Una vez permítaseme dejar un poco de lado el cine para inmiscuirme en un tema que ha acaparado la atención de los medios locales durante el fin de semana: la selección de candidatos en los partidos políticos. El Código Electoral para el Estado de Aguascalientes es muy claro cuando señala que la elección de candidatos es asunto interno de los partidos. Sin embargo, en la medida de que es necesario proteger los derechos de los militantes, la norma a través de las sentencias del Tribunal Electoral federal, se ha modificado para establecer parámetros mínimos que permitan a los interesados jugar con reglas claras. De esta forma –como se comentaba en artículos anteriores- se crearon las comisiones internas que presiden los procesos electorales, en el caso del PRI la Comisión Estatal de Procesos Internos que dirige el Dr. Alberto Solís Farías.
El proceso interno de elección de candidatos se lleva a cabo a través de dos mecanismos complementarios: uno jurídico y otro político. Dependiendo de las condiciones propias de cada partido esos mecanismos pueden ser más o menos preponderantes, de tal forma que en algunas elecciones será más intenso lo político y en otras lo jurídico y viceversa.
En el caso del mecanismo jurídico, éste se compone de varias fases: convocatoria, inscripción de aspirantes, dictamen de procedencia de precandidaturas, precampañas y elección de candidatos. En todas estas etapas se requiere de elaborar una serie de requerimientos que precisamente otorguen certeza y seguridad a todos los interesados: convocatorias, manuales o reglamentos del proceso, actas, emisión de dictámenes, notificaciones a los interesados, y un largo etcétera.
En el PRI, el día de ayer terminamos con la última fase una vez que se llevaron a cabo las convenciones de delegados. Dejamos atrás como partido los asuntos de elección interna, termina prácticamente el trabajo de la Comisión Estatal de Procesos Internos, una vez que tenemos nuestros 16 candidatos a las diputaciones (más dos pactados con el partido coaligado) así como los 11 candidatos a las presidencias de los ayuntamientos viene un impasse que permite afinar los detalles internos para iniciar propiamente las campañas: el 20 de mayo las de diputados así como las de alcaldías con más de 40 mil habitantes (Aguascalientes, Asientos, Calvillo, Jesús María, Pabellón de Arteaga, Rincón de Romos) y el 4 de junio para los municipios con menos de 40 mil habitantes (Cosío, El Llano, San Francisco de los Romo, San José de Gracia, Tepezalá).
Lo democrático de este proceso interno no sólo se demuestra en la prácticamente inexistencia de recursos de inconformidad, sino en la pluralidad de representación social y partidista que existe en los candidatos emanados del Partido Revolucionario Institucional: lo mismo una reportera, que un ex rector, jóvenes, líderes sindicales, campesinos, profesores, etcétera. Con esto no quiero decir que sea perfecto nuestro proceso interno, siempre podrá mejorarse, sin embargo aquéllos que identifican a la democracia con una elección exclusivamente con votación en urnas, me parece que desconocen las diferentes formas democráticas que puede asumir una selección de candidatos.
Durante las 11 convenciones del fin de semana (10 municipales y una estatal) hemos sido testigos de grandes oradores, de emoción, porras, pasión, música, muestras de apoyo y solidaridad, de la presencia de líderes actuales e históricos del partido. Entre tantas experiencias que pude presenciar personalmente me parecieron fundamentales las palabras del doctor Rafael Urzúa, nuestro candidato al distrito VI, un hombre de lucha que no teme enfrentarse en uno de los distritos más complicados para el PRI: mi vida es de retos, sentenció, y remató con un emotivo: no soy un priísta vergonzante. Me parece simbólico porque con esa actitud la familia revolucionaria alzamos la cara una vez que agotamos nuestras instancias internas, y al unísono como partido decimos: aquí estamos, no somos priístas vergonzantes, estamos listos para dar la batalla.