Jamraya, Siria. 31 de enero de 2013. Zumbando como tábanos enardecidos, los cazabombarderos israelíes –con la Estrella de David pintada en el fuselaje– bombardean la principal instalación del Ejército sirio para mejorar los agentes para la guerra química y bacteriológica. Asimismo, un convoy que transporta misiles de fabricación rusa SA–17 es convertido en chatarra humeante.
La arriesgada operación militar arriba narrada sirve como telón de fondo al presente artículo, el cual pretende explicar al amable lector por qué el Estado de Israel se encuentra inmiscuido en una complicada situación estratégica en el conflictivo Medio Oriente.
Antes de proseguir con mi disertación, el escribano desea responder a una pregunta que sus alumnos de Relaciones Internacionales y Comercio Internacional y los lectores de La Jornada Aguascalientes le plantean siempre que escribe sobre Oriente Medio: ¿Por qué es significativo el Medio Oriente para el mexicano promedio? La respuesta es simple: primero, dos importantes comunidades en la vida pública y privada de México –la hebrea y la libanesa– tienen sus orígenes en aquella zona del mundo. Segundo, nuestro país es un productor de petróleo y los movimientos diplomáticos y militares que ocurren en dicha región del orbe afectan –a la alza o a la baja– el precio del llamado oro negro.
Después del necesario paréntesis, Israel se encuentra bajo asedio pues en sus fronteras –Egipto, Jordania, Líbano y Siria– hay una creciente inestabilidad. Todo ello ha creado un nuevo ambiente estratégico para los hebreos.
En la tierra de los faraones, la llamada Primavera Árabe provocó que la Hermandad Musulmana ascendiera al poder tras la caída del dictador Hosni Mubarak. Los Hermanos Musulmanes siempre han cuestionado los Acuerdos de Campo David –los cuales establecieron la paz entre Egipto e Israel–.
Asimismo, en la Península del Sinaí, grupos extremistas islámicos han atacado territorio israelí. Ante este hecho, Israel ha formado una nueva brigada con la intención de proteger el estratégico puerto de Eilat en el Golfo de Aqaba –el único fondeadero hebreo en el Mar Rojo y el cual es vital para el comercio con la región Asia-Pacífico–.
Mientras tanto, en Jordania el rey Abdalá II enfrenta una situación particularmente complicada debido a tres factores: el contagio de la Primavera Árabe, su resistencia a implementar reformas y la presencia de más de 200 mil refugiados provenientes de Siria.
Por si fuera poco, más del 60 por ciento de la población jordana es de origen palestino. Esta mayoría se percibe marginada y cada vez más inquieta. De acuerdo a la consultora Stratfor, la pesadilla del monarca jordano es que “Israel empuje a los palestinos de la Ribera Occidental a la otra orilla del Jordán y [pueda] crear un Estado Palestino por default”.
Más todavía, la Guerra Civil en Siria presenta el mayor desafío a la seguridad nacional de Sión, pues los dirigentes israelíes temen que el arsenal químico del tirano Bashar al-Assad y 50 toneladas de uranio enriquecido caigan en manos de catervas radicales afiliados a Al-Qaeda.
Para disuadir cualquier ataque proveniente de Siria –ya sea de al-Assad o de yihadistas–, Israel desplegó sus baterías anti-cohetes Domo de Hierro al norte del país. Además, la Séptima Brigada Blindada fue enviada a conducir ejercicios con fuego real en las disputadas Alturas del Golán, las cuales ocupan los hebreos desde la Guerra de 1967, para aumentar su preparación para la lucha.
A su vez, Ephraim Halevy, antiguo jefe del Mossad –el eficiente servicio secreto israelí–, declaró al cotidiano Yediot Aharonot que “Israel no desea involucrarse en la Guerra Civil en Siria o luchar contra Irán en suelo sirio”.
Sin embargo, los movimientos bélicos israelíes parecieran ser el preludio de una eventual declaración unilateral de una zona de protección dentro de Siria, cuando caiga al-Assad, para evitar que grupos extremistas musulmanes –financiados por Arabia Saudita y Qatar y entrenados por Francia– edifiquen un emirato al norte de la nación judía.
Para complicar más la situación, Irán –acérrimo enemigo de Israel y patrocinador de Hezbolá en El Líbano– envió el lunes 4 de febrero a su jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Said Jalili, a Damasco. Esta visita es vista como una advertencia al Estado hebreo. El funcionario iraní declaró que “la entidad sionista lamentará su agresión contra Siria” (AFP 04/01/2013).
Finalmente, el pueblo de David y Esther se encuentra rodeado de enemigos que desean terminar lo que un orador de cervecería y su pandilla de rufianes comenzaron hace 80 años en las adoquinadas calles de Alemania. Es decir, la desgracia de Israel.
Eso, el tiempo lo dirá.
Aide-Mémoire.– Sra. Fernández de Kirchner: la única manera de conquistar las Islas Malvinas es pasar sobre el león británico.
* Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales, A.C.
