Aunque la agenda global está de más de movida, dejemos esta vez que la escena local absorba nuestra atención, pues para empezar inicia la feria de San Marcos y durante las siguientes semanas pocos temas serán capaces de obligarnos a voltear más allá de curar la cruda; en consecuencia van dos notas sobre el acontecer aguascalentense y espero que el cámara Kim Jong Il me lo perdone.
Para empezar “anticlimático” es el calificativo que salta primero al revisar lo que fueron los procesos de selección de candidatos de los partidos ante las próximas elecciones locales; cuando muchos esperábamos un choque de titanes en la contienda por la alcaldía de la capital, en su lugar tendremos una deslucida lucha de enanitos, ni siquiera toreros, donde la mutua exhibición de mezquindades y mediocridades será la tónica de campaña y la orientación del voto irá del “menos peor” al “quien regale más”. Debo confesar que me entusiasmaba la idea de una confronta Felipe González/Óscar López Velarde, dos pesos pesados de la escena local, de muy diferentes estilos y trayectorias, ambos con muchos “contras” pero con suficientes “pros” para constituirse en buenos candidatos y, eventualmente, en mejores alcaldes. De Felipe reconozco su pragmatismo, esa inteligencia natural que le ayuda a buscar una solución más allá de los dogmas, misma que le permitió transitar seis años por la gubernatura sin complicarse la existencia con proyectos ultraconservadores, tan afines al PAN; del lado de Óscar, realmente admiro su trayectoria académica, avalada por un doctorado real y sapiencia demostrada en diversos temas, por ejemplo en materia de medio ambiente fue uno de los promotores de las reuniones “Hábitat” de la ONU donde por primera vez se empezó a discutir a nivel global el cambio climático. Personajes del mundo real, por ninguno pondría mi mano al fuego por su honradez, empero reconociendo matices aceptaría que cualquiera de ellos podría hacer una administración eficaz a una ciudad rebosada en demagogia. Mas la Ley de Murphy fue determinante en PRI y PAN y en su lugar dos personajitos subirán al ring, dispuestos a hacer reír al respetable y temer al ciudadano sobre lo que nos espera en el siguiente trienio.
Sin mencionar nombres por aquello de la veda, del lado del PRI se decidió subir la apuesta y al desprestigio intrínseco a ese partido se sumó el de la maestra Elba Esther, pues el candidato es reconocido como uno de sus alfiles incrustados en las administraciones estatales; por si no fuera suficiente, su candidatura garantiza la sujeción del municipio a los gustos y fobias del gobernador, devenido en jefe máximo, quien así podría presumir un control que ya hubiera querido Echevarría en tiempos de la presidencia Imperial. Del otro lado los caciques panistas impusieron a un personaje menor, dizque relevo generacional pero muestra de su incapacidad para formar cuadros políticos; de muy escasa inteligencia demostrada al ser delegado del INAH en el estado, pues no sólo desconocía el tema, sino que se negó a aprenderlo pese a cobrar por ello. Aun dándole el beneficio de la duda y considerando la posibilidad de que presentara una propuesta brillante para el ayuntamiento, mucho me temo que la campaña será su oportunidad para ostentar los niveles de estupidez a los que puede llegar. Y del tercero en discordia mejor ni hablo…
Pero también hay feria de San Marcos y durante unas semanas la ñoñería de la ciudad se atempera y, por unas noches ya se van nuestras miserias a dormir. En ese mosaico de diversidad hay también, dicen, un espacio para la “cultura” y se presume la agenda y sus contenidos, como tratando de lavar la culpa aparejada a la imagen de “mayor cantina de México”. De esta manera se proclaman con bombos y platillos diversos eventos: conciertos, exposiciones, obras de teatro, al punto que ya sólo se esperaría que la asistencia tuviera valor académico curricular. La verdad, revelada en encuestas, es que la propuesta cultural es sólo un pequeño “pilón” en el contexto ferial, una oferta que apenas encuentra eco en el 10 por ciento de los asistentes que dicen conocer su existencia y, en ocasiones, acuden a sus eventos; que salvo el Ferial, evento consolidado en el gusto local, son sólo minorías las que registran en sus agendas esas actividades, no por nada el principal Foro, el “del Lago”, puede albergar 500 personas cuando en todo el perímetro el cupo es de 20 mil. Además, el grueso de la audiencia es local, pues salvo excepcionalmente, diría yo que los conciertos de Aute y Serrat hace unos años, la oferta ha sido tan relevante para justificar la visita por ese solo motivo.
Con todo, aunque sólo importe a minorías, pésimo negocio harían las autoridades culturales si disminuyeran aún más la agenda, pues si de por sí son poquitos tus clientes al tratarlos mal te arriesgas a no tener ninguno. En consecuencia este año, bajo la consigna “que salga bien barato”, un escenario fue abandonado a lo que se ha llamado “presencia local”, donde sus escasos talentos musicales serán evidenciados con cargo al buen gusto de la audiencia, pero salió barato; poco mejor será la oferta del Foro del Lago, donde habrá la presencia de algunos artistas relevantes (y muchos de relleno) que lograrán convocar a fans y transeúntes… del premio Arte Joven otro día hablamos, aunque los prolegómenos me hacen temer lo peor.