Foto: Gerardo González
En cuanto el sol se aparece los feriantes no dejan de observarse y el andador de la Expo Plaza comienza a vibrar como plaza de toros en plena corrida ponciana, así es como el fin de semana más “complicado” de la Feria Nacional de San Marcos, como lo señaló la alcaldesa en días pasados, se vivió.
Familias enteras, grupos de amigos, compañeros de trabajo, novios, amantes, amigos con derecho, abuelos… todos caminaban sin cesar por el perímetro ferial riendo, llorando, gritando, saltando, conviviendo, bebiendo y festejando su último fin de semana de vacaciones.
Pelucas, dulces, cigarros, chaskas, tacos, tortas, globos, ropa, zapatos, chácharas y un sinfín de objetos son los que se observan a lo largo del perímetro ferial, con su tradicional “pásele marchanta” o el “barabarabarabara”, al tiempo del ritmo de las tamboras y en compañía del característico empujón entre el Encierro y el andador J. Pani.
No pueden faltar los fuertes olores causados por la necesidad fisiológica del humano al beber en exceso algún líquido por un largo tiempo, “hazme casita compa”, dice un jovencito al no contar con los usuales cinco pesos para el sanitario, (exacto, es algo desagradable pero real).
Antes de acabar la noche, usted puede observar cómo a los partidos políticos les gusta verle la cara a la ciudadanía y a las autoridades electorales con sus ostentosos estands en la Feria de Todas y Todos: por un lado el tricolor con sus espectáculos, bailarines y obsequios blancos, me refiero a sus cachuchas, playeras, pulseras y cilindros que adora la población. No obstante los candidatos visitan felizmente este estand conviviendo día a día con los ciudadanos y disfrutando del toro mecánico, ring de box, inflables y micrófonos para cantar. Mientras que por el otro, o más bien enfrente, el vistoso color naranja de Movimiento Ciudadano atrae a la gente con sus gajos de naranja fresca con chile piquín y payasos iniciadores, quienes no dejan de insistir que “pensar es gratis”, al tiempo de que obsequian globos con gas helio para que los “chiquitines disfruten y conozcan al gallo”.
Así pues, bajo el ritmo de una mezcla extraña de música, se vive la Feria Nacional de San Marcos en su edición número 185, en la que puede observarse el gran desatino de las autoridades en cuanto a la ubicación de los espacios, ya que algunos, por no decir muchos, feriantes criticaron el laberinto que hicieron para llegar al Teatro del Pueblo, con el cual obligan al visitante a rodear la zona para conocer a fuerza los locales comerciales y los escenarios de Libros Vagabundo.