Deucalión y otros diluvios universales / Los molinos de la mente - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Cuando hablamos del Diluvio Universal, nuestra primera asociación mental nos lleva a la versión Bíblica de esta historia, pero es sorprendente las cantidades previas y posteriores de relatos de Diluvios que distintas culturas dejaron plasmadas en sus acervos. Quizá la historia de mayor difusión, distinta a la del Diluvio Bíblico es el relato mitológico griego, encarnado por Deucalión, hijo de Prometeo. El mito reza que cuando Zeuz decidió terminar la Edad de Bronce (término acuñado en 1820 por el arqueólogo danés Christian Jürgensen Thomsen y que se refiere al periodo prehistórico en que la humanidad desarrolló la metalurgia de este metal), decidió hacerlo con un Diluvio Universal. Deucalión, por consejo de su padre Prometeo, -quien fue el primero en urdir un engaño contra Zeuz y que es considerado el Titán “amigo de los mortales”-, construyó un arca donde se embarcó con su esposa Pirra disponiendo de las cosas necesarias para sobrevivir la inundación. Zeuz mandó una copiosa lluvia durante nueve días y nueve noches que inundó el Hélade (el mundo Helénico) de manera que perecieran la mayoría de los hombres. Sólo salvándose unos pocos que se refugiaron en los picos de las montañas. Habiendo Zeuz casi exterminado a la humanidad, Deucalión consultó al oráculo de Temis para que le instruyera en cómo repoblar el mundo. El oráculo de Temis le dijo que tendría que lanzar por sobre de su hombro los huesos de su madre. Deucalión y Pirra entendieron que el oráculo se refería a Gea, la madre de todos los seres vivientes, esto es la Tierra. Así que lanzaron por sobre de sus hombros piedras y éstas se convirtieron en personas. Las que tiró Pirra se transformaron en Mujeres y las que lanzó Deucalión se transformaron en Hombres.

Otra leyenda sobre el Diluvio, quizá la más parecida al relato bíblico es la Mesopotámica, y la más antigua de las leyendas de este tema es donde Enlil (Dios de la mitología sumeria gobernante del viento, las tempestades y la respiración) decide destruir a la humanidad porque la encuentra molesta, ruidosa, quejumbrosa y débil. Ea –o Enkil-, dios de la Tierra, advierte a Uta-na-pstim o Ziusudra para que construya un barco que deberá llenar con animales y semillas para que pasado el diluvio pueda repoblar el mundo. Cuando las aguas comienzan a descender de nivel, Uta-na-pistim suelta un cuervo que va y viene a la embarcación hasta que el exceso de agua se evapora. Tan pronto desciende a tierra firme, Uta-na-pistim realiza un sacrificio para los dioses con los que éstos quedan satisfechos y dan a la humanidad una nueva oportunidad de continuar viviendo.

La historia bíblica del diluvio, también está precedida por la versión hebrea de este suceso que se calcula fue escrita entre el Siglo VII y el IX antes de Cristo. Una amalgama que funde la Leyenda Hebrea del Diluvio con un tono meramente religioso, dio origen a lo que se conoce como “El Códice o Documento Sacerdotal” que se elaboró alrededor del año 586 antes de Cristo, cuando Nabucodonosor, rey de babilonia, tomó Jerusalén y llevó consigo en cautividad a los judíos. Lo bello de esta versión es que al final, la deidad, arrepentida de haber intentado eliminar a la humanidad, hace un pacto con los humanos de que nunca más volverá a tratar de acabar con ellos con medio de un Diluvio. Este pacto es el arco iris: “y el arco iris que brillaba con tornasolado resplandor, contra el fondo sombrío de las nubes tormentosas, no era nada más que el sello divino adherido al acuerdo, como garantía de su carácter genuino e irrevocable” (El Folclore en el Antiguo Testamento, Sir James George Frazer).

También existe una historia Hindú de la gran inundación o diluvio universal que data del siglo VI a. C., donde a Manu (el primer rey sobre la Tierra) habiéndole llevado agua para su aseo diario, se encuentra con un pez que le habla. El pez le dice que si lo cuida debidamente él lo salvará del diluvio que vendrá. Habiéndolo cuidado con las instrucciones que el mismo pez le dio, llegado el tiempo Manu lo libera en el Mar, y el pez le dice que tiene que construir un barco y abordarlo cuando el nivel del agua crezca. Manu así lo hace y durante el Diluvio, el pez, ya crecido remolcó el barco de Manu a través de las montañas septentrionales. Dijo a Manu que atara el barco en un árbol y que no descendiera hasta que bajaran las aguas. La inundación arrastró consigo a todo ser y el único que sobrevivió fue él. Después de muchas ofrendas, al año, apareció una mujer con la que repobló su raza.

Además de estas historias del Diluvio Universal, existen leyendas semejantes en Australia, Nueva Guinea, Melanesia, Polinesia, Micronesia, Sudamérica, México, Mesoamérica, América del Norte, África, etc. La indicación y mención en el acervo cultural de tan distintas y diversas culturas indican que las inundaciones producto de los cambios climáticos del mundo han sido una constante mundial. El hombre encontró en las tragedias climáticas un vínculo con sus deidades, y el mito de la destrucción divina de la vida por no satisfacer los requerimientos y expectativas de dioses y demiurgos, manifiesta el temor de los humanos ante sus dioses.

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