La fiesta de la democracia priísta ya inició. Participan en la liguilla los equipos capitaneados, respectivamente, por el gobernador Carlos Lozano de la Torre; la alcaldesa Lorena Martínez Rodríguez; Héctor Hugo Olivares, jefe de la unidad de enlace legislativo de la Secretaría de Gobernación, y Gabriel Arellano Espinosa, ex alcalde aguascalentense y diputado local.
Mario Vargas Aguiar fue designado el árbitro principal, en calidad de delegado general del CEN del PRI, apenas dos días antes de que arrancara la contienda. Nada más tuvo tiempo de presentarse; vestirse de negro; colocarse reloj y cronómetro en las torneadas muñecas; guardarse las tarjetas amarilla y roja, la libretita y la pluma que no debe fallar; probar el silbato; y ponerle tinta blanca a la brocha para pintar la raya de Comex. Lleva como auxiliares a Lupe Ortega Valdivia con la bandera verde y a Alberto Solís Farías con la roja.
En el juego del siglo participan Óscar López Velarde, héroe de mil batallas, y el lozanista químicamente puro, Paco Chávez Rangel, versus el perseverante lorenista Roberto Tavarez Medina, para la alcaldía de Aguascalientes: dos contra uno, pues.
El trío forma parte de la misma familia revolucionaria e institucional, pero es distinto en cuanto a perfiles, discursos, actitudes y comportamientos, estrategias, fortalezas y debilidades, conectividad con la militancia y estilos personales.
Primero llegó a la mesa de inscripción la arrogancia montada en el caballo de la jactancia, al considerarse la última Coca Cola en el desierto gubernamental y el Messi del partidazo fundado en 1929; el que se vanagloria de haber obtenido la votación más alta para el priísmo en una contienda para senador, aunque suele omitir el nombre de su compañero fórmula, Fernando Palomino Topete, en incompleta narrativa; el que agarró una campaña tirada y en cuatro días logró 130 mil simpatizantes para terminar el proceso con 158 mil votos a su favor, confiesa el precandidato al periodista de esta casa editorial, Javier Rodríguez Lozano, en entrevista exclusiva.
Después se presentó la frescura en la bicicleta de la espontaneidad; el rostro distinto, la cara nueva; el chavo que enchufa con la raza, que retrata bien, que irradia sencillez, que forma parte de esa generación que ya se hizo del poder en México para gobernarlo con el clarión y el pizarrón de la esperanza, como el Presidente Peña Nieto; es la alternativa que debe ofrecerse al electorado para contrastarla con la del dinopanista Felipe González González, dicen los que saben desde el oráculo de la alta rentabilidad.
Al final arribó la fuerza terrenal sentada en el gran músculo de carne y hueso; en la creencia del libre juego que caracteriza a la democracia; en el perseverante esfuerzo construido desde hace varias décadas; en el estruendo de las porras, las manifestaciones y la presencia de las robustas morenas salidas de las colonias populares, siempre dispuestas a respaldar la continuidad de un proyecto de gobierno municipal que le apuesta a la “nueva política”.
Para el Ayuntamiento de San Francisco de los Romo, el olivarista J. Refugio Lara Martínez pretende desaparecer del mapa la igualdad de género y se le enfrenta a Margarita Gallegos Soto, lorenista de pura cepa.
En el distrito V se verán las caras la sobrina consentida del olivarismo, Elsa Amabel Landín Olivares, y el gabrielista Alejandro Regalado Díaz, regidor con licencia, que probablemente perderá, porque es un caballero y cederá el espacio a la igualdad de género.
A su vez, la dupla compuesta por Citlalli Rodríguez González y Roberto Padilla Márquez, osa enfrentarse al joven maravilla del lozanismo, Eduardo Rocha Álvarez, poniendo al frente a su fiel escudero Jesús Ortiz Macías, en el distrito IX.
El sobrino destacado de la familia Olivares Ventura, Adrián Ventura Dávila —quien inicialmente pretendía jugar en la demarcación XVII, apoyado por otro olivarista de nacimiento, el tribuno Miguel Ángel Juárez—, decide el cambio de cancha, al distrito XII, y le declara las hostilidades a Lorena Martínez, que está representada por Luis Fernando Muñoz, el emblemático ariete del lorenismo, desde universitarios años en la Autónoma de Aguascalientes, aunque la lozanista Gabriela Ponce Medina puede aguarles la fiesta a los dos caballeros y enfilarse hacia la victoria en el carruaje de la igualdad de género.
Doña Celia Mena Martínez, la apreciada líder, de reconocido trabajo en las colonias populares, y madre del ex diputado César Cervantes Mena (prófugo del priísmo, defenestrado de Convergencia e hijo del panismo en el Congreso del Estado), abandera al lozanismo para hacerle morder el polvo al lorenista, Enrique Juárez Ramírez, desde el manchón de penalti de la igualdad de género.
Otro sobrino del olivarismo, Netza Ventura Anaya, de menor peso, va solito y su alma en el distrito XVIII.
Y en una final de película familiar, que espero no sea la reedición de Kramer contra Kramer, la lozanista Norma Adela Guel Saldívar le disputa la supremacía política a su sobrino Francisco Guel Macías, funcionario de primer nivel en las administraciones municipales de GAE y LMR, que quizá, también, sucumba ante la igualdad de género.
Llama la atención que particularmente en los distritos V, XII, XIII y XVI, donde se inscribieron tres varones emblemáticos del lorenismo y uno del gabrielismo, se esté impulsando a cuatro mujeres opositoras para darle cumplimiento a lo estipulado por el artículo 186 del Código Electoral de Aguascalientes Aguascalientes, que obliga a los partidos políticos a cubrir la cuota de género femenina: del 100 por ciento de las fórmulas registradas para la elección constitucional, el 40 por ciento, mínimo, será cubierto por las damas —propietarias y suplentes en el mismo binomio para acabar con las juanitas— y el 60 restante por los hombres. Es mera coincidencia o el viento oficial mueve el balón hacia los arcos defendidos por LMR y GAE, preguntan desde el desconfiado graderío pintado de verde, blanco y rojo.
Es deseable que los hinchas de los equipos participantes guarden mesura y dejen a un lado la pasión incendiaria, porque la liguilla puede terminar con muchos muertos y heridos de las barras comandadas por CLT, LMR, HHO Y GAE, para beneplácito del PAN y sus coaligados.
Etapas y fechas establecidas en las convocatorias brindan la oportunidad de hacerle caso al viejo consejo de los exitosos entrenadores: todos caben en la cancha sabiéndolos acomodar, pero además, se presentará la segunda oportunidad para hacer los ajustes técnicos necesarios, cuando se firmen las alianzas con otros partidos políticos, porque lo actuado, hasta ese momento, quedará sin efecto y se tendrá una nueva alineación.
Porque alguien tiene que escribirlo: Ojalá exista voluntad política de las principales expresiones del priísmo en Aguascalientes, para desistir del unilateral agandalle y salvar los escollos que se presenten en el agropecuario político, donde “el perro que trae hueso en el hocico no muerde”, ilustra el leal pastor alemán, la mascota de mi equipo favorito.