La reforma migratoria que intenta promover el Presidente Obama para la Unión Americana, trata por separado el tema de los jóvenes inmigrantes, al de los trabajadores agrícolas migrantes y muestra particular interés por los extranjeros altamente calificados, buscando que sin mayores trámites puedan quedarse. La Casa Blanca sostiene que su propuesta para atender el problema de los inmigrantes indocumentados incluiría multas, pago de impuestos atrasados y otras condiciones para aquellos inmigrantes que obtendrían finalmente su estatus legal.
A quienes se encuentran indocumentados y laborando en el mercado informal, la regularización de su estadía les permitiría: acceder al empleo formal y con ello a prestaciones, seguridad en sus actos jurídicos y un incremento hasta de un tercio de su salario actual por el simple hecho de ser trabajadores “con papeles”. Para las familias puede representar la posibilidad de recibir más y mejores remesas, pero también se abre la posibilidad de mudarse a vivir con un residente legal, lo que podría representar dos escenarios: un alza en las remesas de primer momento propiciado por un mayor ingreso y un segundo momento en que las remesas se desvanecerían porque las familias ya se encuentran allende las fronteras y ya no hay a quién mandarle dinero.
De aprobarse la reforma en cuestión, los cambios a presentarse en Aguascalientes serán importantes. Los aguascalentenses que viven en los Estados Unidos representan una población equivalente a seis de los 10 municipios del interior del estado, de los cuales una tercera parte se encuentra sin documentos, que acrediten su estancia legal en el país del norte. Esto supone que entre 40 y 50 mil originarios de Aguascalientes podrían acceder a una residencia legal en los EUA y con ello presentárseles, a ellos y sus familias, las alternativas antes descritas.
Adicionalmente se habla de que el Congreso está cuestionando el enorme gasto en que se ha estado incurriendo por vigilar la frontera sur cuando el número de cruces cayó a niveles de hace 40 años (por la sobrevigilancia y la falta de empleo). Sin embargo, si por ahorrarse unos dólares, la vigilancia se debilita y adicionalmente los empleados informales actuales regularizan su situación migratoria, lo más seguro es que se tengan nuevas oportunidades en los mercados actualmente ocupados, favoreciendo a aquéllos que pudieran desplazarse para incursionar en ellos.
Se dice que Barack Obama sólo tenía 25 años cuando se aprobó la última reforma migratoria. El presidente George W. Bush la prometió en el año 2000 pero los ataques del 11 de septiembre del 2001 lo cambiaron todo. Tras la elección del 2012 quedó claro que ésta es una prioridad de los hispanos, el grupo de mayor crecimiento entre el electorado norteamericano. De hecho, no hay presidente norteamericano que no haya recibido al menos el 40 por ciento de la votación hispana; lo que propicia que ahora la agenda política con ellos esté cambiando.
El saldo neto migratorio podría reempezar a hacerse negativo como antaño, sobre todo si las necesidades de empleo no se cristalizan en el origen y haya necesidad de buscarlas en un destino incierto pero prometedor. En el 2006 perdíamos más de 100 efectivos por cada 10 mil habitantes según la Encuesta de Ocupación y Empleo del INEGI.
Tasas brutas de migración internacional y saldo neto migratorio por periodo
2006 a 2012
(Por cada 10 mil habitantes)
Fuente: INEGI. Estimaciones con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2006-2012. Base de datos.