La semana pasada tuvimos la visita en nuestro estado del Presidente Enrique Peña Nieto. El evento presidido por el primer mandatario tuvo la finalidad de lanzar desde aquí el programa nacional para la prevención social de la violencia y la delincuencia, en el cual participan nueve secretarías que tendrán la obligación de coordinarse, buscando, a través del mismo, quitar, hasta lo posible una de las causas de los delitos violentos y el debilitamiento de la célula familiar y despresurizar un entorno violento, inseguro y peligroso que se da en algunas regiones de nuestro país.
Durante el mensaje del Secretario de Gobernación, Osorio Chong, dijo que el Gobierno Federal no elude su responsabilidad de perseguir a los delincuentes y detenerlos, pero que el nuevo sistema de seguridad pública tardará en dar resultados, el problema es qué le van a decir a los secuestrados, extorsionados o asesinados por los delincuentes, que se encuentran desatados asesinando a varios Presidentes Municipales en varios Estados y a funcionarios locales y estatales buscando causar temor y que se sujeten a sus exigencias.
En los estados de Morelos, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, más los que se acumulen, se han comenzado a formar y organizar policías ”comunitarias”, las cuales han tomado la responsabilidad de defender sus comunidades de los delincuentes que les han hecho la vida imposible. Armados, con armas rudimentarias, pero con el ánimo de dejar de ser víctimas de los delincuentes, han decidido autodefenderse. Es tan increíble la rapidez con que ha crecido este fenómeno, al incubarse en las sociedades, que en la Costa Chica en Guerrero, en la montaña y en el centro del Estado de Guerrero, ya tienen razón social para identificarse, ahora se autollaman “Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias” (CRAC); otra de ellas: “Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero” (UPOEG). Estas unidades de vigilancia o policiacas, tienen ahora detenidos que son presuntos delincuentes -más de 50-, y han entregado a 11 para que sean juzgados por las autoridades establecidas, lo cual consideraron como un triunfo.
Se dice que en Atliaca ya se registró un ajusticiamiento popular, lo cual es algo muy peligroso. Pero aún algo más preocupante es que el Presidente Municipal de Nopala, en Oaxaca, recibió y posteriormente presidió un desfile de hombres armados encapuchados, los cuales instalaron un retén de “revisión” en las entradas de la comunidad ¡y ahora son la autoridad!
El 17 de diciembre pasado el Presidente de la República anunció el nuevo Plan de Seguridad Pública con seis líneas de acción, a la fecha no se han visto resultados, y sin embargo ya se presentó aquí en nuestro estado otro plan contra delincuencia, con una estrategia diferente, debemos de tomar en cuenta que este modelo primero se toleró y después se trató de oficializarlo y controlarlo y de ahí salieron las unidades paramilitares de autodefensa que posteriormente se convirtieron en otros grupos delincuenciales, iguales o peor que los que combatían supuestamente. A la fecha no han podido “desmovilizarlos”, como dicen ellos, y siguen combatiéndolos.
Tenemos programas de cambio de víveres y enseres por armas en varios estados del país, incluyendo el Distrito Federal, y por lo que vemos en los medios todos los policías “comunitarios” están armados. En Michoacán una comunidad denunció que los policías de una comunidad vecina, Santa Clara del Cobre, eran quienes los “levantaban” para secuestrarlos, extorsionarlos o asesinarlos.
Todo lo anterior está creciendo alimentado por el sentimiento de indefensión o bien hartos de los excesos de las autoridades, o malos tratos de quienes deberían proteger a los ciudadanos de bien y tratarlos como tales, los cuales no desaprovechan la primera oportunidad para vejarlos y demostrar que ellos son la ley. En todos los discursos y presentaciones de planes y proyectos de seguridad nunca se mencionan estos fenómenos que se están dando en varios estados y, sobre todo, cómo se van a resolver para con ello volver a la normalidad a estas sociedades. Lo que se percibe es que se está soslayando el problema, o bien no se han dado cuenta de la gravedad del mismo. Lo dice nuestra Constitución: Nadie podrá hacerse justicia por su propia mano. Hoy es público y notorio que ya se está dando esta violación en varias partes, y lo peor es que en el Estado de México, en el cual fue gobernador el actual Presidente, ya hay varias comunidades con fuerzas de autodefensa, lo cual es preocupante y riesgoso.
Para terminar déjeme comentarle dos acontecimientos que le darán a usted una idea de cómo se están manejando las cosas: En la ceremonia de entrega de cartas credenciales de 11 embajadores -por cierto que el de Grecia falleció al día siguiente-, la embajadora de Francia, Elisabeth Beton Delègue, declaró que su País (Francia) ayudará a México a crear la Gendarmería Nacional, la cual aglutinará a Marinos, Militares y Policías con características similares a las de la Policía Nacional Francesa. Al escuchar lo anterior creí que la ayuda era para mejorar a la Suprema Corte de Justicia por lo de Cassez.
Y lo último, el Senador Presidente de la Comisión de Seguridad Pública, Omar Fayad, declaró que se deben estudiar los grupos de policías comunitarias para buscar la manera de que queden encuadradas dentro del marco jurídico. ¡El colmo! entonces es una realidad que el gobierno renuncia a su responsabilidad de garantizar seguridad a los ciudadanos Mexicanos.
No hay que olvidar que el gobierno establecido, por un mandato popular, jamás podrá renunciar al monopolio de la fuerza, para garantizar el cumplimiento de la ley y la sana y pacífica convivencia de sus ciudadanos en cualquier parte del país.
