Inicia el sexenio de Peña Nieto y ya estamos viviendo cambios impensados. Para comenzar ahora resulta que el papel que normalmente asumen los perredistas en el Congreso hoy lo va a desempeñar el PRI, y comienza por tomar la tribuna del Senado. Y para legitimarlo cantan en la tribuna “tomada” el himno nacional, y para ello no tomaron en cuenta que el Presidente Enrique Peña Nieto, en una operación política exitosa, logró la firma de un Acuerdo Nacional entre los tres principales partidos –PAN, PRI y PRD-; lo anterior, según algunos analistas, algo parecido al pacto de la Moncloa Español.
Con esta falta de acuerdos y pidiendo la destitución del Presidente del Senado, Ernesto Cordero, comenzarán a buscar en la semana que inicia, o acuerdos o presiones para buscar que el artículo 27, que permite al Senado ratificar tanto al Comisionado de la Policía Federal como al Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no sea aprobado, y que lo designe libremente el Presidente de la República. Algo que ellos mismos pedían que pasara por el Senado o sea algunas designaciones de responsables de Seguridad o de los reguladores, con independencia de gestión.
Ahora cambiaron de opinión. Asimismo la violencia que se daba en torno y dentro del recinto de San Lázaro con motivo de la ceremonia de la toma de protesta del Presidente de la República, en esta ocasión no se dio dentro del recinto, como hace seis años, pero sí se dio en la periferia y en el centro histórico de la Ciudad de México, en donde se escenificaron batallas campales que se desarrollaron con una organización casi perfecta.
La reacción de las fuerzas del orden fue errática y las consecuencias están a la vista.
Otro cambio muy visible es que ya no está a quién echarle la culpa, o sea a Felipe Calderón Hinojosa, a quien aparte de culparlo de estos actos le sentenciaban diciéndole: “esto también irá sobre su conciencia”.
Pero aún más, ya la prensa nacional, y regional, no nos da cuenta sobre cuántos muertos hay cada día en el territorio nacional; como por encanto sólo se informa de los asesinatos que suceden en las localidades. Y aún más, en la visita a Nuevo León del presidente Peña Nieto, en su mensaje pide que los ciudadanos hablemos de las cosas buenas “pues lo demás se va a solucionar”.
Hoy se habla de la necesidad de que los gobernadores sean controlados en sus manejos económicos; suscitado esto por el desorden de endeudamiento en que varios de ellos han metido a sus estados, pues solamente el endeudamiento de Veracruz se calcula en 59 mil millones de pesos y el gobernador solo reconoce 42 mil millones de pesos; en Chiapas se acusó al ex-gobernador Mendiguchía de fraude por cientos de millones de pesos y salió libre por falta de elementos, y otros más ya están acusando inclusive a la ex-Procuradora General de la República, Marisela Morales, de persecución política y otros gobernadores pedirán quizá que los pensionen, pues no llenaron con lo que agarraron.
Esto, estimado lector, en el anterior sexenio habría sido algo inaceptable, pues sería un ataque al federalismo. En fin, los cambios que se están dando no creo que vayan a ser los que la sociedad mexicana espera, pero al fin y al cabo son cambios. Otro cambio importante es que el Ejecutivo se desistió de la controversia que la administración federal presentó ante la Suprema Corte de Justicia con respecto a la publicación, y en consecuencia promulgación, de la ley de Protección a las Víctimas, en la cual se alegaba que no obligaba a los Estados a indemnizar a las víctimas y a reconocer su responsabilidad, y la misma no marca la manera de cuantificar los daños y montos, así que a la nueva administración le pareció que ninguna de estas causales son válidas y se desistieron. Veremos los resultados. Ahora el “nuevo PRI ” ya no es por la edad biológica sino por la edad de las relaciones con los “cuates”. Ojalá que el que se estén incluyendo personajes de diferentes corrientes políticas, porque no son ideológicas, no traiga una lucha interna que provoque problemas a la administración entrante y dificulte su quehacer.
Y el cambio más importante es en la sociedad, ya sea a través de organizaciones no gubernamentales o de las redes sociales. Las convocatorias o los análisis de las situaciones son cada vez más a profundidad y con conocimiento de los hechos, en muchas ocasiones con más elementos que la autoridad, lo que da al ciudadano elementos para opinar y actuar en consecuencia. En fin, los cambios son una realidad; analicemos lo mismo y trabajemos por el bien de nuestra patria y obliguemos a que los cambios negativos, o que no queremos, den marcha atrás y no perjudiquen el bien común de las mayorías.