Desde el momento en que Jesús Terán adopta la antigua doctrina masónica como filosofía de vida en 1843 y el método científico como base para el desarrollo social de acuerdo con la filosofía positiva publicada por primera vez por Augusto Comte apenas un año antes,# se i ntegra de lleno al movimiento liberal iniciando así una brillante carrera política.
Por ese conducto establece o fortalece nexos no sólo en su tierra natal, sino también con liberales de talla nacional como Valentín Gómez Farías, uno de los principales forjadores de las leyes de Reforma.
CON BENITO JUÁREZ. En 1861, el presidente Juárez designó a Terán secretario de Justicia, Fomento e Instrucción Pública, quien apoyó al secretario de Relaciones Exteriores Manuel Doblado en 1862 en las negociaciones con los invasores europeos (Francia, Gran Bretaña y España) que habían desembarcado en Veracruz para exigir el pago de la deuda externa suspendida como consecuencia de la bancarrota por la que atravesaba el país. (Posteriormente, Terán tuvo que encargarse también del despacho de Relaciones Exteriores en ausencia de Doblado).
INVASIÓN FRANCESA. España y Gran Bretaña quedan convencidas de la inutilidad de la empresa. El ejército francés permanece, porque lo que realmente quería Napoleón III (apoyado por un grupo de traidores que había ido a Europa a convencerlo de que el pueblo lo recibiría con fanfarrias) era revivir las glorias imperiales y detener el desarrollo amenazador de Estados Unidos, lo que queda claro cuando al ser derrotada su tropa de 5 mil efectivos en la batalla del 5 de Mayo, la refuerza con 30 mil soldados más para tomar la ciudad de México en 1963 y someter al resto del país, que adoptó la guerra de guerrillas para combatir al invasor.#
TERÁN SALE A EUROPA. Como el hombre altamente reflexivo que era, Terán terminó ocupándose más de los asuntos diplomáticos que de la judicatura; se sumergió en las aguas turbulentas de la política internacional pero ajustándose, gracias a su formación, a la doctrina jurídica y al propósito de justicia, para cuyo perfeccionamiento se valió de su estrecha amistad con Juan Antonio de la Fuente y José María Iglesias, como atinadamente lo afirma mi querido amigo el maestro de la UNAM especializado en la época de la Reforma Juan Macías Guzmán -de ascendencia aguascalentense- ya que ese equipo formidable estableció las bases de la “política exterior que fue orgullo de México y América Latina en el siglo XX”# sustentada en principios como el de no intervención, solución pacífica de las controversias, igualdad jurídica de los estados, etc., vigentes hasta la fecha en nuestra Constitución y en el derecho internacional.
Ante lo angustioso de la situación, Benito Juárez designa a Jesús Terán como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante las potencias europeas, con la delicada misión de difundir entre pueblos y gobiernos la injusticia de la invasión.
En Febrero de 1864 llega con su familia al puerto de Cádiz, España y establece su residencia en Florencia, Italia. De allí viaja continuamente a París, Londres, Madrid, Roma, el Vaticano, etc., apoyándose en las logias masónicas, entregando correspondencia diplomática, visitando funcionarios y entrevistando literatos y toda clase de pensadores que le auxiliaban a distribuir la Revista de América que publicaba quincenalmente en francés e inglés, uno de los más valiosos arietes que utilizó para forjar una opinión europea simpatizante de México y condenatoria de la invasión. La correspondencia cruzada entre Juárez y Víctor Hugo es una de las más fehacientes pruebas de ello.
Toda esta labor, titánica, la realiza él solo, con su propio peculio, ya que el gobierno de la República no le asignó salario por las anémicas condiciones del erario.
TERÁN MUERE. Minada su salud por el esfuerzo sobrehumano; por los viajes incesantes tan pesados en aquella época; por el clima tan desfavorable para él y por la nostalgia del solar patrio, Jesús Terán dejó de existir el 25 de abril de 1866, durante un viaje a París, a los 45 años de edad.
TERÁN TRIUNFA. “El 5 de febrero de 1867, en París, Napoleón III envió un parte a Bazaine ordenando la retirada de las tropas francesas en México, en vista de la presión ejercida por la prensa, la opinión pública y el Parlamento francés…”#
Aun después de muerto, el año anterior, su obra estaba dando los frutos esperados. Ésa es la estatura, la capacidad y la calidad humana de Jesús Terán, héroe aguascalentense de la Reforma que entregó su vida y su hacienda en defensa de la soberanía nacional, sin esperar retribución alguna.
Aguascalientes, México, América Latina.
Nota: Por un error mío, en el artículo de la semana pasada apareció atribuido a Justo Sierra el texto “Jesús Terán no ocupa en la historia de México el papel que le corresponde”. El texto correcto publicado por Justo Sierra es: “…aún no le recompensa [su patria] otorgándole un premio de honor, proporcionado á sus esfuerzos.”#