- Una nueva visión sobre un México cercano y desconocido al mismo tiempo
- La exposición hace énfasis en presentar a la artista comprometida con todo lo que hacía con un gran amor, pasión y respeto por México
A partir del próximo sábado, en la Galería de la Antigua Estación del Museo Ferrocarrilero se estará presentando la exposición Mirada que cautiva la mirada de la fotógrafa Mariana Yampolsky.
Mariana Yampolsky nació en Chicago, Illinois en 1925 y decidió ser mexicana para poder captar la magia de las tradiciones y costumbres de este país y reproducirla en casi 70 mil imágenes, es recordada a 10 años de su fallecimiento.
El propósito en la Fundación era conmemorarla y compartir su trabajo. No se quería volver a mostrar las mismas imágenes que todo mundo conoce, como la foto del Ángel exterminador, o aquella de Los niños jugando en el Mezquital, por lo que se decidió presentar una nueva lectura, sugerente y novedosa de su trabajo.
La exposición es una iniciativa que surge en la Fundación con la intención de dar a conocer a Mariana Yampolsky como una creadora con múltiples intereses, no sólo como una excelente fotógrafa, sino como grabadora, editora, curadora, coleccionista de arte popular, bibliófila, es decir multifacética.
La intención era hacer énfasis en este aspecto, presentar a Mariana como artista, profesional, creativa, compañera, amiga. Mujer dinámica y vital, comprometida con todo lo que hacía con un gran amor, pasión y respeto por México.
El legado de Mariana Yampolsky a México no sólo es material, en cuanto a sus grabados, fotografías, libros o colecciones de arte popular, material que en sí mismo, encierra un gran valor porque nos habla de un país multicultural y diverso, lleno de contrastes y matices. Todo su legado material se encuentra en la Fundación que sigue luchando por mantener un archivo fotográfico “vivo”.
Mariana Yampolsky también nos legó una forma de trabajo, un compromiso social y un compromiso con la cultura a partir de su postura ante la vida. Logra compartirnos, a través de una mirada clara y profunda, el más mínimo detalle del ser humano, de su riqueza esencial, de lo que hace y siente. Nos comparte la belleza, elegancia y plasticidad de lo más simple que hay en la naturaleza.
Con información del ICA