Cocina Política / Paco Chávez y el café sin crema - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Hacía un calor que provocaba sudor, ahogo, bochorno y delirio. El jardín era bello, lozano y verdemente hermoso. Estábamos sentados junto a un árbol de guayaba que se divertía arrojándonos sus frutos maduros. ¿Ya mencioné que hacía un calor extremo? Creo que sí. Lo que olvidé mencionar es que a esa bonita mesa, en esa hora del mediodía y en esa ocasión, esta cocinera política había sido convidada nada más y nada menos que por Paco Chávez, candidato del PRI en Aguascalientes a la presidencia municipal capital. No fui la única convocada, debo aclarar, habíamos al menos unos 20 invitados a conocer personalmente al candidato. Así que como no era yo la encargada de atender a los convidados, ni era ésa mi cocina, me relajé y me dejé atender. Despreocupada, solicité al amable mesero mi primer café de ese día…

El primer café. Cuando llegó mi primer café negro, también llegó Paco Chávez. Gentil, nos saludó de mano a cada uno de los presentes. “Mucho gusto, gracias por venir”, “mucho gusto, disculpe la tardanza”, “mucho gusto, Paco Chávez, a sus órdenes”. A primera vista, me pareció un hombre gentil. Delgado él. De mirada cálida. Me dio la impresión de ser una persona que gusta de estar con los demás. Una vez que pudo sentarse, en el lugar central de la mesa, Paco Chávez se disculpó “vengo de estar con unas señoras en el Campestre y se nos prolongó la reunión”. Uhmmm, -pensé para mí- habría que hablar con el coordinador de su agenda, para evitar que las primeras palabras del candidato, sean una disculpa, pero no externé mis pensamientos porque en ese momento le pedí un poco de crema para mi café al mesero: “ahorita se la traigo” dijo él y se encaminó al fondo del jardín.

El segundo café. ¿Más café señora? Me ofreció el amable mesero que hacía unos minutos desapareciera al fondo del bello jardín. “Sí por favor” contesté de forma automática, sin reparar que aún no tenía yo crema para mi café. Paco Chávez había captado para entonces la atención de los presentes que le preguntaban de todo, desde sus propuestas en materia de gobierno municipal, hasta ¡lo juro! su color favorito y el porqué de su preferencia por el mismo. Paco Chávez escuchaba con gran respeto cada pregunta y respondía con transparencia de chiquillo. Esta cocinera estaba ¡de un divertido! Y es que después de tantos años de actividad política, aún no comprendo por qué se desperdicia la oportunidad de tener enfrente a un futuro gobernante y en vez de presentar esas quejas, sugerencias y propuestas que los ciudadanos planteamos con pasión en el súper, en la espera de los escolares, a la salida de la iglesia o en las reuniones familiares; nos dedicamos a generalizar o de plano a trivializar los planteamientos. Sin embargo, no tiene la culpa el candidato, sino quien la oportunidad no aprovecha. Además en ese momento, detuve al joven mesero para pedir, una vez más, un poco de crema para mi café. ¡Ah, su crema! Dijo el amable-joven-mesero…

El último café. Antes que me diera cuenta, y sin pregunta alguna de por medio, el amable-joven-mesero estaba llenando mi deshidratada taza de café negro y calientito. De la crema… ¡nada! Como no soy de las que se resignan, estaba yo por volver a solicitarla cuando me tocó en turno dirigirme a Paco Chávez. Sin crema para mi café, bajo el calor agobiante y después de haber sido golpeada por un proyectil -que aún conservo, por cierto-  del juguetón árbol de guayaba, tuve que esperar ¿En qué se diferencia Usted de la actual Administración? ¿Por qué debo votar por Paco Chávez? Porque yo sí respeto a la ciudadanía, fue la respuesta.

¡Ay Jesús María y Rodríguez! Hasta la crema del café se me olvidó. Y es que esta Cocinera Política, a pesar de su natural escepticismo, no puede evitar darse cuenta de la sencillez y humanismo con que se maneja como persona Paco Chávez. Yo me pregunté ¿hace cuánto no tenemos un gobierno que escuche? y no pude evitar los recuerdos de soberbia, suficiencia y prepotencia que nos han dejado en Aguascalientes, los últimos gobiernos de todos los colores. Tampoco pude evitar preguntarme ¿hace cuánto no tenemos un gobierno que respete la vox pópuli? ¿Que nos dé rango de ciudadanos y no de pueblerinos iletrados? Porque lo cierto es que los observatorios y las comisiones ciudadanas no son espejo de nuestras demandas y los reclamos habidos por los ciudadanos aquicalidenses capitalinos son reducidos a convenios con unos cuantos, a obsequiosos informes de asociaciones oficialistas o al reconocimiento de organizaciones internacionales o bien mercantiles o conocidamente  tendenciosas.

Paco Chávez también habló de divorcio. ¿Con la actual administración? –pensé-, pero debí salir a toda prisa porque alguien me esperaba en mi cocina. Con el apuro que llevaba, sólo alcancé a escuchar la voz del amable-joven-mesero que a lo lejos me gritaba “señora, señora, ya le traje su crema”.

Un día de éstos, venga Usted a su cocina. Aquí le ofreceré un café. Con crema, desde luego.



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