Las historias de futbol son espontáneas, casi instantáneas, con poca memoria, sin recuerdos, sin portadas de periódicos, sin periodistas halagando, sobre todo cuando se trata de un equipo chico el que realiza esa historia y esta semana en Inglaterra un día de esos se presentó.
La justa copa
Y es que la FA Cup, un ejemplo para el mundo de igualdad de circunstancias y oportunidades, va avanzando y dejando en el camino, como todos los años, a los equipos grandes. Un ejemplo de verdadera competitividad, ni la Copa del Rey, donde siempre avanzan los fuertes sobre los débiles, y mucho menos la Copa MX alcanzan el nivel e intereses de la FA y es que probablemente el currículum no se escribe por títulos de la FA, pero sì las historias de héroes. En esta copa, cuatro y hasta cinco divisiones de Inglaterra participan en eliminación directa en busca del mejor club del país, porque eso es más justo, es decir, si compiten todas las divisiones profesionales del país en busca de un título, el que lo obtenga a diferencia de la Premier, obtiene el título nobiliario del rey del futbol profesional.
Hay varias historias qué contar este fin de semana: Liverpool fue eliminado por el Oldham, un equipo de Tercera División que dio un partido de coraje interminable de pasión y con ganas de una sola gloria, un solo triunfo, uno solamente para sobrevivir en el recuerdo del resto del país. Chelsea, por su parte fue víctima del nerviosismo y empató 2-2 frente al Brentford, que llevó la eliminatoria a un desempate, lo que ya es ganancia. En el juego de Tottenham-Leeds la historia se llevó su partida, y Leeds, un equipo que juega ahora en Segunda División, anhela recobrar su protagonismo perdido en los 80 y eliminó al equipo londinense. Otro que sufrió fue el Arsenal, quien por gol de Walcott pasó a la siguiente ronda, pellizcando el precipicio. No creamos que la FA es como la MX, donde los equipos grandes juegan con sus suplentes y nombres desconocidos, todo es más serio y de compromiso. La FA es una muestra de igualdad y de que la globalización a veces no puede llevarse todo lo que existe, sino que hay fuerzas que se interponen, como el coraje y las ganas de hacer historia.
Caer de la nube
Es la frase que define a la perfección al jugador belga Eden Hazard, quien milita en el Chelsea. En varias ocasiones en este espacio quedó claro mi agrado por el futbol de este jugador, lo llegué a convertir en un ídolo para los Blues, su calidad de jugador es innegable, había sacado puntos por sí solo y rescatado partidos por sus genialidades, comenzaba a adquirir protagonismo que Drogba se llevó al Oriente. Pero entre semana en la Capital One, su loca desesperación, su cabeza muy pequeña, su ceguera y muchas cualidades que le faltaron lo hicieron cometer una estupidez. Un recoge balones retuvo el esférico unos segundos, lo que ocasionó la ira del jugador y término en una imagen desagradable: un profesional con la playera del campeón de Europa pateando a un niño inocente y, si quieren, verlo colmilludo al querer hacer tiempo. Así Hazzard baja de la nube, de héroe a villano. Ojalá la sanción sea ejemplar.
De vuelta a la nube
Javier Hernández declaraba en la semana que todos los años son los más complicados para él y no lo dudo, sin embargo su consistencia, sus ganas, su coraje, su carisma, su trabajo, disciplina y sobre todo sus goles lo han vuelto a la nube, el sábado metió dos para colaborar en el triunfo de su equipo en la FA, el único grande que pasó sin problemas. Javier está de vuelta.