La fundación del Museo José Guadalupe Posada se da en el año de 1972 gracias a las gestiones de Víctor Sandoval. Para ese año ya se había festejado su centenario de nacimiento y 60 años de su muerte, no obstante, a nivel estatal la apertura del museo significó contar con el primero de arte en el estado, junto con el Museo de Historia de la Insurgencia en Pabellón de Hidalgo, que es cuatro o cinco años más antiguo.
El establecimiento que fue objeto de evidentes transformaciones a raíz de las administraciones, con ideas nuevas, ya que desde el año 72 se manejaba una museografía estática, muy de su tiempo, pero al llegar a los 90 ese lenguaje museográfico ya era arcaico.
Durante la gestión de Enrique Rodríguez Varela, se da una transformación museográfica del espacio, llevándose a cabo una reubicación de las áreas y del esquema en general del museo.
Cabe señalar que el recinto original se abrió como Unidad Cultural José Guadalupe Posada, y aparte de la sala de exhibición tenía una pequeña biblioteca y salón, siendo para la gente del barrio un lugar que permitía integrarse a las actividades propuestas por el espacio.
En esas fechas, el espacio da un giro radical, se abren más salas de exhibición, la permanente se transforma y se instala el taller de grabado, la oferta del Museo crece.
El Concurso Nacional de Grabado José Guadalupe Posada, en 1993, posterior a los concursos de Arte Joven y Literatura de Aguascalientes, se mantuvo vivo a lo largo de 18 años. A iniciativa de Guillermo Saucedo, actual director del Museo Posada, se transforma dicho concurso en Bienal Internacional para festejar el bicentenario luctuoso del grabador aguascalentense, lo cual tuvo eco en las autoridades estatales y dio fin al concurso de talla nacional.
Aunado a ello, el recinto recibe su tercera etapa de remodelación y ampliación en el año 2010, lo cual representó un aumento en el turismo para el estado, ya que la gran mayoría de los visitantes llega con la idea de conocer la obra de Posada, especialmente La Catrina.
A raíz de la apertura del Museo de la Muerte se fueron dando algunos fenómenos que complementaron al Museo Posada, ya que fue como especie de contraparte, como lo llamó su director, con dos propósitos totalmente diferentes pero a la vez complementarios, “Posada está más allá de las calaveras”.
Además, Posada ha dejado a Aguascalientes dentro del espectro internacional, como una ubicación específica y una de las ciudades a visitar del país, reconociendo no sólo al artista, sino también a su ciudad de origen.
Durante los 90, de nueva cuenta con Rodríguez Varela se da la apertura del Centro Cultural Los Arquitos, donde nace un movimiento que va en búsqueda del reconocimiento de la tradición más identitaria del país, que es la celebración del Día de Muertos a través de altares.
La primera Parada Callejera fue el origen del Festival de Calaveras, a cargo de Efraín de la Rosa, quien llevó a sus alumnos de teatro a recorrer la calle Madero con motivos de calaveras bailando y saltando a lo largo de la plaza.
Este “trabajo de clase” fue gratificante para las autoridades y para la sociedad en general, ya que se unieron las artes plásticas, danza, música y teatro, todo con la única finalidad de comenzar un magno festival referente a los muertos.
De manera paralela se da a conocer en mayor cantidad la obra de Guadalupe Posada, debido a sus personajes y su influencia por la muerte, por lo que ahora es imposible ver, visitar o ser parte de Aguascalientes sin estar enterado de este grabador aguascalentense.
Foto: Gerardo González