Un día en el Sector Salud Público / Vicente Pérez Almanza en LJA - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 

El artículo cuarto de nuestra constitución lo establece de una manera muy clara: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud.” Y el estado mexicano tiene como obligación ya sea proveerla o garantizarla, así de sencillo. Ante tal situación desafortunadamente aún no se logra una cobertura total en esta materia puesto que alrededor de 30 millones de personas no gozan de servicio alguno, muy a pesar de la creación del famoso Seguro Popular, el cual simplemente no ha terminado de brindar los beneficios que de él se esperaban.

Aunado a esto contamos con el IMSS y el ISSSTE que en conjunto atienden a cerca de 50 millones de derechohabientes; dichas instituciones en su servicio dejan mucho que desear cuando hablamos de calidad y calidez. En este momento quiero aclarar que no me refiero a todos los funcionarios públicos, servidores, secretarias, asistentes, médicos, enfermeras y personal que labora en las diversas instituciones de salud, sin embargo la imagen en lo general del servicio médico público es: mala y cada vez peor.

Mes con mes entre un 3 y un 5 por ciento es descontado de los sueldos de los trabajadores por conceptos varios que tienen que ver con la Salud, esto durante toda la vida laboral de las personas, sin excepción. Ante lo que los derechohabientes tienen y sienten la confianza de reclamar por un buen servicio, puesto que se use o no, ya se está pagando.

Cada día, podemos observar en las salas de urgencias y en los pasillos de los hospitales, cientos de personas entrar y salir con lesiones graves, enfermedades, padecimientos y malestares; cada día se podrán escuchar quejas por el pésimo servicio que se brinda en las instituciones de salud. Horas enteras para recibir la atención, días que transcurren antes de acudir a la cita, personas que agravan su condición por falta de canalización, habrá quienes se mejoran durante la espera, porque las hay, pero también los hay quienes incluso mueren por la falta de una consulta profesional.

En los hospitales, dentro del área de urgencias, no es raro observar personas que pasan tres, cuatro, quizá seis o 10 horas antes de ser atendidas por un médico y estamos hablando de urgencias, ¿o por qué usted acudiría a dicha área si no tuviera una urgencia real? En dicho lugar primero encontrará lo que debería ser un filtro para evaluar de primera instancia una urgencia grave de una urgencia que quizá pueda esperar un poco más, todo en aras de brindar un mejor servicio y atender realmente a quien tiene riesgo de empeorar su condición, sin embargo el filtro es de la siguiente manera: quien llega primero, sea cual sea su estado, es quien pasa.

Al momento de pasar los registros a los consultorios hay otro problema, se hace de manera aleatorio y no por capacidades de los médicos, quienes simplemente reciben las hojas y proceden de manera automática a consultar en estricto orden de aparición de nombres en sus hojas, sin hacer, en base a su experiencia una clasificación de “urgencias”; así pues puede estar una mujer embarazada con riesgo de aborto detrás de un hombre que tiene migraña y por el simple hecho de llegar después del sujeto, la dama deberá esperar su turno, con las consecuencias que esto conlleva. Lo mismo aplica para bebés con cualquier enfermedad, que para hipertensos, diabéticos, pre-infartados o quien sea, el orden de aparición marca el turno de la atención médica. Sin contar claro que los galenos, fastidiados de una jornada laboral se encuentran indispuestos a brindar un buen servicio.

Sé que no estoy exagerando puesto que es un asunto por todos conocido y que no tiene poco tiempo de darse, ya que absolutamente es “el pan nuestro de cada día” en los hospitales.

Cuando hablamos de las consultas con especialistas, la cosa no cambia mucho. Si bien va la situación, usted despertará a las cuatro o cinco de la mañana para acudir al hospital y hacer fila con tal de ganar un turno, luego de dos o tres horas de haber madrugado, de manera por demás displicente, alguna persona abrirá la ventanilla de consultas y comenzará la repartición. Cuando la suerte corre de tu lado tu consulta la obtendrás para el día siguiente, cuando no… He conocido personas cuya cita para el especialista tuvo que aplazarse a seis meses posteriores al día en que se solicitó y esto con la reserva, los asteriscos y las letras chiquitas de que el Médico no tenga una emergencia en otro lado, porque de ser así deberás hacer la cita de nuevo, si es que puedes, la sigues necesitando o quieres hacerlo, claro está.


Obtener citas para análisis de sangre, orina, ultrasonidos, radiografías y cualquier estudio especial, hágalo esperando que la fecha sea al menos una semana después.

De ahí ese famoso dicho muy mexicano: “antes me alcanzo a morir”.

Las deficiencias son muchas en el sector Salud, las quejas ni siquiera se puede decir que hayan disminuido. Los hospitales están saturados y el personal que ahí labora, probablemente no tenga la motivación de hacerlo, todo esto hace del sistema de Salud algo caduco, fastidioso y digno de analizarse de verdad. Fuera de los costosos servicios médicos particulares que tienen los gobernantes y sus lacayos. Quizá haga falta que más de uno tenga que padecer un día en el Sector Salud Público.


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