Los grandes movimientos culturales no se establecen por los gobiernos, sino por la sociedad, un tipo de “bola de nieve” que crece poco a poco conforme pasa el tiempo.
Tal es el caso del personaje La Catrina de José Guadalupe Posada, que ha llegado a ser el elemento identificatorio de la festividad de muertos, no sólo en Aguascalientes, sino en el país entero, observando a este personaje en mercados de Tijuana, tiendas de Mérida y establecimientos en Baja California, convirtiéndose así en un ícono nacional colocado por los propios mexicanos.
Esta situación es extraña, ya que La Catrina no tiene más de 60 años de que realmente se le reconoció, pero lo que en verdad importa no es tanto el personaje, sino su creador, el festejado Posada.
Para las autoridades del recinto de este grabador, el objetivo de su trabajo es dar a conocer al artista y su legado, el cual es inmensamente grande, puesto que al hablar del artista se está refiriendo al creador de un lenguaje gráfico a nivel internacional, que a través de la historia de la humanidad va a permanecer como a quien se le atribuye el Cubismo, “así como hay un Picasso, un Dalí y un Van Gogh, hay un Posada”, señala Guillermo Saucedo, director del Museo Posada.
En el caso del aguascalentense no se necesita ser un gran intelectual para comprender e identificar su obra, sin embargo debido a la popularidad que ahora tiene la población, lo “encierra” en un cuadro restringido a La Catrina, calaveras y muerte, pero Posada tiene un contexto mucho mayor a los antes mencionados.
La Catrina por sí sola sigue su propio curso, pero Posada no, por ello la razón principal de dedicarle todo un año de festividades culturales, educativas, artísticas e incluso políticas, es para rescatar al Posada artista y al ser humano que un día fue como cada uno de nosotros, “será algo así como reivindicarlo hasta el origen de su nacimiento”.
Pero no sólo los directivos de su museo están trabajando en ello, sino también personalidades del ámbito literario y producción audiovisual, como Cecilio Vargas, productor local que se encuentra elaborando un cortometraje animado con un discurso importante que ha impactado a Saucedo por los conceptos muy bien manejados.
Regresando al tema de su legado, Aguascalientes cuenta con la parte culmen del grabador en cuanto a su propuesta creativa, ya que en el Museo Posada se mantienen piezas de la última década del siglo XIX y la primera del XX, época en la que trabajó con Vanegas Arroyo, donde fue creado este lenguaje conocido como gráfica popular mexicana.
Dicho lenguaje tiene una mezcla de ismos que mientras la Academia en Europa los trabajaba intelectualizándolos, Posada los “plasmaba” con un sentido meramente social ya que para él era importante que la población leyera sus historias a través de sus imágenes, “alfabetizó visualmente a los analfabetas de su época”, aseguró Saucedo como frase personal, tomando en cuenta que el 80 por ciento de las personas de su época no sabía ni leer ni escribir.
La tradición gráfica que se manejaba desde el Porfiriato era meramente europea, por lo cual ese lenguaje gráfico difícilmente empataba con la idiosincrasia del mexicano de la época, siendo ésta la razón del éxito de Posada, puesto que a través de sus imágenes mitigó un poco el analfabetismo causado por la falta de comunicación.
Es entonces cuando los analistas resaltan que el grabador aguascalentense se adelantó en su tiempo y a personajes como Diego Rivera, a los exiliados y estudiosos de Europa que comenzaron a utilizar diversos ismos del arte (Expresionismo, Impresionismo, Surrealismo, entre otros), hasta tiempo después de haber creado sus grabados; cabe aclarar que el artista no tenía el conocimiento de estar usando estas corrientes, ya que así como se iba desarrollando su gráfica, iba dejando resultados diversos e iba depurando los de menos interés.
Sin duda, este grabador se ha convertido no sólo en un ícono del estado, sino del país entero, que seguirá viviendo en la historia del hombre generación tras generación.
En una sociedad de consumo, de oferta y demanda, podría llegar a pensarse en ser foco rojo de comercialización, tal y como sucedió hace unos años con la Virgen de Guadalupe y los chinos, donde “se le hizo fácil” registrar la imagen, recibiendo todos los derechos de réplica. Analizando un poco el caso, a estas alturas sería muy difícil que pudieran “fusilarse a Posada”, ya que reiteró, al escuchar hablar de él u observar sus obras inmediatamente se le atribuye la palabra México, y muy en específico, Aguascalientes.
Aunque nunca está de más extremar precauciones, ahora que oficialmente se consideró el 2013 Año de Posada, por lo que ahora será más complicado “sacar a pasear” las placas originales fuera de México, manteniendo un especial resguardo durante las miles de visitas esperadas en sus festejos.
Foto: Gerardo González | En imagen: Gerardo Saucedo