Finalmente llegó a nuestros cines la multinominada, multilaureada y multicomentada película de Kathryn Bigelow, La noche más oscura, y me dejó con tal sensación de anticlímax que me dificulta mucho el escribir estas líneas con imparcialidad. A lo mejor no es tan mala como a mí me pareció, pero fue un huevo tan cacareado por la prensa y los expertos del séptimo arte de nuestro vecino del norte, que mis expectativas eran mayúsculas y lo cierto es que la realidad se quedó tan cortita que sólo siento absoluta decepción.
Con un poco de ironía reflexiono que Bigelow y Mark Boal, el guionista, pensaron que ya que les había funcionado tan bien con Zona de miedo eso de producir un filme patriotero, de bajo presupuesto, mediana producción y con tintes de documental, sería muy fácil repetirlo, sobre todo tomando en cuenta que en esta ocasión narrarían el cómo los Estados Unidos lograron vencer al peor villano de su historia.
Y la verdad es que no andaban tan errados, cuando menos en lo que a taquilla se refiere, pues si con The Hurt Locker lograron duplicar su inversión, con Zero dark thirty la triplicaron tan sólo en el territorio americano, aunque en esta ocasión los premios estuvieron mucho más medidos pues la competencia con otros “héroes” norteamericanos como Lincoln y Tony Méndez -de Argo– estaba reñida.
Aunque ya sabía de qué trataba el argumento, este largometraje me comenzó a molestar casi desde su inicio, justo cuando nos sitúan en esa mañana del 11 de septiembre de 2001, y aunque no explotan las imágenes de ese día como han hecho hasta ahora decenas de producciones, para estas alturas el recurso ya resulta algo chocante y se percibe de primera mano la manipulación que quieren hacer de los sentimientos del espectador. Y por lo que he podido leer sobre las reacciones del público anglosajón, el truco continúa funcionando.
Trasladándolo a nuestra realidad, me supongo que yo me hubiera colocado en un estado emocional-receptivo, si el tema se tratara del temblor de 85 o del movimiento del 68.
El caso es que después del planteamiento inicial, nos trasladamos a Afganistán un par de años después de los avionazos, ahí un grupo de especialistas de la CIA se dedican a torturar testigos, cómplices, amigos y familiares de reconocidos terroristas, intentando encontrar a los culpables del atentado al territorio norteamericano.
Es entonces cuando conocemos a Maya, una novata agente de la CIA, la cual llega muy recomendada como experta en interrogatorios, pero que se estremece y asusta de la violencia utilizada contra los prisioneros.
Los años empiezan a pasar y Maya se acostumbra rápido a los métodos de interrogar de sus compañeros y pronto es una más del grupo. Esta dinámica de buscar pistas, prisioneros, interrogatorios, sin lograr ningún avance, les lleva a los operativos de la CIA más de ocho años. Y a nosotros, los espectadores, más de una hora y media.
Lo anterior acompañado de tomas al hombro, cámaras colocadas en los lugares más extraños, ediciones rarísimas, música prácticamente nula y una iluminación del asco, todo bajo la justificación de que se trata de un “doc-drama” con una visión periodística… ¡ay, ajá!
Tras 10 años sobre la pista de Bin Laden, nuestra heroína ve coronados sus esfuerzos con una pista súper segura, ahora sólo tendrá que convencer a la mitad de Washington para que autoricen el ataque al sitio en el que se esconde el villano.
Ustedes se imaginarán que tras años y años de pistas falsas, millones de dólares, recursos y vidas gastadas en buscar al peor terrorista de todos los tiempos -cuando menos para ellos-, políticos y militares saltarían ante la oportunidad de acabar con él, créanme no sería tan fácil, ni para Maya, ni para nosotros, que ya para estas alturas habremos acabado con las palomitas, refrescos, nachos y con nuestra paciencia.
Debo reconocer que esta cinta tiene dos cosas que me gustaron, la primera es la actuación de Jessica Chastain, como la persistente agente de la CIA, que es soberbia a pesar de que de pronto tiene unos diálogos malísimos. Y segundo, toda la secuencia de los militares entrando al búnker de Bin Laden, que aunque en cuanto a producción deja mucho qué desear, sí me tuvo, por momentos, al borde del asiento.
Si esos dos factores salvan la cinta y justifican el gasto del boleto, lo dejo a su mejor opinión.
Productor: Mark Boal, Kathryn Bigelow y Megan Ellison; director: Kathryn Bigelow; guión: Mark Boal; fotografía: Greig Fraser; edición: Dylan Tichenor y William Goldenberg; música: Alexandre Desplat; elenco: Jessica Chastain, Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Mark Strong, Kyle Chandler, Edgar Ramirez, James Gandolfini, Chris Pratt, Callan Mulvey, Fares Fares, Reda Kateb; duración: 2 horas 36 minutos
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Gracias por la crítica. Las cintas de ese tipo en Mexico simplemente no convencen….ni asi lo hizo The Hurt Locker en su momento.
Pero no hay que olvidar la calidad actoral e Joel Edgerton Mark Strong y James Galdonfini.
Me habria gustado la reseña de Una niña Maravillosa y Teraia de Riesgo….Pues La noche mas Oscura va llegando a salas…