- Urge un nuevo marco jurídico que no criminalice a los usuarios de la droga sino a quien la comercializa
- La distribución del consumo de drogas no guarda relación directa con las políticas más prohibitivas
La distribución del consumo de drogas no parece guardar una relación directa con las políticas estrictas y punitivas, señaló Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma, en la conferencia magistral que dictó en la Universidad Autónoma de Aguascalientes,
El consumo de estas drogas llamadas ilícitas cada vez afecta más a personas de ambos sexos y en etapas más tempranas de la vida, sin embargo, aseguró que entre países con legislaciones muy distintas no se registran diferencias en cuanto al consumo de la mariguana.
Por tanto el marco jurídico no es el factor determinante para la radicación de la droga, “no hay datos que lo muestren” por eso es importante que la ciencia ayude en la discusión de estos temas, para dejar a un lado los prejuicios personales y establecer políticas públicas que realmente beneficien a la ciudadanía, “el marco jurídico actual no funciona”, aseguró el ex rector.
Además destacó la inexistencia de estudios que muestren una relación directa entre consumo de mariguana y violencia, a diferencia de lo que ocurre con el alcohol; sino que el vínculo se da entre la compra, el tráfico ilegal y la violencia; “esto es lo que ha hecho que algunas personas lleguen a la delincuencia”, por lo que para de la Fuente, el consumo es lo que debe regularizarse en un marco jurídico distinto, es decir, que no criminalice a los usuarios de mariguana, sino a quien la comercializa.
“Creo que la mayoría de los usuarios no son ni criminales ni narcotraficantes”, ya que en su mayoría la consumen con fines recreativos o experimentales y aunque en algunas ocasiones llegan a ser adictos, el hecho de injerirla no los convierte en delincuentes, ya que la gran base social del narcotráfico es precisamente el sector de usuarios jóvenes que, al no tener otro posibilidad, recurren al narcomenudeo y compra ilícita.
Esto no quiere decir que la despenalización es “la bala mágica” para acabar los problemas de drogas, pero sí es una medida de apoyo como fue el caso de algunos países europeos que lejos de despenalizarla regularon el consumo de mariguana y la separaron de otras drogas que son más peligrosas.
A su vez destacó que es increíble que el alcohol y el tabaco estén reguladas como drogas legales, a sabiendas de que este último es 40 veces más adictivo que la mariguana, “no digo que hay que fumar mariguana, tabaco y alcohol en exceso, sino un marco regulatorio bien fundamentado” el cual permita que estas sustancias nocivas para la salud en grados diversos, tengan un esquema para “salir de las garras del crimen organizado”, siendo éste el gran reto para México.
Destacó en su intervención la necesidad de estudiar opciones de marcos regulatorios, algunos de ellos graduales, para separar el consumo de la producción y la venta, ya que hasta la fecha las autoridades se “lanzan” a los consumidores e insistió, ellos no son delincuentes.
A pesar de ser una sustancia nociva que propicia cambios en la conducta y con alto poder adictivo, para Juan Ramón de la Fuente, las consecuencias de su prohibición absoluta son mucho más adversas porque implican que la única forma de adquirirla sea en el mercado negro, contrabando, chantaje o trueque ilícito; sin dejar opciones a los consumidores.
Foto: Gerardo González | Juan Ramón de la Fuente en la Autónoma