Reanudando la marcha / Ricardo Esquer en LJA - LJA Aguascalientes
24/11/2024

 

Si el relevo del Dr. Martín Andrade se considera un castigo por su mediocre desempeño al frente del ICA, el nombramiento de Dulce María Rivas como encargada provisional del Instituto pone en relieve la trayectoria de la artista plástica como funcionaria. Pero también, olvidando la omisión de la Ley de Cultura y con el optimismo propio de estas fechas, podemos ver esto como una oportunidad para que el Instituto asuma su papel en la política cultural del estado, sobre todo después de la inevitable comparación con el trabajo realizado por el municipio. En materia de política cultural, después de dos años queda claro que el gobierno estatal ha mantenido una línea conservadora, mientras el municipio ha innovado algunas de sus prácticas.

Para quienes pensamos que el desarrollo alcanzado por Aguascalientes requiere de vías alternas para encauzar la creatividad social e individual expresada en la cultura artística, resulta lamentable que el plazo para romper las inercias dure la mitad del que disponen los tomadores de decisiones inclinados por conservar hábitos tradicionales. Sobre todo porque la nostalgia por las soluciones probadas parece ocultar una incapacidad más que evidente para responder a los retos de la promoción cultural de nuestros días. En cambio, las autoridades municipales han mostrado voluntad y capacidad para enfrentar dichos desafíos, tanto en lo referente al diseño de políticas públicas y la gestión de recursos como en la sensibilidad para acercarse a la ciudadanía.

Solamente desde la ignorancia puede negarse el valor de la cultura tradicional, independientemente del quehacer institucional, pero cualquier iniciativa resulta un gesto hueco sin la habilidad para incrementar la participación ciudadana, por mucho éxito que la fórmula haya tenido hace cuatro décadas. Y muy seguramente el declarado propósito de preservar los valores heredados fracase clamorosamente. Este pronóstico se basa en la timidez con que el ICA ha procurado salir de su marasmo, tan grande como el afán de su depuesto director general por mantener las inercias, claro indicio de la ausencia de dirección y proyectos. Obviamente, una visión tan estática de la realidad y la cultura sólo puede garantizar el crecimiento del abismo entre la institución y la sociedad a la que pretende servir.

En contraste, el principal objetivo de las autoridades municipales en este campo ha consistido en generar una oferta cultural a la medida de las necesidades de la población, entendidas como insuficiencias que van más allá del mero entretenimiento y se definen como medio de expresión, formación y desarrollo integral. Según el segundo informe de la alcaldesa Lorena Martínez, entre las innovaciones del IMAC destacan la transformación de 15 módulos de vigilancia en centros culturales, en los que se fomentan prácticas artísticas entre infantes y jóvenes desde un enfoque interdisciplinario que las inserta en la dinámica social. Asimismo, se captó una decena de propuestas de artistas emergentes, que nunca habían recibido apoyo alguno. También destaca la vinculación de las políticas de empleo con el desarrollo cultural a través del turismo, que pone en valor el patrimonio arquitectónico e intangible representado en leyendas y formas de convivencia, así como la inclusión de actividades culturales en los programas contra la pobreza y la marginación.

Aunque el segundo informe del gobernador Lozano presenta algunas cifras sobre actividades culturales, la visión de este campo como algo desvinculado del desarrollo social –por más que el discurso oficial diga lo contrario– impide darle a esos números un sentido en relación con las necesidades culturales de la población y de desarrollo de los artistas. Además de revelar la nula cultura estadística de quienes elaboran el documento, pues la falta de referencias en el tiempo les resta utilidad para evaluar el trabajo de los dos primeros años, los datos presentados nada dicen de lo hecho por el ICA y resultan inútiles para, por ejemplo, caracterizar a los públicos por edad, sexo, escolaridad, tipo de espectáculos preferidos y, así, tomar las decisiones correspondientes fundamentadas en datos confiables.

Además de la opacidad –por falta de transparencia y por sombrío– en el manejo del Instituto, la reducción de la cultura a un simulacro por parte del gobierno estatal se hace evidente en la impunidad con que se ignora la Ley de Cultura del estado. En su artículo 34 establece que el funcionamiento del ICA se rige por la dirección general y la junta directiva, integrada por representantes de varios sectores de nuestra sociedad. Sin embargo, nada supimos de dicha junta durante el reinado del Dr. Andrade. Por eso la situación actual ofrece una buena oportunidad para que la institución salde cuentas con la ciudadanía.

Un espíritu incluyente encontraría complementarias las líneas de ambos niveles de gobierno. Para ello deberá haber mayor comunicación entre las responsables. En el IMAC, Evangelina Terán parece estar dispuesta al diálogo. Esperemos que, con una pequeña ayuda del público y de los artistas, el panorama cultural mejore en este año.

 


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1 thought on “Reanudando la marcha / Ricardo Esquer en LJA

  1. NO, RICARDO, LO QUE PONE DE MANIFIESTO EL NOMBRAMIENTO PROVISIONAL DE MARÍA RIVAS ES QUE SÓLO SI ERES AMIGO CABES EN CUALQUIER SITIO SEXENAL.

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