Más de 11 mil mexicanos con doctorado radican en Estados Unidos, cifra que resulta alarmante si se considera que sólo 30 mil connacionales cuentan con ese grado académico, alertó Alma Maldonado, científica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.
La académica resaltó que ese cálculo no incluye a doctores que se encuentran desarrollando su profesión en otras regiones del mundo, como Europa o Asia.
El dato resulta preocupante considerando que México es un país en desarrollo donde se requiere más gente calificada y educada en esos niveles académicos, alertó la investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav.
Si observamos las cifras de cuánto dinero gasta México en desarrollo, ciencia y tecnología (0.4 por ciento del PIB) estamos muy por debajo de comparaciones internacionales, lo cual podría ser una explicación de este fenómeno conocido como fuga de cerebros.
En un comunicado, el Cinvestav dio a conocer que cada año alrededor de 11 mil estudiantes mexicanos salen rumbo a otras naciones como parte de los programas de movilidad social. Sin embargo, ante la falta de oportunidades en el país, muchos de ellos no regresan.
España (por la afinidad cultural y el idioma), Estados Unidos (por su importancia académica y por la cercanía), Francia, Canadá, Alemania, Argentina, Italia, Chile, Australia, China e Inglaterra son las naciones que prefieren los universitarios mexicanos para desarrollar sus estudios de posgrado.
La mayor proporción de estudiantes mexicanos que salen al extranjero corresponde a egresados de carreras de ingeniería y tecnología (33 por ciento), seguida por la proporción de alumnos en ciencias sociales (23 por ciento), humanidades (10 por ciento), ciencias médicas y de la salud (6 por ciento), ciencias naturales (2 por ciento) y agrícolas (uno por ciento).
En tanto que son 7 mil los extranjeros que eligen México para estudiar su licenciatura o posgrado.
Son los franceses quienes tienen una particular preferencia por las universidades mexicanas, seguidos de alumnos de Estados Unidos, España, Alemania, Colombia, Canadá, Australia, Corea, Argentina y Holanda.
Experta en el tema de movilidad académica, Maldonado señaló que el mayor riesgo de fuga de cerebros se presenta en los estudios de posgrado en el extranjero, pues los mexicanos encuentran en este nivel mayores oportunidades de quedarse en el país al que van, ya sea por razones personales, académicas o de una mejor condición para desarrollar su trabajo.
Y aunque algunos lo califican de circulación de cerebros, este concepto se refiere a personas de lugares donde las condiciones son similares. En países como México sí podemos hablar de fuga de cerebros, el cual enfatiza la desigualdad entre dos contextos, donde un país pierde más que otro.
En naciones en desarrollo las condiciones son de mayor desventaja y es más difícil que los estudiantes puedan competir y encontrar los mismos trabajos en su lugar de origen, que en naciones altamente desarrolladas.
La experta del DIE señaló que un país como México no tiene las condiciones para dejar ir a la poca gente formada en doctorados, y aunque aseguró que se realizan esfuerzos para evitar este fenómeno, aún son muy limitados. De hecho, el problema es que aunque estamos formando estudiantes altamente calificados, poco se les puede ofrecer laboralmente.