Cuando era niño, me gustaba jugar allá en la calle de Mar Caspio, al changai —en realidad nunca supe cómo se escribía— pero era un juego en que con un palo de escoba, cortabas dos palos uno largo y otro pequeño. Ponías el corto en los huequitos que quedan entre el pavimento en las esquinas de los cuadros de las calles, y con el largo levantabas contundentemente el palito corto y lo bateabas hasta donde pudieras, luego con el largo contabas las medidas de donde estabas hasta donde quedaba el palito corto y quien llegara primero a 100 puntos ganaba.
Luego después descubrimos las maquinitas. Me acuerdo que un vecino tenía un Atari 2600 que era para nuestra época, la tecnología más fabulosa del mundo. Ahí aprendí a jugar con una palanca y un botón rojo, desde pacman hasta el enduro que era de carreras de autos. Así pasamos por el nintendo para jugar Mario Bros y otros clásicos como Bomber man o el Zelda. Luego pasamos la adolescencia y nos dejó de interesar el tema. Me queda claro que hoy a los treintañeros les sigue gustando jugar el Combat Mortal, pero ése es otro tema. Nosotros sí dimos el paso.
Usted se preguntará el porqué de estas pláticas de la infancia y relacionadas con la tecnología del videojuego. Hay generaciones —no apegadas a la edad, sino a los valores con que se arraigaron- que se han acostumbrado a ser como los gamers (dícese de aquéllos que suelen estar pegados a los videojuegos a pesar de la edad) y les gusta andar jugando con diversas cuestiones que implican la modernidad y la ciencia al igual que el nintendo y el atari. Por ejemplo, quienes financian al científico descubridor utilizando embriones humanos en experimentos y clonaciones.
Cuando éramos niños soñábamos —al menos yo— con una ciencia que ayudara a la mejora humana. Los estereotipos y los modelos con los que crecimos fueron así: siempre distinguir lo bueno de lo malo y los medios del fin. Pero hoy las cuestiones éticas han sido superadas por las monetarias, y al respecto quiero comentarle que por ejemplo en Europa, hay una iniciativa ciudadana que pretende reunir 1 millón de firmas para evitar que con dinero de los impuestos de la ciudadanía, se financien experimentos e investigaciones que atenten contra la vida humana. La iniciativa se llama “ONE OF US”(Uno de nosotros) aludiendo a que cada embrión humano, es uno de nosotros, del género humano.
Mientras aquí en América Latina, hay un apogeo indiscriminado contra la vida humana, contra la familia y sus miembros, y hay una tendencia creciente de gobiernos y organismos sociales a financiar estos proyectos del aborto y otras acciones antivida, parece que allá en las “Europas”, después de todo lo vivido y lo sufrido habiendo ya tenido estas prácticas contra la vida y la dignidad, hay un reinicio, un “reset” dirían los gamers, para poder recomenzar la vida útil para todas las sociedades.
En España discuten en estos días, sobre leyes que históricamente han favorecido el aborto y que han hecho profundos daños en sociales e individuales, puesto que al parecer están llegando a tocar fondo —como dijeran los enfermos crónicos de alcoholismo— y quieren volver a empezar.
Mucho hemos escrito en este espacio al respecto. Pero aquí en nuestro país, andamos con medias tintas y con mentiras y para evitar que se proteja la vida, la familia y la dignidad humana. Aquí nos las gastamos subiendo videos de legisladoras regañando a las encargadas de vender boletos de avión, o aguantan a las “ladys” de todos lados, aquí andamos distraídos mientras estas prácticas nocivas, se argumentan como derechos humanos y van destruyendo la cohesión social.
En la última reunión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la ONU, celebrada en Nueva York, Michelle Bachelet afirmó categóricamente que el aborto no puede ser un método de planificación familiar —digo por si alguien tenía el pendiente— pero vemos que a nivel Europa, hay quienes insisten en determinar los abortos como tal, y no sólo eso, sino como una práctica común, aunada al uso regular de anticonceptivos químicos. Esto según los que saben, es una forma de violencia contra las mujeres.
Por otro lado, en esa misma reunión se dejó claro que el aborto no es un derecho y se evidenció importantemente que la defensa de la vida avanza en muchas regiones del mundo (en algunas por desgracia, después de años de haber aprobado el genocidio en bebés en el vientre materno y la experimentación embrionaria).
En lo concerniente a la posible criminalización de las mujeres por las leyes provida que se intentan establecer en diversos países e incluso en el nuestro, los expertos han hablado. José Sánchez Barroso, un experto en derecho por la UNAM —aunque usted no lo crea— afirmó que es “tiempo de superar la falsa idea de que la protección de la vida en las constituciones atenta contra las mujeres mexicanas”. Sino que por el contrario este tipo de reformas pretende proteger al ser humano de acuerdo a la reforma general de 2011 en materia de Derechos humanos.
Sánchez Barroso dice que los actores políticos y sociales, recurren a toda clase de mentiras para demostrar primero la criminalización contra las mujeres, luego el atentado contra “los derechos reproductivos” que no existen y a la inconstitucionalidad de las reformas. Pero no sólo son los actores sociales, el especialista ha dicho que los medios de comunicación son quienes luego reviven las polémicas desde sus muy particulares puntos de vista, y no tanto por informar la verdad de las cosas. No es por decir, pero luego por aquí en estos lugares pasa esto.
Para concluir, Sánchez Barroso, es categórico cuando afirma que el tema —no es por insistir, pero lo he dicho varias veces aquí mismo— es un “razonamiento estrictamente jurídico” y demuestra que con la protección al no nacido no se viola ningún derecho humano, sino por el contrario se hace efectivo el principio pro persona contenido en la Constitución.
Habiendo dejado claro el punto, deberíamos poner atención a otros focos rojos que en efecto están dañando a las mujeres de verdad. Por ejemplo la violencia en la red, puesto que en la 57 sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la ONU, celebrada en el marco del día internacional de la mujer, se reveló que muchas mujeres, adolescentes y niñas son presionadas a través de las redes sociales para ejercer su sexualidad a temprana edad y hasta son explotadas sexualmente. Como siempre todo en términos de dinero. Todo esto, a final de cuentas tiene consecuencias fatales para la sociedad. Atenta contra las mujeres y viola de manera grave sus derechos, y con ello se rompen familias y sociedades, pero más grave es que se impide el desarrollo individual y social. Erradicar las formas de violencia contra las mujeres debe ser una prioridad, por eso no deberíamos tomarnos a la ligera el tema y ahondar en él para no abultar cifras, inventar problemas o mentir. Deberíamos buscar la verdad como un primer paso para darle solución a un problema de raíz como lo es la violencia contra las mujeres y los seres humanos. Deberíamos juntar 1 millón de firmas para que ninguna de nuestras mujeres sufra cualquier tipo de violencia, ninguna mujer, menos si apenas es un embrión indefenso.
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