de actitud
- Eliminar de la documentación la pregunta “Sexo:” una cosa es la biología y otra la vida real, propone
En su visita por Aguascalientes a la tercera Semana de la Diversidad Sexual en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Xabier Lizárraga, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia especializado en comportamiento sexual, presentó y debatió el libro titulado Semánticas Homosexuales, el cual abarca temas como el deseo, la homofobia, la historia del activista y el fenómeno del clóset, a través de testimonios de homosexuales y heterosexuales.
El día de hoy realizará una plática/taller sobre el reduccionismo binarista, es decir, esta visión y tendencia que se tiene siempre de ver las cosas blanco o negro, “la filosofía de la comida corrida: sopa o consomé”, señaló Lizárraga minutos antes de iniciar. Estos binomios no reflejan la realidad, con respecto a lo sexual, tanto a los sexo-géneros y biologías como a los comportamientos sexuales.
Para el especialista, México es un país plural, ya que hay personas abiertas y progresistas, pero también con “mentalidad medieval”, sobre todo con un gran temor e ignorancia ante el tema de la homosexualidad, lo que incrementa la homofobia, que está relacionada con la misoginia y el rechazo.
¿Qué falta para la apertura mental?
Lizárraga aseguró que para lograr una apertura mental falta muchísimo, pues “estoy seguro que no me tocará vivirla”, ya que más que cambios legislativos se requiere de actitud: “si tú tienes un matrimonio [de] heterosexuales y tiene un hijo, dan por hecho que será heterosexual y no siempre es así”, ya que puede tener otra preferencia sexual, la cual hay que aceptar. Hay que abrir ese pensamiento cerrado.
“La ley puede ser una cosa, la aplicación de la ley es otra y muy difícil de darse y que ese espíritu que tenga la ley, llegue al interior de las casas y que permee a las iglesias”, pues lo tradicionalista ya no beneficia a la sociedad.
Asimismo, resaltó que es fundamental que las universidades públicas incluyan el tema de la diversidad sexual, ya que justamente son los estudiantes quienes deben conocerlo, para reducir la ignorancia y por ende la homofobia y la discriminación.
“Los médicos no toman la materia de sexualidad y cuando hay un problema de esta naturaleza la gente va con ellos, si no saben nada, son ignorantes en este aspecto; los sicólogos toman la materia como optativa, pero me parece que no podemos entender al ser humano si no conocemos bien la sexualidad”.
Para este investigador tendría que quitarse de todos los registros civiles y del papeleo de inscripción a escuelas la pregunta “Sexo:”, “¿qué más da qué sexo tenga?”, pues es una forma de control que debería disolverse: cada persona nace con una biología, pero vive de una forma distinta que un papel no puede contemplar.
Para Lizárraga el reto más grande es erradicar la ignorancia y dar apertura al tema, es algo difícil de conseguir, por lo que es necesario trabajar duro para que en algunos años se puedan conseguir resultados positivos.
Foto: Itzel Acero