- Pobladores inconformes con imposición de candidata del PRI en el Distrito II
- Tomaron las oficinas del partido y no se irán hasta que no sean escuchados
Pobladores inconformes con la imposición de Mercedes Vargas Rodríguez, candidata a diputada del PRI por el Distrito II, se presentaron en la sede del Revolucionario Institucional, “queremos que nos escuchen… Porque si no, entonces tendremos a El Llano en llamas”, le advirtieron a Guadalupe Ortega Valdivia, menos de un centenar de indignados llanenses, que tomaron ayer las oficinas de ese partido.
“Y no nos iremos de aquí hasta que nos escuchen”, sostuvieron, después de una larga reunión con Carlos Estrada, representante del Comité Directivo Estatal y ex candidato a diputado federal en pasadas elecciones, también delegado en aquella municipalidad.
Todo empezó el pasado 21 de marzo, cuando uno de los grupos políticos de ese municipio protestó por la imposición de David Nájera Moreno, al desplazar a José Juan Martín del Campo El Lan, como candidato a la alcaldía de El Llano.
Personalmente, Mario Vargas Aguiar, delegado del Comité Ejecutivo Nacional, acudió al municipio y resolvió el conflicto, por lo que por ahí ya no hay protesta, “llegamos a un arreglo con el delegado nacional, nos quedamos para mejores momentos y declaramos nuestra institucionalidad al partido”, dijo ayer Martín del Campo a La Jornada Aguascalientes.
En aquella fecha, los simpatizantes de ese precandidato había entregado un escrito a Manuel Esparza Marchand, entonces delegado estatal del PRI en El Llano, en que le manifestaron que, “quienes hemos militado durante varias décadas en el PRI estamos convencidos que nuestros documentos básicos son la base fundamental de supervivencia”.
Queda muy claro en sus principios, añade, “que la democracia y la justicia social no son letra elástica que se pueda acomodar a conveniencia”. Y agregó: “la democracia no coarta la libertad de expresión, antes la incentiva para enriquecer el evolutivo proceso de mejoramiento… La democracia no le da las espaldas al pueblo… Cuando un grupo minoritario quiere decidir por los demás, no está practicando la democracia y en no practicarla debilita nuestra organización y nos expone al fracaso”.
Señaló el texto que, “con las experiencias vividas en anteriores procesos electorales me lastima recordar las ‘concertaciones’, así como la falta de respeto a los grandes acuerdos, prácticas que tuvieron un costo político muy alto y una enseñanza para no volverlas a repetir”, concluiría el inconforme José Celestino Hernández Rivera.
Martín del Campo, Hernández Rivera, Joan Hernández Torres, presidente del Frente Juvenil Revolucionario en El Llano; el ex alcalde Rogelio Florero Torres; el ex diputado local Ramiro Aranda y unos 70 mujeres y hombres, jóvenes y adultos, tomaron ayer tarde las oficinas del PRI.
Los inconformes llegaron a la explanada del inmueble priísta en López Mateos y Cosío, a las 18:00 horas, 10 minutos después subieron y tomaron la oficina del presidente José Guadalupe Ortega Valdivia y exigieron a su secretaria hablar con él.
“El ingeniero no se encuentra y no va a venir”, dijo la dama a los quejosos, quienes contestaron: “Ah, entonces no nos vamos de aquí hasta que seamos escuchados”.
-Yo me tengo que ir por mis hijos –dijo la colaboradora del presidente priísta.
-No usted no se va; si nosotros no nos vamos, usted tampoco –le dijeron.
-Ay no, yo me tengo que ir…
-No, usted no se va…
Carlos Estrada, también ex dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, hábilmente consiguió la llave del salón de consejo, donde también se realizan las ruedas de prensa, y metió ahí a unas 80 personas, que escucharon su arenga conciliatoria.
Poco más de una hora después, salieron del salón algunos inconformes, a tomar aire, y dijeron al reportero: “de aquí no nos vamos, nadie nos ha atendido; únicamente está con nosotros el delegado Estrada, pero no nos han escuchado y no vamos a permitir este atropello”.
Entregaron un escrito de inconformidad contra la imposición de Mercedes Vargas Rodríguez, candidata a diputada por el Distrito II, les sellaron de recibido, y reiteraron: “de aquí no nos vamos, hasta que nos escuchen”.
Foto: Gilberto Barrón