Humo blanco en la Champions / The Insolence of Office - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Al Madrid, apenas hace tres meses, afición y prensa lo daban por muerto. En esas semanas: Iker se lesionó; Mourinho se sometió a una especie de referéndum, antes de comenzar el derbi en el Santiago Bernabéu; la liga pasó a un plano secundario; Cristiano Ronaldo, en un comentario chabacano que sólo se le puede perdonar a un crack como él, dijo que estaba triste. Samuel Beckett intituló una de sus últimas obras Worstward Ho (Rumbo a peor). El Madrid, absurdamente, iba en esa dirección. En los últimos días, sin embargo, parece que los merengues van rumbo a mejor: ganaron dos clásicos consecutivos y vencieron al Manchester United en Old Trafford. Como vemos, en futbol, una mala temporada se revierte muy fácil. Y digo mala porque la liga la tiene perdida desde el año pasado, por lo cual el trabajo está concentrado en una meta: la Champions. Si la consigue ocurrirán dos cosas: el mal paso habrá quedado borrado y podrá inaugurar un nuevo camino de su áurea historia; el Barcelona, ni modo, pondrá fin a un dorado ciclo. Un ciclo que a muchos les ha hecho pronunciar una frase que, en el mejor de los casos, refleja ingenuidad, y, en el peor, ignorancia: “Este Barça es el mejor equipo de la historia.”

Recuerdo que apagué la televisión durante en un clásico del futbol español porque no soporté ver cómo humillaban al Madrid. El Barcelona, más o menos desde hace cinco años, ha sido amo y señor de este deporte; sin embargo, no ha sido el estilo de juego holandés el que lo ha puesto en las alturas. Si ha llegado ahí es por los logros que han confirmado su superioridad: copa del rey, títulos de liga, Champions, intercontinental. Su plantilla -que divido en dos- es igualmente espectacular: cuenta con cerca de 10 campeones del mundo dentro de sus filas; y, claro está, tiene a Messi (algunos años el mejor jugador del mundo).

Éstas son algunas de las características que hacen que, con razón, cualquiera se sienta seducido por el juego del Barcelona: las aplastantes derrotas sobre los rivales; la cantidad obscena -casi pornográfica- de goles (50) de Messi en una liga (hasta hace pocos años, la cantidad de 38 se veía difícilmente superable); la práctica de un futbol inteligente a un mismo tiempo ofensivo (arriba) y un tanto hermético (atrás). Podría seguir enumerando cualidades y virtudes del club catalán; sin embargo, habría que pensar con mayor frialdad cuando, por la euforia del momento, cualquier hijo de vecino piensa que estamos ante el mejor club de la historia del mundo mundial. Quien lo diga, naturalmente, tendrá un profundo desconocimiento sobre el futbol.

En la segunda mitad de la década de los 50, el Madrid -encabezado por Gento, Kopa y Di Stéfano (para algunos, sobre todo viejitos, el más grande de la historia)- ganó cinco Champions (en su momento se llamaba copa europea): 55-56, 56-57, 57-58, 58-59, 59-60. Casi un lustro después, con Puskás a la cabeza, consiguió la sexta en la temporada 65-66. Resumiendo: en 10 años alzaron seis veces la orejona. Después, de 1998 a 2002 ganaron otras tres. Hasta aquí poco nos importa si practicaba un futbol alegre y de ataque -que lo tuvo-. Los títulos hablan por sí mismos.

¿Qué con el Barcelona? Es evidente que, hoy por hoy, es lo más grande que ha dado el futbol. Acaso sean firmes candidatos al mejor equipo de la primera mitad del siglo XXI (como el Madrid lo es del siglo XX desde que las competiciones europeas se llevan a cabo). Quien quiera comparar se va a llevar una decepción: si nos vamos por estilos de juego, es probable que, en efecto, el Barcelona actual sea más vistoso que el Madrid de entonces; pero eso no es garantía de nada (preguntemos a Holanda que con todo y su filosofía de ataque jamás ha conseguido un mundial); si nos vamos por estadísticas, el Madrid es concluyentemente superior. ¿El reciente Barcelona como mejor equipo de la historia? Think again.

El sorteo de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa ha colocado al Real Madrid contra el Galatasaray, y al Barcelona contra el PSG. Twitter, en estos días, evidenció el deseo de muchos madridistas antes de conocer el resultado de la tómbola: #QueNosToqueElBarça. Dentro de poco sabremos si en realidad el Barcelona ha terminado un ciclo o si el Madrid (blanco por donde se le mire) ha regresado. Lo que no podemos seguir debatiendo es quién ha sido mejor (ahí no necesitamos que salga humo blanco para que se nos anuncie quién es el nuevo jerarca; eso lo sabemos).

 

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