Las palabras, maricón y puñal, al ser utilizadas en un artículo periodístico constituyen términos discriminatorios y forman parte de un discurso homofóbico
hacia las personas homosexuales.
Así lo determinó la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al ordenar a un tribunal colegiado que analice de nueva cuenta una demanda entre periodistas de periódicos del estado de Puebla, quienes utilizaron ese lenguaje para criticar su labor profesional.
Los ministros señalaron que el empleo de esos términos discriminatorios constituyen un discurso homofóbico al hacer referencia a la homosexualidad, pero no como una opción sexual personal, perfectamente válida en una sociedad democrática y plural
, sino como un aspecto de diferenciación peyorativa.
La Corte consideró que la preferencia sexual no puede constituirse en un elemento válido para criticar la labor periodística
de un determinado grupo de personas, pues tal opción representa una aspecto irrelevante para la realización de esa labor.
Si bien determinadas expresiones pueden considerarse como parte del lenguaje habitual de una sociedad, ello no significa que las mismas puedan ser protegidas constitucionalmente, señaló la sentencia, la cual subrayó que tratándose de medios de comunicación, éstos juegan un papel fundamental en la formación de la cultura pública para propiciar la disminución, y en última instancia, la erradicación de discursos discriminatorios, pues tienen un papel clave que de-sempeñar en la lucha contra los prejuicios y estereotipos y, por lo tanto pueden contribuir a mejorar la igualdad en la sociedad
.
Este asunto se originó cuando Enrique Nuñez Quiroz publicó un artículo en un diario poblano en el que criticó la labor periodística de Armando Prida Huerta, quien es propietario de otro medio impreso.
En su texto, Nuñez señaló elementos que a su juicio evidenciaban la falta de recursos del diario para hacer frente a las críticas que se le formulaban, ya que su estrategia de comunicación se basaba en columnas viejas, libros pagados, escritores pagados
, además de hacer mención sobre columnistas maricones
.
Añadió el autor que en el diario que criticaba había un periodista “lambiscón, inútil, y finalmente puñal”.
Los ministros consideraron que los términos maricones y puñal fueron utilizados como calificativos negativos
, además de ser expresiones burlescas hacia las personas homosexuales y asociarlas con aspectos negativos de la labor periodística.