El Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales (SNIARN) reporta que en el último quinquenio analizado, los estados que perdieron más rápidamente su vegetación natural fueron Jalisco (1.1% anual), Chiapas (0.82%), Aguascalientes (0.78%) y Yucatán (0.77%). En contraste, algunos estados han recuperado su cubierta natural, como son los casos de Hidalgo (0.2% anual), Puebla (0.37%), Nayarit (0.47%) y Morelos (1.68%).
De hecho entre el 2002 y 2007, los estados en los que se había degradado más rápidamente la cubierta natural primaria fueron Guerrero (al 4.4% anual), Colima (3.7%), Aguascalientes (2.9%), Morelos y el Estado de México (cada uno al 2.2%). Por otro lado, el SNIARN reportaba que la cubierta primaria se había recuperado ligeramente en los estados de Tlaxcala (al 0.03% anual), Nuevo León (0.1%), Veracruz (0.2%), Baja California (0.6%) y Nayarit (0.8%).
Los estados que registraron la mayor producción no maderable en los últimos 15 años analizados, fueron el Estado de México (728 mil 273 toneladas; 21.9% del total para el periodo), Distrito Federal (591 mil 288 t; 17.8%) y Sonora (587 mil 987 t; 17.7%); en oposición a algunos que produjeron muy poco como Quintana Roo (682 toneladas; 0.02% del total), Aguascalientes (753 t; 0.023%) y Baja California Sur (968 t; 0.03%)
El esfuerzo nacional en el tratamiento de las superficies afectadas por enfermedades o plagas forestales resulta aún insuficiente, puesto que de la superficie afectada en el periodo 2003-2011, sólo se realizaron actividades sanitarias en poco más del 67% de la superficie con algún tipo de afectación. Los estados que trataron el mayor porcentaje de su superficie afectada fueron Aguascalientes y Nayarit (ambos con la totalidad del área afectada), Nuevo León (con poco más del 97%) y Guanajuato (poco más del 93%).
En contraste, los estados que trataron una proporción menor de su superficie afectada fueron Morelos (alrededor del 36%), Chiapas (poco menos del 37%) y Guerrero (alrededor del 42%).
Las entidades federativas que en el periodo 2005-2011 ingresaron un mayor número de proyectos al procedimiento de impacto ambiental fueron Quintana Roo (432), Guerrero (387) y México (278); caso contrario de Zacatecas (19), Morelos (22), Aguascalientes (23) y el Distrito Federal (27) que fueron las que tuvieron menor demanda de evaluación de proyectos.
Es difícil calcular con exactitud la superficie nacional que ocupan los suelos Calcisoles, pero se encuentran en el Desierto Chihuahuense, y en los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas. Con respecto a la erosión eólica potencial, se estimó que 89% del territorio nacional estaría en riesgo de ser afectado. Prácticamente el 100% del territorio de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Sonora, Durango y Zacatecas, tienen alta y muy alta erosión eólica potencial, lo que concuerda con los tipos de vegetación y climas típicos en las zonas áridas y semiáridas del país. Sólo dos entidades mostraron menos de 30% de su territorio con riesgo de presentar erosión eólica: Chiapas (29.3%) y el Distrito Federal (21.8%).
En cuanto a la pérdida de la función productiva, la entidad más afectada en términos relativos a su superficie fue el Distrito Federal (10%), mientras que Campeche, Coahuila, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Sonora, Aguascalientes y Veracruz presentaron menos de 1% de afectación en su territorio.
En relación con los servicios, entidades como Aguascalientes, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Nuevo León, Tamaulipas y Yucatán, tenían ya para el 2011 coberturas de agua potable superiores al 97% de su población; cuando, Guerrero, Oaxaca y Chiapas contaban con coberturas inferiores al 80% (74.3, 77.4 y 79%). Para el mismo año, 18 de las 32 entidades federativas del país contaban con coberturas de alcantarillado entre 95.3 y 99.2% como son los casos de Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Jalisco, Morelos, Nuevo León y Tabasco; en rezago se encuentran, los estados de Oaxaca, Guerrero y Yucatán que no alcanzaron el 80% de su población con este servicio.
El sistema SNIARN reporta que para el 2011 los estados que registraron la mayor recolección de residuos sólidos urbanos, (RSU) fueron Aguascalientes (98.8% del volumen generado), Baja California Sur (97.7%), Nuevo León (97.6%), Baja California (97.5%), Distrito Federal (97%), Querétaro (96.5%) y Tlaxcala (95.8%). Los estados con menor recolección fueron Michoacán (85.8%), Estado de México (86.8%), Hidalgo (87.6%), Nayarit (89.3%), Veracruz (89.8%), Morelos (89.9%) y Tabasco (90.3%).
En 2011 se estimó que el 72% del volumen generado de residuos sólidos urbanos RSU en el país se dispuso en rellenos sanitarios y sitios controlados, el 23% se depositó en sitios no controlados y el restante 5% se recicló. El porcentaje depositado en rellenos sanitarios y sitios controlados representa un incremento de alrededor de 77% con respecto al año 1997, si se considera que en este último cerca del 41% se depositaba en este tipo de sitios. Si se analiza por entidad federativa, en 2011 el Distrito Federal, Aguascalientes y Quintana Roo dispusieron la totalidad de sus residuos en rellenos sanitarios. Sin embargo, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Veracruz dispusieron menos del 40% de sus residuos en este tipo de sitios. Como podemos ver el número de rellenos sanitarios en el país ha crecido de manera significativa en los últimos años. Entre 1995 y 2011 su número se incrementó de 30 a 196, pasando la capacidad de almacenamiento total de 5.95 a 26.14 millones de toneladas. En 2011, se contaba además en el país con 20 rellenos de tierra controlados. En la actualidad, todas las entidades cuentan con rellenos sanitarios para disponer de sus residuos; los estados que cuentan con más rellenos son Puebla (17), Nuevo León (14), Guanajuato (12) y Tamaulipas (11), mientras que el Distrito Federal y Aguascalientes cuentan con un relleno sanitario.
Para el periodo 1995-2000, el SISCO tenía identificados 166 sitios contaminados registrados con materiales o residuos peligrosos; para el año 2011 ya se tenían registrados 582 sitios. El sistema ha sido una valiosa herramienta que ha permitido identificar los sitios contaminados y priorizarlos según su riesgo, con base en una evaluación de riesgo ambiental preliminar. Para el 2011, las entidades con mayor presencia de sitios identificados como contaminados fueron Veracruz (69 sitios), Querétaro (58), Guanajuato (48), Estado de México (35), Michoacán (34) y Aguascalientes con 31.
Lo que es muy variable a nivel de las entidades federativas es el porcentaje de aguas residuales que reciben tratamiento respecto al caudal generado: en el 2011, Nuevo León, Baja California y Aguascalientes dieron tratamiento a más del 90% del agua residual que generaron, mientras que entidades como Campeche y Yucatán el tratamiento aún resulta ser inferior al 5%. Si se analiza por habitante, para el mismo año y a nivel nacional se trataron en promedio 73.5 litros diarios de agua residual, con marcadas diferencias entre entidades: Aguascalientes fue la que trató el mayor caudal por habitante al día (238 L), seguido por Nuevo León (186 L), Durango (175 L), Colima (175 L) y Chihuahua (160 L); por otro lado, los estados que trataron el menor caudal per cápita al día fueron Hidalgo (12 L) y Yucatán (4 L).
En el Estado de Aguascalientes uno de los acuíferos más importantes se encuentra en la zona metropolitana, conocido como el del Valle de Aguascalientes. De dicho acuífero se hacen las mayores extracciones, del orden de 464mm3 anualmente, que representan un 81% de la extracción que realiza todo el estado.
La recarga del acuífero es de 294Mm3 por año, resultando en un déficit anual de 240Mm3, lo que provoca un abatimiento de los mantos acuíferos en la ciudad de Aguascalientes de 4m por año. Los asentamientos humanos impiden la recarga de los mantos ya que éstos se localizan justo en las zonas con altitudes más bajas o valles, donde se podrían presentar los cuerpos de aguas superficiales que ayudarían a las recargas de mantos acuíferos.
Debemos tomar medidas para transitar de una ciudad-estado no sustentable a otra cada vez más social y ambientalmente responsable.