Esta semana estimado lector, con la noticia de la elección de un nuevo Papa, y la sorpresa doble, ya que por un lado escogió un nombre nuevo, Francisco I, lo cual indica cambios y renovación, así como ser Jesuita, una de las congregaciones más controversiales en la Iglesia por ser los más preparados de todos por un lado, y los más que ven hacia los pobres, hacia una igualación de ingresos y defensores de todos aquéllos que tienen y temen por la justicia torcida que vemos en los gobiernos, y esperemos que lleve a una modernidad a la Iglesia Católica, vamos a platicar un poco de los ciclos económicos y cómo es que funcionan.
Los ciclos económicos están dados por cuatro fases principalmente. El auge económico, que es cuando la economía de cualquier país está funcionando a su máxima capacidad y no sólo eso, sino que el crecimiento es tal, que cualquier persona que tenga una idea de negocio bien cimentada lo puede hacer realidad y tener un éxito de moderado a grande. Esta etapa es la que vivió los Estados Unidos durante la década de los 90 y en México durante finales del siglo pasado.
Después viene lo que conocemos como recesión, que es una desaceleración en el ritmo de crecimiento que se venía presentando, y es una disminución que puede ser moderada, y le llamamos desaceleración, o abrupta, que es cuando llamamos a esta recesión crisis. Cuando la recesión es de mayor magnitud a la anterior registrada entonces se habla de una contracción.
Si la recesión se prolonga por mucho tiempo se llega a la depresión, que indica que hay fuerte desempleo, poca demanda de productos y los precios tienden a mantenerse estables o incluso pueden llegar a bajar.
La última fase del ciclo económico es la recuperación, que es la fase donde se dan crecimientos espectaculares, aumento de precios y recuperación del empleo de manera importante.
Estos ciclos económicos hasta fines del siglo XX fueron más bien estables, y se comportaban de la forma como la estamos comentando en estos momentos.
El problema es que desde 2007 con la famosa crisis hipotecaria mundial, el mundo no ha podido recuperarse de manera adecuada. No hemos encontrado la recuperación, no se puede llamar por otro lado tampoco depresión, porque existen en ese periodo lo que se ha dado a llamar microciclos económicos con caídas y recuperaciones que han hecho pensar a las personas que ya se había pasado lo peor de esos momentos.
Actualmente, en México, hemos vivido una etapa complicada. Se han cumplido tres trimestres consecutivos de “desaceleración” con respecto a lo obtenido en el año anterior. Esto ya es posible considerarlo una recesión, pequeña, pero recesión.
El desempleo no ha aumentado, eso es cierto, pero tampoco se ha recuperado. Los salarios no han tenido una recuperación en el nivel adquisitivo, y además los precios no se han mantenido estables, sino todo lo contrario, se han encontrado a la alza.
¿Por qué han subido los precios? Pues simplemente porque dependemos de otros para generar nuestros productos o servicios. No sólo eso. En el mercado nacional estamos siendo golpeados por condiciones meteorológicas adversas que van a encarecer de forma importante, como por ejemplo, la gripe aviar en el caso del huevo y el pollo, que se han hecho esfuerzos para controlar ese mal, pero desafortunadamente no se ha podido erradicar del todo, y el clima cambiante que se ha tenido en los últimos días, ya que muchos agricultores estaban esperando las heladas desde febrero para que se acabaran las plagas, y no llegaron, desafortunadamente para ellos llegaron a principios de marzo, y algunos de ellos ya habían comenzado a sembrar, por lo que sus cultivos parece ser que no se darán y esto llevará indudablemente a un encarecimiento de productos clave para el consumo de la dieta de los mexicanos.
Si a esto le aumentamos los precios que no dejan de subir como la gasolina (la cual ya nos avisaron que NO dejará de subir aun cuando se encuentre en los niveles internacionales), la electricidad y el gas (y en el caso de Aguascalientes el agua, que es un insumo que está subiendo mes a mes conforme a la inflación y que nadie ha querido entrarle bien a revisar si con esas utilidades se recupera la red hidráulica, se cree que cerca del 30 por ciento del agua se va en fugas “invisibles”) pues entonces tenemos un panorama muy sombrío para los próximos dos meses. Es necesario hacer los esfuerzos para que se reactive la economía, para que tengamos más empresarios, y para que se tengan sueldos mejor remunerados. Seguimos esperando estos esfuerzos a nivel federal, los que se han hecho a nivel estatal los veremos fructificados hacia el segundo semestre del año seguramente.
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Lo que ha pasado es que la oferta del huevo bajo entonces debe de haber un equilibrio de mercado por eso cuando la oferta baja (en este caso debido a una contingencia) el precio va a subir porque por supuesto si baja la demanda aumentaría y si aumenta la demanda habrá escasez y no, aún no estamos en recesión
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