Más allá de las notas periodísticas que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha venido dando en las últimas semanas, sería importante cuestionarnos el papel que van a jugar los actores involucrados pues es un tema de la agenda nacional que empieza a complicarse políticamente.
A pesar de que se diga que es una minoría, que su presencia se limita a operar y mantener el control de algunas de las delegaciones sindicales de Oaxaca, Michoacán y Guerrero, el nivel de antagonismo y radicalidad que ha tomado el movimiento requiere de una reflexión acerca de la incidencia que pueda tener en el sistema político.
Sabemos que ésta es la parte del sindicalismo “no oficial” que surge como una crítica al sindicalismo representado por Elba Esther Gordillo. Una forma de diferenciarse era no mantener un acercamiento con el Estado, por lo que desde su origen fue un movimiento con un corte más radical y antisistema.
Tal vez el nivel de cerrazón con el que se han conducido desde su origen, obligó al gobierno Federal a pactar con el SNTE y no con el grupo disidente de maestros. Pero para unos y otros se han agotado los mecanismos de negociación ya que el esquema en el cual se movían como grupo político se ha transformado significativamente.
Si partimos que por asociaciones de interés se entienden todas aquellas organizaciones que tienen su actividad total o parcial enfocada a la intervención del sistema político, que pugnan por la obtención o creación de bienes públicos y que no pretenden conseguir poder político, entonces podemos afirmar que las dos dirigencias sindicales se encuentran en esta condición.
No obstante podemos considerar como un elemento de normalidad que un grupo de interés en una coyuntura o momento determinado se constituya en un grupo de presión. Estamos hablando de la etapa de la revisión contractual, de los momentos en que se discuten los requisitos para la carrera magisterial, de exámenes de oposición etc. De acuerdo con los especialistas en estos temas, tanto los grupos de presión como lo grupos de intereses compartes básicamente las siguientes características: homogeneidad en la percepción de la realidad o en asuntos de conciencia; pueden compartir también móviles; pueden compartir el interés por influir en la acción pública para el beneficio del colectivo.
Está claro que hasta ahora, a unos y otros les ha resultado exitosa la intervención y la acción social que han desplegado de distinta manera. Tanto el SNTE como la CNTE, en los estados donde intervienen tienen el control total de los nombramientos en las plazas de confianza en los institutos de educación.
Tienen el control sobre los ascensos y la asignación de plazas de los profesores. Determinan el nombramiento de los directores de primarias y secundarias de sus estados además de obtener prestaciones por encima de cualquier otro trabajador al servicio del estado.
Pero hoy que van a perder el control en el manejo de estos recursos, sería importante cuestionarnos qué papel van a jugar en los nuevos escenarios democráticos en donde pierden la conducción de los recursos que hoy controlan. En el caso de la Coordinadora ha pasado a conformarse en un grupo donde sus demandas son irreconciliables con el rumbo que está tomando el país y el proceso educativo en México.
El proceso democrático exige una intervención más activa del estado como conductor del proceso educativo. Por lo tanto el esquema en donde prosperaron los dos modelos de sindicalismo magisterial está indisolublemente ligado al viejo sistema.
Todos los mecanismos de control corporativo y de incentivos a la base sindical que se convirtieron en elementos de control para los afiliados, hoy no van a contar con ellos por lo que el papel del sindicato como lo conocemos actualmente entra en una etapa de agotamiento que va a requerir de esquemas sustancialmente distintos si se quiere mantener cohesionada a la base de la cual obtienen su fuerza política.
Creo que en lo que se refiere al sindicalismo oficial representado por el SNTE, se verá obligado a incorporarse a los esquemas de exigencia competitiva que la sociedad está exigiendo. En el caso de la CNTE o se incorpora paulatinamente a las exigencias laborales, o van a terminar enfrentados con el Estado mexicano con una base social mucho más minoritaria, pero exacerbadamente más radicalizada. Mi correo: [email protected]
