Hoy el PRI nacional sustituyó al agente que vino a colaborar en la destrucción electoral del PRI durante los comicios de 2012 y en mucho a la posible derrota de ese partido en las próximas elecciones del 2013, el señor Chema Rodríguez Hernández. Se va, con pena y oculto y esperamos que jamás vuelva, pues huye una vez que ha reducido al PRI a cenizas en colaboración con algunos hombres que han cercado la clara visión de desarrollo partidista y de victoria que nuestro gobernador Carlos Lozano de la Torre había mantenido durante más de una década.
Las voces de los perdedores de ayer hoy reclaman unidad como método de selección de candidatos, y nadie podría opinar lo contrario, siempre y cuando dicho procedimiento estuviese contemplado en la convocatoria que para el efecto aprobó el Consejo Político Estatal del PRI. Resulta que tal documento no contempla dicho método: el método aprobado para seleccionar candidatos a diputados y munícipes es a través del proceso de Convención de Delegados, y sólo en el caso de Cosío, lo será por Consulta directa a la Militancia. ¿Acaso será ésa la razón por la cual el señor Presidente del Comité Estatal del PRI, Guadalupe Ortega, ha declarado que la convocatoria no es para improvisados?
El llamado a la unidad es trascendente, pero no debe imponerse, la unidad política se construye por medio del diálogo y la razón que construye la victoria. Lo contrario a la unidad se llama imposición y ésta no conoce otro método más que la cerrazón y la derrota.
El nuevo delegado del PRI es el señor Mario Vargas Aguiar, ex presidente del PRI en La Paz, Baja California Sur, ex diputado y ex senador por ese estado. Actualmente se venía desempeñando como Delegado General del PRI en el Estado de Michoacán. Se le conoce como un político forjado en la Alternancia política, poseedor de una visión de lucha y de respeto a la militancia partidaria, pero sobre todo un hombre disciplinado, institucional. Fue senador a la LVI Legislatura del Congreso de la Unión y compañero inseparable de los senadores de Aguascalientes, Jorge Rodríguez León, Fernando Palomino Topete y Óscar López Velarde.
Pues la fórmula ya se completó. El CEN ya hizo su parte. Ahora la prudencia y el diálogo deberán tomar un espacio que hasta el día de hoy ha estado muy distante de la mesa del PRI. De ahí nace la pregunta: ¿A qué costo se impondrá la unidad en el PRI?
Ojo, si en realidad el PRI quiere tener una oportunidad de ganar los comicios municipales del 7 de julio no debería confundir la unidad partidista con la propuesta de candidatos únicos. Ojo, son palabras y escenarios absolutamente opuestos. Postular candidatos únicos no necesariamente representa unidad interna del Partido.
En los tiempos de la Alternancia Electoral, debemos ser maduros para participar en el juego de la democracia interna. La participación y fortaleza de la militancia del PRI adquirida en los últimos procesos electorales entre 1998 y 2010, implicó la competencia leal entre candidatos de diversas corrientes de pensamiento, y el alejamiento de las imposiciones de grupos que se sienten dueños del Partido.
Buena suerte.
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