Los pasados 12 años de administración panista en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) conforman un paréntesis gris
en el que se abandonó su objetivo central: brindar seguridad social. En cambio, existen franjas de corrupción
en prácticamente todas las áreas administrativas, afirmó el director general del organismo, Sebastián Lerdo de Tejada.
En entrevista, a poco más de dos meses de haber tomado posesión del cargo, el funcionario señaló que tiene la misión de trabajar con transparencia, sin filias ni fobias, respecto de las organizaciones sindicales, en particular la de los maestros que encabeza Elba Esther Gordillo.
Dijo que ha encontrado problemas severos, entre otros, con las licitaciones públicas: parece que había favoritos y vetados
en la asignación de contratos de compra de insumos y prestación de servicios. No debe pasar más.
Otro es el rezago en la prestación de servicios médicos con calidad y calidez, y una serie de hospitales que en el último año de gobierno de Felipe Calderón se inauguraron, pero hoy están cerrados, porque carecen de equipo y personal que los opere. Uno emblemático es el Hospital General de Saltillo, Coahuila, cuya placa inaugural fue develada el 26 de noviembre, cuatro días antes de que dejara la Presidencia de la República.
Respecto de la Ley del Issste, modificada en 2007, Lerdo de Tejada opinó que fue buena reforma, aunque ya se realiza un análisis profundo para conocer su verdadero impacto.
A continuación, la conversación del director del Issste con La Jornada:
–¿Cómo está el instituto?
–Viene de un paréntesis gris donde se abandonó su objetivo central: el de seguridad y servicios sociales para los trabajadores al servicio del Estado. Ese es el espíritu de su decreto de creación, que data de 1959. Hoy tenemos que recuperar y fortalecer los servicios de salud en calidad y en calidez, el apoyo en guarderías y dar a nuestros viejos la garantía de sus pensiones y sus servicios médicos.
“El Issste es una paraestatal y tiene cuatro organismos desconcentrados: Pensionissste, Fovissste, las tiendas y farmacias y el Turissste, a cargo del turismo social, que lamentablemente abandonaron y le dieron un uso inadecuado.
Vamos por un instituto eficaz con manejo transparente
Vamos por un instituto eficaz con manejo administrativo transparente. Podremos hacer más con menos dinero. El presupuesto en este año es de 161 mil millones de pesos, monto justo para los compromisos financieros.
–Se suponía que un objetivo de la reforma a la ley (2007) era mejorar la calidad de los servicios de salud. ¿No funcionó?
–Estamos en una evaluación profunda de los impactos de la reforma legal. Tendremos un diagnóstico en el primer semestre del año. En una primera instancia, fue buena; hay que analizarla, así como sus ventanas de oportunidad. Pero los servicios deben mejorar en calidad y calidez. Así lo dicen las quejas de los derechohabientes. Todas son atendibles. No podemos atorarnos en una defensa irracional del instituto. Debemos ser autocríticos para mejorar los servicios y escuchar a los derechohabientes. Cuando se quejan de clínicas sucias, de trato despótico y largas horas de espera para la atención médica, tienen razón.
–¿El aspecto financiero sigue siendo un tema difícil?
–Es un tema serio en dos aspectos: las reservas para el pago de pensiones y el manejo administrativo de la institución. Necesitamos clarificar muchos procesos administrativos, fundamentalmente lo relativo a licitaciones públicas, que incluye las compras de medicinas, a fin de que haya transparencia. No hay ni debe haber favoritos ni vetados.
–¿Eso pasaba?
–Parecía que eso pasaba. Muchos actores comerciales se quejaron y no lo vamos a permitir. Queremos ser muy claros, ordenar los procesos para emparejar la cancha y que haya un juego parejo para proveedores y prestadores de servicios. Que estén los mejores en las mejores condiciones para el instituto, sin inclinar la balanza hacia ningún lado.
–Un problema en el Issste es la falta de dinero específico para dar mantenimiento a clínicas y hospitales, ¿cuál es la situación para este año?
–Vamos a confirmar el inventario inmobiliario. Tenemos mil 45 inmuebles, pero encontramos otros 500 en situaciones jurídicas diversas: arrendamientos, comodatos y otros en proceso de regularización. Esto se incluye en el reordenamiento administrativo. Tenemos dinero para dar mantenimiento a algunas clínicas con necesidades urgentes por su nivel de deterioro. Son 200 millones de pesos en este año que también se utilizarán para obras de ampliación en otras unidades médicas.
–¿Serán construidos nuevos hospitales?
–Este año iniciará la obra del Hospital General Gonzalo Castañeda, de Tlatelolco (desalojado en 2009 por daño estructural). En el resto se evalúa. Nos preocupa que el 26 de noviembre el ex presidente Felipe Calderón inauguró el Hospital General de Saltillo, lo que responde a una demanda legítima de la plaza, pero no lo equiparon ni se asignó personal para su operación. Hoy no funciona. Estamos revisando inmuebles que, más allá de la foto inaugural, deben atender a los derechohabientes. El de Saltillo es emblemático.
–El año pasado había más de 50 auditorías en curso, ¿cuál es su estado actual?
–Hay observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y varias más siguen en curso. Seremos respetuosos del Órgano Interno de Control y de los procesos de la ASF que no han concluido y para aportar los elementos que se nos requieran. Hay funcionarios inhabilitados, algunos con sanciones firmes y otros que están en el proceso de su defensa legítima.
–Desde hace años las tiendas y farmacias operan con pérdidas.
–El planteamiento administrativo ha estado mal. Las tiendas del Issste no deben competir con las cadenas comerciales, sino regresar a su función original: abasto popular para los trabajadores. Si se logra, regresarán a número negros. El otro problema es administrativo. Se tienen que combatir franjas de corrupción en ésta y todas las áreas del instituto
–Muchos años el Issste fue la caja chica del gobierno.
–No se puede permitir que se desmantele una institución por intereses oscuros, corrupción, mal servicio o discriminación en el servicio. Por eso el énfasis en reordenar los procesos administrativos y hacer más con menos.
–¿El Issste ya está alejado de intromisiones como la que durante años tuvo la profesora Elba Esther Gordillo?
–Hay una relación respetuosa con las organizaciones sindicales. Están en los órganos de gobierno. Opinan, pero la administración es designación del Presidente de la República y tengo la encomienda de trabajar con absoluta transparencia, sin filias ni fobias.
–¿Qué significa para un político estar al frente de una institución con retos financieros?
–Un privilegio. Quienes tenemos vocación social, la oportunidad de servir donde cada esfuerzo se ve reflejado en beneficio de los derechohabientes es un reto institucional y personal formidable.
–¿No son suficientes las valuaciones actuariales?
–Se debe combinar solidez técnica con vocación social para profundizar en una institución como ésta, con reclamos añejos de falta de cercanía, calidad y calidez. No sólo es un debate de actuarios. Al final hablamos de personas, de la cadena completa de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Si logramos identificar las áreas de mejora podremos poner al Issste en el siglo XXI y no mantener los procesos de mediados del siglo XX. Ese es el compromiso que tengo.