Ataque sin distingos / Desde Aguascalientes - LJA Aguascalientes
15/11/2024

El otro día un funcionario adscrito al Sistema Nacional de Seguridad Pública, apareció a cuadro con unas afirmaciones que dejaron con la boca abierta a más de cuatro. Dijo este señor que los niveles de homicidios han descendido, algo que estaría por verse. Yo apuesto doble contra sencillo a que el número de ejecuciones en el País no ha disminuido, más bien, ha aumentado en crueldad y en cinismo. ¿O cómo se puede calificar que un grupo de sicarios deje en un lugar público siete cadáveres sentados en sus respectivas sillas? Resulta de un humor grotesco que el sicariato se esfuerce por encontrar nuevas formas de mostrar sus venganzas macabras a la opinión pública. Pareciera que los criminales disfrutan adelantándose en esta competencia de asesinatos, exhibiendo innovaciones en materia de crueldad e inhumanidad.

Hace unos cuantos días encontraron seis bolsas con partes de un mismo cadáver descuartizado. Prácticas que hace años causaban horror a la sociedad, hoy ya no se utilizan porque no llama la atención del público. Volviendo con el funcionario de seguridad que dijo que han bajado los índices de homicidios, la prensa publicó un reporte de la Secretaría de Gobernación, que revela que han subido los asesinatos de jóvenes. De hecho, hay una estadística oficial que señala que el año pasado murieron mil 300 niños asesinados. La galería de ejecutados es tan copiosa hoy como lo fue en el 2011. Lo que pasa es que los periódicos ya no documentan todos los homicidios relacionados con el crimen organizado.

 

No hace mucho un grupo de académicos expertos en el tema de la violencia, reconoció después de acalorados debates que a estas alturas era imposible llevar una estadística confiable sobre el número de ejecutados. Las cuentas se perdieron hace tiempo. De ahí la disparidad en los montos de muertos. Algunos afirman que son 70 mil en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Otros, la elevan a 90 mil, e incluso, existe una estadística que sitúa la cifra en 120 mil. Vaya usted a saber. Como sea, son muchos miles de muertos, la mayoría muy jóvenes. ¿Qué bajaron los niveles de homicidios? Obviamente no. Y algo que nos debe alertar es que la inseguridad se da en todos los estratos sociales.

 

En México, al igual que en varios países de América Latina y del Caribe, se está deteriorando, en la vida social, la convivencia armónica y pacífica. Esto sucede por el crecimiento de la violencia, que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros, y lo que es más grave, en asesinatos que cada día destruyen más vidas humanas y llenan de dolor a las familias y a la sociedad entera. No se trata de hechos aislados o infrecuentes, sino de una situación que se ha vuelto habitual, estructural, que tiene distintas manifestaciones y en la que participan diversos agentes; se ha convertido en un signo de nuestro tiempo.

 

En los últimos años se ha incrementado en nuestro país la violencia causada por organizaciones criminales, distinta de la violencia intrafamiliar y de la que es causada por la delincuencia común. Esta violencia tiene sus propias características, sus causas y sus circunstancias. Se caracteriza por la crueldad, por la venganza, por la exhibición de poder y por la intención de intimidar a quienes son considerados rivales y a toda la sociedad. Algunas de las actividades criminales más comunes en este contexto son: el narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, el lavado de dinero, distintos tipos de extorsión y las ejecuciones intimidatorias.

 


Hoy, como ciudadanos, debemos exigir a nuestras autoridades el cumplimiento de sus obligaciones en lo referente a este tema.  La semana pasada reafirmamos que nadie está exento de sufrir un ataque que le provoque la muerte. La noticia de que habían sido aprehendidos sicarios que confesaron que pretendían atentar contra la vida de los hermanos Ricardo y David Monreal, diputado y senador de Zacatecas, causó  conmoción en el ámbito político nacional.

La Procuraduría General de la República, en voz de la subprocuradora Mariana Benítez, informó en el atardecer que dos sujetos que se hospedaban en el hotel Prim, muy cerca de la Secretaría de Gobernación, acababan de ser detenidos, y que habían acudido al D.F. con la misión de matar a los hermanos Monreal.

Lo anterior conmocionó por partida doble ya que los hermanos Monreal figuran entre los legisladores de la 62 Legislatura como algunos de los más críticos del régimen que encabeza Enrique Peña Nieto. Ricardo Monreal, con siete meses de diputado, es probablemente el diputado federal más vilipendiado, agredido y acosado por el régimen, a través del bronx priísta. Esto es inobjetable.

 

Hoy la preocupación es grande por la facilidad con que se mueven, y se organizan, los delincuentes para efectuar asesinatos por encargo, como en este caso.


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